Aplicarse la sombras, labiales y la máscara es importante, sobre todo por que usamos tonos y colores más oscuros e intensos que en el resto de la cara y lo que quede mal, cualquier desperfecto o echar más producto de la cuenta, se ve fatal en el maquillaje. El colorete, en muchas ocasiones, pasa más desapercibido pero eso a veces no quiere decir que esté mejor aplicado, si nos lo proponemos podemos conseguir con fáciles trucos que quede perfecto.
El colorete es fundamental a la hora de maquillarnos, nos realza los pómulos, conseguir parecer más jóvenes, borra las huellas del cansancio y afila los rasgos hasta de los rostros más redondos. Lo primero que tenemos que buscar es la textura ideal para nuestro tipo de piel, ¿colorete en polvo, en crema o en gel?
Colorete: texturas y tipo de piel
Yo siempre he utilizado el colorete en polvo, ya que me proporciona un acabado mate y aterciopelado. Mi piel es grasa y aunque en los pómulos no me suelen salir los típicos brillos ni tengo los poros abiertos me gusta más como me queda y lo que más valoro, me dura más tiempo y en perfecto estado. Está hecho a base de polvos micronizados a los que se añaden pigmentos coloreados y agentes hidratantes para no resecar en exceso la piel aunque esta sea mixta/grasa.
También tenemos el colorete en crema o en mouse ideal para pieles secas, proporciona un acabado rejuvenecedor. Está hecho a base de cera y pigmentos coloreados, es resistente al agua y a la transpiración, por lo que su uso está muy indicado tanto para las actividades deportivas cómo para las más jovenes que quieren un colorete todoterreno.
El colorete en gel suele ser ligero y quedan muy sutil en el rostro, su efecto es muy natural pero tiende a desaparecer muy pronto sino pones la cantidad suficiente. Lo mejor que se funde en tus dedos perfectamente y es ideal para las manos más inexpertas a la hora de aplicarse el colorete.
Colorete: aplicación en rostro redondo
Con el óvalo redondo tienes que trazar un arco desde el extremo de los labios hasta la oreja, difuminándolo muy bien para que no se perciba ninguna línea de color, así estilizarás todo lo posible tus pómulos y alargarás tu rostro para que no parezca tan redondo.
Otro manera, cómo tu rostro es ancho o llenito lo mejor para aplicarlo es sonriendo y en el punto que más sobresale el pómulo aplícalo con movimientos circulares y con una brocha al dejar de sonreír extiendelo con la brocha en dirección a las sienes u orejas, parece difícil pero con práctica lo conseguirás.
Colorete: aplicación en rostro alargado
Los rostros alargados tienen que hacerse un colorete más bien pequeño y discreto, aplicando el color sobre el centro del pómulo formando un círculo y no extendiéndolo mucho hacia los extremos, sólo lo justo para que realcemos el pómulo y le demos protagonismo. Un truco es empezar a la altura de las aletas de la nariz y ascender con cuidado y con pequeños toques hacia las sienes por debajo de los ojos. Si notamos que nos falta color volvemos a aplicar de la misma manera.
Colorete: dos tonos
Muchas de vosotras os comprais un sólo tono de colorete, yo siempre apuesto por el que lleva dos tonos, uno más rosado y en otro más fuerte en tonos marrones. Claro que se pueden utilizar separados pero el truco aquí será aplicarlos en conjunto, el tono más oscuro va por debajo del pómulo para acentuarle y darle profundidad y el claro va justo en la mejilla para dar luz y color a la cara.
Otro factor importante será el tema de las brochas de colorete, cada trabajo lleva su herramienta y es importante saber usarlas ya que las de aplicación de polvos suelen ser distintas y usadas de otra manera.
Estamos pendientes que nos digas tus secretos para que el colorete te quede perfecto, ¿nos lo cuentas?
Fotos | ookikioo, Dottie Mae, Idhren
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