Pocos conocen el caviar sueco de Kalix, que viene de los ríos de Laponia, en el archipiélago de la Bahía de Botnia. Estas huevas de Corégono adquieren un sabor único gracias a la afluencia de el agua dulce de los ríos en el mar. Su color naranja lo convierte en un plato único, por lo que la UE ha concedido la Indicación Geográfica Protegida para el Caviar de Kalix, y es degustado en los banquetes reales y en los banquetes del premio Nobel.
Hace unas semanas, tuvimos el privilegio de degustarlo en la amable invitación que el restaurante Cabaña Marconi de Madrid nos hizo y que fkitch os contará con más detalle.
Los dueños del restaurante han conseguido trasladar los sabores del mítico Östermalms Saluhall, el tradicional mercado de alimentación de Estocolmo, hasta el Encinar de los Reyes, en medio de encinas centenarias y convertir lo que antiguamente era La Alpargatería, en un espacio diferente, con una decoración especial, donde se fusionan tradición y modernidad, en su inmenso invernadero, para degustar las delicias suecas.
Un caviar diferente, cuyas huevas son de menor tamaño, pero explosionan en la boca, llenándola de sabor. Desde luego no me sorprende que sea un plato de reyes y de premios Nobel. Caviar sueco de Kalix, privilegio de reyes
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