No es la primera vez que se cuestiona nuestros hábitos de higiene. Lo cierto es que cada poco tiempo surgen las mismas cuestiones del pelo de si es bueno ducharse a diario, si es mejor ducha o baño, si el pelo nos lo podemos lavar todos los días... Vamos, que las dudas nos acechan y todo en pro de cuidar nuestra piel (o cabello) como merece.
De esta manera, merece la pena traer a colación que que hace una temporada, a raíz de las declaraciones de Jake Gyllenhaal en las que aseguraba que no se duchaba a diario, de manera que mantenía mejor su piel, además de declarar que "nos limpiamos naturalmente” (esto es un sinsentido), fueron muchos los famosos que reconocieron esta tendencia, lo que nos hizo preguntarnos si realmente era necesario o no ducharse a diario.
Así, en aquel momento hablamos con Eduardo Senante farmacéutico de Farmacia Senante, que ya nos adelantó que todo depende. Y es que, según nos confirmó la periodicidad más adecuada de nuestra ducha, "es algo que varía de persona a persona y estará en función de varios factores, como la temperatura y la humedad del lugar donde vive y/o trabaja, el grado de actividad y movimiento que realiza, las condiciones de la piel (sensibilidad, patologías cutáneas,.), la temperatura del agua a la que se suele duchar, etc. Es decir, si por ejemplo vivimos en un lugar frío y seco y no somos muy activos que digamos, no sería en principio necesario ducharnos todos los días. Mientras que si vivimos en un lugar muy húmedo y caluroso, tendemos mucha tendencia a sudar y una piel no extremadamente sensible… una ducha diaria puede que sí que sea más que necesaria".
Esto mismo es sostenido por otros profesionales, como Joyce Park, dermatóloga de Seattle que ha declarado que “no existe un método único para lavar la piel y el cabello”, dice . La frecuencia ideal depende de tu tipo de piel y cabello, la cantidad de sudor que produzcas y lo sucio que estés. Ducharse con demasiada frecuencia puede resecar permanentemente la piel, empeorar el enrojecimiento, la picazón y la descamación, y desencadenar brotes de eczema”.
Es decir, que todo depende de las circunstancias, pero bien es cierto que según un estudio de Harvard se reconoce que la ducha diaria tiene un impacto sobre la piel como puede ser que que esté más seca, irritada o con picazón; de hecho reconocer que si "está especialmente seca y agrietada puede permitir que las bacterias y los alérgenos rompan la barrera que se supone que debe proporcionar la piel, permitiendo que se produzcan infecciones cutáneas y reacciones alérgicas".
Además, los reconoce el estudio que "los jabones antibacterianos pueden matar las bacterias normales. Esto altera el equilibrio de los microorganismos de la piel y fomenta la aparición de organismos más resistentes y menos amigables que son más resistentes a los antibióticos".
Y, por otro lado, también dice que en relación a nuestro sistema inmunológico, se necesita una cierta cantidad de estimulación por parte de microorganismos normales, suciedad y otras exposiciones ambientales para crear anticuerpos protectores y "las duchas frecuentes a lo largo de la vida pueden reducir la capacidad del sistema inmunológico para realizar su trabajo". Este tema es algo que se está estudiando y no está confirmado al 100 %.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que este estudio habla siempre de probabilidades, en ningún caso es taxativo y reconoce que cada uno sabe cuándo tiene que lavar si piel y que también tenemos que lidiar con temas como el olor corporal, rutinas y demás.
Por lo tanto, no dejará de ser una decisión personal pero para la cual también hay que tener en cuenta las recomendaciones de los expertos que suelen decir que se recomiendan duchas cortas de tiempo (no más de 5 minutos), con agua a una temperatura no muy caliente (Eduardo Senante nos da el truco definitivo: si se empaña el espejo del baño probablemente estamos usando agua demasiado caliente y estaremos maltratando los lípidos de la piel), aclarar siempre si es posible con agua un poco más fría (no hace falta que sea gélida) y utilizar un gel tipo syndet (synthetic detergente) con un pH lo más cercano a 5.5.
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