Pies cuidados y a la vez bonitos

Pies cuidados y a la vez bonitos
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No tengo los pies feos, son más bien normalitos, tengo los dedos en su sitio y las uñas las corto con mucha facilidad. Pero tengo que reconocer que cuando les lavo la cara me encanta enseñarlos y lucirlos, me pinto las uñas y ¡rejuvenecen! por completo. Pies cuidados y a la vez bonitos, ¿o nos los prefieres así?.

En invierno pecamos de cuidarlo poco o no hacerlo tan a menudo cómo lo hacemos cuando llega el buen tiempo. Mal hecho, lo pies no hay que cuidarlos por estética o por que te los vean los demás, hay que hacerlo por una misma, la salud de tus pies es importante los luzcas o no. Pues vamos a ponernos manos a la obra y de aquí a unos años no te arrepentirás.

El calzado, el buen calzado es la base de tener unos pies encerrados dentro de un habitáculo pequeñísimo pero que a su vez ellos no sufran ese inconveniente. Debes probártelos siempre de pie y a ser posible por las mañanas cuando está menos hinchandos y cansados. Te tienen que quedar ajustados sin apretarte pero nunca sueltos ni de ancho ni de largo para evitar rozaduras y ampollas.

La funda juega una parte muy importante, siempre que sea posible deben ser de piel o de tejidos naturales. De esta manera cuidamos de que no se sude en exceso y evitamos que los pies sufran horrores dentro de plásticos.

Cuando nos calzamos tenemos que tener en cuenta siempre de que el pie tiene que estar completamente seco. Un fallo que se suele cometer antes de hacerlo es pasarse una toallita para refrescar el pie o por no manchar el zapato. Este detalle está muy bien si no fuera por que solemos hacerlo tan rápido que no damos tiempo a que se sequen los pies.

También saliendo de la ducha se comete este error, los pies hay que secarlos y después calzarlos, pero nunca que lo hagan ellos solos dentro de las zapatillas aunque estas sean de rizo de toalla. Los hongos acechan donde menos te esperas por eso la importancia de secarlos a conciencia sin olvidarnos de hacerlo entre los dedos y alrededor de las uñas.

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¡Me huelen los pies!, esto es cosa de las bacterias y hay que ponerles freno para evitar dentro de lo posible que se extiendan al resto del calzado. Arriba hago referencia a que el calzado sea de piel pero debe ser todas las partes que lo forman, incluídas las suelas interiores, nunca deben ser de goma ni sintéticas. Los desodorantes y tratamientos te vendrán fenomenal si te sudan en exceso.

Exfoliarlos cuando están húmedos previenen durezas y pieles que quedan horrorosas cuando los pies están secos. Cuando nos pasemos la esponja nunca hay que olvidarse de los pies y para las partes más complicada tiraremos de piedra pómez.

Si hacemos un mal uso de los tacones podemos tener problemas a la larga de los dolorosos callos, también salen cuando el calzado es muy estrecho o nos aprieta por algún lado en especial. Si eres muy propensa y siempre te salen en el mismo sitio puede ser problema de la manera de andar y pisar, un podólogo te sacará de dudas siempre y además podrás prevenir quizás problemas a largo plazo en tu columna vertebral.

Cómo verás son problemas que leídos todos juntos se te puede hacer un poco cansino hacerlo, pero si lo conviertes en rutina te será de gran ayuda para tu salud. Después de todo ello viene lo que habitual y popularmente conocemos cómo pedicura en casa para tus pies.

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