Kim Kardashian, o cómo crear polémica con tus outfits (y los de tu hija)

Que hablen bien o mal de ti, pero que hablen. Esta parece ser la filosofía de Kim Kardashian, que está en boca de todos por sus últimos atuendos. Y es que a pesar de estar embarazada eso no le impide ajustar a su cuerpo prendas escuetas que dejan demasiadas zonas del cuerpo a la vista. Con muchos detractores a la par que defensores, Kim crea polémica a cada zancada.

Y en el desfile de Givenchy se llevó todo el portagonismo. ¿La razón? Su estilismo donde su vestido firmado por la maison dejaba al descubierto su barriga de embarazada. Tan sólo la protegía un fino y delicado manto de encaje.

Su última obsesión

Parece que durante su embarazo a Kim Kardashian le ha cogido el síndrome de Buzz Lightyear. Y es que en sus últimas salidas solo la hemos visto lucir botas que van del infinito al más allá. Combinadas con todo tipo de faldas (más minis que otra cosa), la mujer de Kanye West demuestra que lo de ir con tacones es algo normal en ella, y no importa cuán avanzado esté su estado de gestación.

Con escotes llamativos y de lo más peligrosos, Kim sale a la calle atrayendo consigo un maremoto de paparazzis que inmortalizan sus atuendos. Balmain, Givenchy... Sus firmas fetiche siempre están presentes en su armario.

Ya sea de negro o con colores tostados, la más famosa del klan Kardashian no duda en mostrar sus curvas a todas horas.

Tras la estela de su madre

Ya os lo mostramos el otro día: North West sigue la estela de su madre en aquello de tener un armario perfecto de toda fashion victim. A la escasa edad de dos años, la hija de los Kanye tiene innumerables blazers hechos a medida de Balmain y entre sus accesorios se encuentra un collar de eslabones de oro repleto de diamantes. A cada una de sus salidas la pequeña capta más y más atención.

El detalle de la polémica

Pero en estos últimos días ha saltado la noticia, y es que su madre quiere que empiece a practicar... Por eso se le ha visto lucir unos zapatos 8 tallas grandes donde un pequeño talón asoma de sus sandalias lilas. Sí, se trata d eun disfraz, pero aún así con menos de 3 años (y sin apenas saber andar) Nori ya lleva tacones.