El lunes 25 de agosto fue uno de los más tristes en la historia del cine porque amanecíamos con una terrible noticia: Verónica Echegui había fallecido a los 42 años de edad. La noticia nos pillaba a todos por sorpresa porque no sabíamos que la joven actriz sufría una enfermedad que terminaría con su vida. En sus últimos meses de vida, nada hacía presagiar la triste noticia.
La actriz llevaba ingresada desde finales del mes de julio, según la agencia EFE, en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, el cáncer terminaba con la vida de la actriz el pasado domingo 24 de agosto. Casi nadie, ni los más cercanos a la actriz, sabían que la protagonista de ‘Yo soy la Juani’ llevaba años luchando contra un cáncer que terminaría con su vida. En sus últimos meses, Echegui no quiso dejar de trabajar. Tampoco durante todo el tratamiento.
Trabajando a pesar del tratamiento
"No lo llevaba en secreto, lo llevaba en la intimidad, porque hay enfermedades que tienes que tener tratamiento y demás. Ella, en el proceso, hasta ahora, también ha tenido periodos en los que ha podido trabajar", afirmaba Paloma Barrientos que añadía que un círculo muy reducido de personas sabía por lo que pasaba y que durante estos últimos años ha sido ingresada en numerosas ocasiones. “Muy poca gente lo sabía. Y una vez que se ha sabido, pues efectivamente coinciden determinadas cosas, parones profesionales... Cada uno lo lleva con la intimidad que quiera o que pueda”, explicaba afligida la periodista.
A pesar de la enfermedad la actriz no quiso parar. No por obligación sino porque su trabajo era el motor de su vida y una forma más de mantener la esperanza y la positividad en todo el tratamiento. Como han asegurado fuentes cercanas a Echegui a Vanitatis, sus últimos meses no fueron fáciles y llegó a viajar al extranjero en busca de ayuda, pero "jamás perdió la esperanza, ni la positividad, y lo que es aún más especial: jamás renunció a su trabajo". No paró sus promociones. No se negó a dar entrevistas y no dejó de rodar. Siguió trabajando mientras se sometía al tratamiento. Es más, sus últimos trabajos aún están pendientes de estrenarse. ‘Ciudad de sombras’, un thriller policiaco de Netflix dirigido por Jorge Torregrosa que adapta la primera novela de Aro Sáinz de la Maza de la tetralogía de ‘Milo Malart’ y en la que interpretaba a la subinspectora Rebeca Garrido. ‘Hortelana’, el primer largometraje de Sara Sálamo que habla sobre la maternidad también contó en su reparto con Echegui junto a Diego Martín y Olivia Molina.
Hacía apenas un par de meses la actriz presentaba su último estreno, la comedia ‘A muerte’, y lo hacía concediendo entrevistas en numerosos medios. En una de ellas, llegó a hablar de la muerte con total naturalidad. Nadie supo que lo hacía a sabiendas de que era uno de los finales posibles tras su enfermedad. La entrevista en Fotogramas que hacía el pasado mes de junio para promocionar la serie ‘A Muerte’, es ahora mucho más dura de leer por la reflexión que hacía Echegui:
“No afrontamos la realidad de que todos vamos a morir. Tratamos de vivir obviando que es algo inevitable y que vamos a atravesar. De hecho, no recuerdo ningún curso desde parvulitos en que nos hablarán de la muerte. Me pregunto cómo la viviríamos si nos hubieran hablado de ello desde la confianza y desde otro punto de vista, quizás desde la fe en una vida que continúa o que es eterna. [...] Creo que esta sociedad se ha esforzado mucho en que tengamos miedo a la muerte. Yo, más que miedo a la muerte, tengo miedo a la enfermedad y al sufrimiento”.
El actor y director Daniel Guzmán afirmaba en el tanatorio que conocía su enfermedad y declaraba afligido que la actriz le pidió la máxima discreción. Es más, tenían un proyecto en marcha como él mismo confesaba. "Es única. En la última etapa estuvimos ahí para hacer un proyecto juntos y, bueno, yo lo mantuve así un poquito con sensibilidad, en secreto, porque ella me pidió que fuera muy discreto, y es complicado, porque era una persona muy especial, muy auténtica. Yo creo que, de su generación, la más talentosa, y con una personalidad única, de verdad. O sea, no porque se haya ido, pero es un golpe, es un revés muy duro. Muy duro, de verdad".
Es tan duro que aún no terminamos de hacernos a la idea de que Verónica Echegui nos haya dejado, aunque lo ha hecho como quiso: en la intimidad más absoluta. Ahora la recordaremos siempre por su trabajo y por su increíble talento.
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