Château de Bagnols, un cinco estrellas para sentirse como un auténtico rey

Construido en el siglo XIII en las colinas de Beaujolais, el Château de Bagnols está considerado como una de las joyas arquitectónicas del país vecino. Tras el esplendor de su tiempo y con varias guerras de por medio, el castillo se iba viniendo abajo.

Hasta que en 1987, Lady Hamlyn descubrió el Château de Bagnols, imponente en su decadencia con las paredes rotas, goteras en los techos, las enredaderas rampante y una familia de cuervos que viven en una torre, a pesar de ser monumento protegido por el Estado por su importancia arquitectónica e histórica. Un año más tarde, se convertiría en propietaria de tan soberbia fortaleza.

Y así comenzó su renacer como el ave fénix: más de 400 constructores especializados y artesanos se pusieron a trabajar en el propio castillo, y cientos de artículos fueron necesarios para completar el interior: herádica azul y negro para la porcelana de Raynaud, de Limoges; copias de la cristalería del siglo XVIII de Hartzviller, de Alsacia, ropa de mesa de Liddell, de Irlanda, maravillosas sedas para tapizar las sillas de Prelle, de las famosas sederías de Lyon.

Con todo esto, además de su colección privada de muebles antiguos, y la adición de todas las comodidades modernas, Lady Hamlyn consiguió que el castillo recuperara su antiguo esplendor y abrió sus puertas en 1992.

En estos once años, Château de Bagnols se ha convertido en uno de los mejores hoteles del mundo, con sus bellas habitaciones sacadas de un cuento de hadas, su restaurante con estrellas Michelin y sus jardines que harían palidecer de envidia a la propia Maria Antonieta.

19 apartamentos, además de la Suite de Lady Hamlyn, un impresionante duplex privado, con una cama king-size y muebles antiguos de la colección privada de la señora Hamlyn y que cuenta con un comedor, una sala de estar con chimenea, un despacho y una terraza con acceso privado a los jardines del castillo.