Las vacaciones acaban de comenzar para muchos. ¿Eres uno de esos suertudos? Entonces es el momento de hacer acopio de cremas solares y asegurarte un verano en el mar seguro para tu piel. Existen muchísimas propuestas y productos diferentes para adaptarse a las necesidades de cada individuo. ¿No sabes cuál es el que mejor encaja con tus planes, tu lifestyle y tu piel? Con estas cinco claves de Bioderma no te quedará ninguna duda.
Protección de alto espectro ante todas las radiaciones
¿Por qué optar por una crema solar que solo protege de los rayos UVA cuando podemos tener una que haga barrera frente a todo el espectro dañino? El doctor Josep González Castro, dermatólogo del Institut del Hospital Universitario Dexeus, recomienda “buscar en el envase aquellos que nos defienden de la radiación ultravioleta A y B, para que la protección sea más completa.”
Las nuevas generaciones de fotoprotectores pueden incluir también mayor rango de protección, incluyendo rayos infrarrojos-A (IR-A) y luz visible (HEvis). Si encontramos propuestas de este tipo, mejor apostar por ellas para tener una mayor barrera defensiva.
A eso debemos sumar, según Bioderma, una buena elección del tipo de filtro: los químicos absorben la radiación y están desaconsejados para pieles intolerantes, mientras que los físicos que reflejan la luz son más efectivos pero tienen texturas menos agradables y suelen dejar mancha.
La resistencia al agua puede variar
De poco sirve utilizar productos con SPF este verano en la playa si al darnos un chapuzón perdemos toda la protección. Podemos volver a aplicar la crema al salir del agua. Y debemos hacerlo cada dos horas, porque la sudoración, el ejercicio físico y la toalla puede eliminar el efecto protector. Pero para no pasar ni un solo momento desprotegidos frente a los efectos nocivos del sol, lo mejor es optar por una crema resistente al agua.
Desde Bioderma nos descubren una diferenciación sutil pero importante. “Resistente al agua es cuando el fotoprotector mantiene su eficacia después de 40 minutos de inmersión; mientras que muy resistente al agua amplía el tiempo a 80 minutos.” Por ello, para los más pequeños que pasan el día a remojo en el mar o la piscina, buscar propuestas ‘muy resistentes al medio acuático’ puede solucionarnos muchos dolores de cabeza.
¿Qué factor de protección solar debo escoger?
Desde pequeños hemos aprendido que un factor de protección solar 50 es mucho más eficaz y potente que uno de 25. Y que si estás muy pálido, lo mejor es apostar por SPF total para no quemarse. Pero ¿qué significa este número? El experto dermatólogo de Bioderma nos explica a qué se debe esta numeración:
“Indica el número de veces que el fotoprotector aumenta el tiempo de defensa natural de la piel frente al enrojecimiento previo a la quemadura. Así pues si una dermis se quema a los 10 minutos de estar expuesta al sol un día de verano, tras aplicarse un filtro SPF 10 podría soportar diez veces más radiación sin quemarse. Es decir, 100 minutos.”
Por consejo de la Comisión Europea, los grados de protección se han estandarizado como bajos (SPF6 a SPF10), moderado (SPF15 a SPF25), alto (hasta SPF50) y muy alto (SPF50+). Este último es el que se denomina protección total, aunque este sea un concepto que, según el dermatólogo Josep González Castro, no existe. “Siempre permiten la penetración de cierta cantidad de radiación.”
Atención: los fotoprotectores caducan
Somos muchos los que tenemos en el bolso o mochila de playa una crema solar y, cuando termina el verano, la dejamos aparcada con la intención de utilizarla el próximo año. ¡Cuidado con el almacenamiento! Los productos con SPF caducan como cualquier otro cosmético. Pero no solo eso, también pierden sus propiedades protectoras. Así que si lo estás utilizando sin mirar su fecha de caducidad, puede que solo sirva como hidratante corporal expirado.
Utilizar fórmulas diferentes para distintas zonas del cuerpo
Este consejo está especialmente pensado para aquellas personas con pieles sensibles. Porque las pieles reactivas necesitan texturas agradables que se adapten a la zona de aplicación y sean cómodas y placenteras, en la medida de lo posible. Eso sí, todos deberíamos buscar productos fotoprotectores que se adapten a nuestro tipo de piel, ya sea grasa, seca o mixta. La composición y la fórmula son muy versátiles, pudiendo optar por cremas, geles, lociones, sprays, sticks, etc.
“No hay que olvidar extremar la precaución en las zonas del cuerpo más sensibles, como cara, labios, cuello, cabeza, escote, senos, orejas o el dorso de los pies. También es importante evitar fórmulas que contengan alcohol, para evitar la prevención de manchas.” - Dr. Josep González Castro, dermatólogo Director de IDERMA
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