La reciente apertura de una gran superficie en mi ciudad, y mi consiguiente visita a su amplia sección de cosmética, me ha hecho plantearme de nuevo la utilidad y seguridad de los consejos de belleza y cosmética que nos dan las dependientas de los stands. No sé exactamente cuál es la política de las marcas a la hora de elegir su personal en grandes almacenes, pero yo he tenido algunas malas experiencias.
Tras indagar por la red me he dado cuenta que no soy la única, y que son muchas las quejas contra las llamadas en la industria SA (Sales Assistants) de las que pocas marcas se libran. Hay algunas marcas que, en general, tienen fama de ser muy colaboradoras con las clientas, proclives a maquillarte con los nuevos tonos de temporada o a dar bastantes muestras. Otras marcas no tanto.
Sin embargo lo que más me preocupa no es esto, sino la formación, y por tanto capacidad de dar consejos, de la gente encargada de una marca de cosmética. He recibido varias veces consejos inauditos, me han regalado muestras dándome información totalmente incorrecta sobre su uso, o incluso, como me pasó ayer, ni siquiera conocían el producto que pedía, que os aseguro es un bestseller de la marca.
De hecho no solamente no lo conocían, sino que cuando por fin me lo trajeron no era la crema que yo quería, sino otra, y para un tipo de piel totalmente distinto. Las beauty victims como las editoras y lectoras de este blog quizá sepamos distinguir y ver cuándo no nos están dando un buen servicio pero ¿qué pasa cuando la clienta no sabe del tema? ¿Se aplicará una crema renovadora con AHA sobre una piel sensible, como me recomendaron a mí?
Creo que este es un tema de reflexión y que probablemente levantará ciertas ampollas, por lo que me gustaría saber vuestra opinión. ¿Habéis tenido buenas o malas experiencias? ¿Quizá habéis trabajado como SA? ¿Os fiáis de los consejos? ¿O seguís vuestra propia intuición o experiencia, o los consejos quizá de un blog como Arrebatadora? Esperamos vuestras opiniones
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