No fue hasta el año 1976 que Krug produjo su primer Rosé. Cosecha tras cosecha, la Maison de champagne seguía siendo reticente en lanzar un Krug Rosé. La de ese año fue excelente e inspiró a Henri y Rémi Krug quienes mantuvieron su elaboración con discreción.
Hasta que Olivier Krug dijo abiertamente:
No suelo hacer promesas, pero hay una que hago sin reservas ni duda alguna: nadie olvidará nunca la primera vez que probó Krug
existe una anécdota familiar que merece la pena ser contada.
El Krug Rosé se elabora por el método de la doble vinificación. El cupaje combina racimos de Pinot Noir cuidadosamente seleccionados y fermentados a vino tinto, más los racimos de Pinot Noir, Chardonnay y Pinot Menier. Para el licor de expedición, los vinos de reserva también son seleccionados con exigencia y calidad.
Hace 30 años, el primer Krug Rosé estaba listo para brindar, los dos hermanos dieron a probar el champagne a su padre, Paul Krug II, durante una comida familiar de domingo. Sin decirle que salía de las bodegas de la casa, reconoció el savoir faire y exclamó: ¡Alguien está copiando nuestro estilo! El frescor y sedosidad, las notas de bayas silvestres, jengibre, pimienta, jalea de membrillo y peonía le convenció sin reservas.
Esta es la razón de que la tradición del Krug Rosé cumpla solamente 30 años. Para celebrarlo, la Maison lanza una edición limitada en tamaño Magnum, disponible solamente bajo pedido a Möet Hennessy España. ¡Feliz 30º aniversario!
Más información | Krug En Embelezzia | Krug ID Code
