En plena Semana de la Moda de Madrid, todos los medios están pendientes de cada diseño que desfila, ya sea en Cibeles o en cualquier otro lugar de la capital, que los hay y muchos. En concreto el lunes estuvimos en lo más alto de la Torre de Cristal del Paseo de la Castellana y Alvarno nos hizo llegar al Séptimo Cielo, no sólo por la altura (el desfile se desarrolló en el piso 49) sino porque volvieron a dar una lección de maestría.
Pero lejos de hablar de los diseños, aunque os recomiendo que paséis por Trendencias donde mi compañero Natxo Sobrado hace un auténtico ejercicio de Moda en su artículo sobre la colección de Álvaro y Arnaud, hoy me gustaría hablar sobre el "antes". No sobre los meses de trabajo, sino justo antes del desfile, ese momento de nervios, tensión y últimos detalles. Y es que Embelezzia pudo acceder al backstage de Alvarno (¡¡gracias, Ángela!!).
La primera confesión que tengo que hacer es que como buena fémina, soy fetichista de los zapatos. ¿Os imagináis una sala llena de "manolos"? Preciosos, de colores, metalizados, allí, al alcance de la mano y claro, pasa lo que pasa...¡venga a hacer fotos a los "manolos"!.
El maestro Blahnik sabe muy bien lo que se hace y cada una de sus joyas elevó a la categoría de Alta Costura los diseños de Alvarno.
La segunda confesión es que me encantan Álvaro y Arnaud. Son inteligentes, cariñosos, trabajadores, creativos y nada divos. Cada encuentro con ellos es un placer y a pesar de los nervios del momento, el público abarrotando la sala desde casi una hora antes del comienzo, toda la prensa, etc, etc... ellos seguían tan encantadores y accesibles como siempre. ¿Una foto?...una foto ¿Una sonrisa?...una sonrisa.
Al conocer a la madre de Álvaro a la salida del desfile, ya en la calle, lo entiendes...de tal madre, tales hijos.
La tercera confesión, las modelos en sus alturas siempre me han dado, cuanto menos...respeto. Pues no, desde la primera a la última, con risas,de buen rollo, hablando una jerga incomprensible de español, francés, inglés, pero a carcajadas, descalzas por expreso deseo de Arnaud (¡¡No os calcéis hasta el momento de salir!!).
Mandando whatsapp a diestro y siniestro o escuchando los comentarios de Laura Ponte, que entraba y salía del backstage a la sala y de la sala al backstage, con la velocidad del rayo, luciendo nuevo look montada en sus altísimos tacones con un abrigo impresionante.
Pero las pasarelas no serían lo mismo sin las personas que están dentro, en la sombra. Maquilladoras, peluqueras, sastres,estilistas, técnicos de sonido... un equipo que trabaja y sufre para que todo salga perfecto y ¡encima son encantadores con la típica bloggera pesada acompañada de su fotógrafa (¡gracias Sonsoles, sin ti no habría fotos!).
El desfile perfecto, con los dos Alvarno como un solo hombre, entre bambalinas, dando un toquecito allí o sujetando a una de las chicas para que se coloque bien el "manolo".
Es la culminación de meses de trabajo, de viajes, de inspiraciones, de búsquedas de tejidos y creaciones nocturnas y diurnas. ¿El resultado? Una gran colección, elegante, sofisticada, ponible, con un patronaje maravilloso.
Al contrario que a Natxo Sobrado, a mi si que me encantaron las pieles del gran Santiago de Palacio. El leonés que nos mostró la semana pasada en Madrid Fashion Show que el talento no entiende de localizaciones geográficas, puso su granito de arena en el desfile de Alvarno...
El último apunte es siempre para Ángela Castejón, "ángel de Alvarno" y nuestro (ya sé que suena cursi, pero me da igual), por estar ahí, permitirnos el acceso hasta el último rincón y asegurarse de que todo va bien.
Me encantaría poder entrar en todos los "antes", en los backstages de los diseñadores porque dice mucho de ellos, en los momentos de tensión ves de que "pasta" están hechos y creo que todos apreciaríamos mejor el trabajo y el esfuerzo que conlleva desfilar en Madrid si pudiéramos verles "de puertas adentro".
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