En el mundo de la política como en el de internet, la imagen se ha convertido en todo: y en los pasillos del poder de Washington, ya no basta con prometer: ahora hay que convencer a través del aspecto. En los últimos años (y sobre todo más en la era de Trump) el aspecto personal se ha convertido en una herramienta política deliberada, en particular entre los hombres, donde la mandíbula y el mentón marcados son rasgos que comienzan a verse mucho más definidos.
Investigaciones en psicología político‑facial, como la del profesor Alexander Todorov en Princeton, han demostrado que los votantes asocian ciertos rasgos faciales con competencia: un mentón pronunciado y una mandíbula angulosa son indicadores de "madurez facial", que aumentan la percepción de capacidad de liderazgo, razón por la que algunos contendientes a cargos políticos hayan decidido pasa por el quirófano o, al menos, estar dispuestos a recibir algunas inyecciones en la cara.
En los últimos dos años, la Dra. Tina Alster, dermatóloga de Washington, afirma que se duplicó el número de pacientes masculinos que buscan lucir una mandíbula más definida: "en la política nadie quiere verse débil" afirmó, además, anota que la decisión de alterar su aspecto facial se debe a una decisión que toman "impulsados más por la necesidad de lucir jóvenes en redes sociales y noticias de alta definición".
Un nuevo estándar para la masculinidad en la política
Si pensamos en que en el universo de los juegos de poder hay un referente que se convierta en modelo de la 'mandíbula perfecta' dentro de la política, tenemos que revisar el caso de Rick Perry, el gobernador de Texas y candidato presidencial (actualmente secretario de energía) que ha recibido elogios de médicos por su aspecto.

"Tiene un mentón y una mandíbula con ángulos pronunciados, y una conexión recta y uniforme entre ambos" escribió el Dr. Barry Eppley en su momento, afirmando que, después de las cirugías a las que se sometió tras un accidente en un avión, tuvieron que intervenir su mandíbula, lo que llevó a destacar mucho más este aspecto de su rostro.
Al respecto, Dan Cassino, profesor de gobierno en la Universidad Fairleigh Dickinson, estudia las políticas de identidad de género masculina señalando que la mandíbula marcada se ha convertido en una gran obsesión en la manosfera. Este grupo de sitios web, podcasters, youtubers y personalidades de las redes sociales ha crecido significativamente en tamaño e influencia desde la pandemia. Cassino explica que, en estos círculos profundamente digitales, los hombres jóvenes suelen asociar una mandíbula marcada con la virilidad y el éxito sexual.
La mandíbula marcada es la nueva barba
Con una nueva ola de hombres ambiciosos buscando abrirse camino en el mundo de la política de Washington, y bajo la influencia de un presidente que exalta la fortaleza y el atractivo físico, la tendencia de mentones y mandíbulas fuertes en la ciudad podría seguir en auge, incluso por encima de la barba como símbolo de masculinidad.

El verano pasado, el vicepresidente J.D. Vance generó un gran revuelo en el ámbito político. Al postularse para la vicepresidencia, su nuevo vello facial desató una ola de especulaciones: ¿Era un guiño a la tradición? ¿Una señal de que había dejado atrás sus críticas a Trump?
En medio de todo el debate, la revista GQ sugirió una teoría más mundana: tal vez Vance simplemente quería disimular sus "mejillas angelicales" y su mandíbula menos definida. La publicación reflexionó que una barba podría "compensar un rostro redondo, una barbilla no especialmente pronunciada y la flacidez de la papada que se produce naturalmente con la edad".
No es la primera vez que los retoques estéticos generan controversia. Figuras como Berlusconi admitieron haber usado cirugía. En Estados Unidos, el debate recae más en la sutileza: botox y mejoras menores son comunes, pero un cambio extremo puede percibirse como artificioso, arrogante o como "fuera de contacto".
En ese sentido, muchas figuras optan por procedimientos discretos: rellenos faciales, láseres, toxina botulínica y contornos ligeros que refuerzan la definición sin alterar la expresividad para hacer de su rostro la carta de presentación de sus partidos, por encima de sus ideas políticas.
Fotos de secretaryperry | repmattgaetz | Wikimedia
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