La gran noche de la moda es la de la Gala del Met, pero sin duda las alfombras rojas de los festivales no se quedan atrás, especialmente las del de Cannes y Venecia con looks que nos hacen pensar que hay vida más allá del encorsetamiento que en los últimos años hemos estado viendo de forma general en los Oscars.
El festival francés continúa su edición número 76 esta semana, después de comenzar premiando a Michael Douglas con la Palma de Oro, que acudió con su mujer, la también actriz Catherine Zeta-Jones, y la hija de ambos, Carys Zeta, con un fantástico vestido blanco con transparencias y apliques florales de Elie Saab.
Sin embargo, además de estilismos para el recuerdo, como el espectacular de Pronovias de la influencer Marta Lozano, que además ha lucido un maquillaje ideal para ceremonias con estos productos, estas ocasiones también son los momentos idóneos para que haya un espacio para la reivindicación por cuestiones de visibilidad, por muy absurdo que parezca el gesto en su forma.
Este año hemos vuelto a ver el que en su momento llevaron a cabo Julia Roberts y Kristen Stewart, solo que esta vez realizado por la maravillosa Cate Blanchett.
En 2016 la protagonista de Pretty Woman caminó descalza delante de las cámaras que se hacinan al otro lado del photocall en protesta por un hecho que sucedió en la edición anterior del festival: se le prohibió la entrada a la proyección de la película Carol a un grupo de mujeres que asistieron con zapatos de tacón bajo. Sí, tal y como lees, el colmo de la estupidez.
Kristen Stewart por su parte repitió dos años más tarde delante de los periodistas, ella en su caso para reclamar una igualdad de acuerdo al dress code femenino con el masculino. Ataviada como habitualmente de Chanel, firma de la que es embajadora desde hace años, se quitó sus stilettos Louboutin y se quedó descalza delante de la prensa.
En esta ocasión, Cate Blanchett, la mejor vestida de los Oscars, hizo lo propio en solidaridad con la premiada como Artista Revelación del festival, Zahra Amir Ebrahimi, actriz franco-iraní que tuvo que huir de su país con 20 años tras filtrarse un vídeo privado en el que aparecía con su pareja. De no haberlo conseguido se habría visto sometida además de al escarnio público a latigazos y a años de prisión. La ganadora pronunció estas palabras al recoger el galardón: "Esto es para apuñalar a todos los que se interponen en el camino de los derechos de las mujeres".
La última en llevar a cabo un gesto similar ha sido Jennifer Lawrence, pero no sabemos si lo suyo se ha debido a estas motivaciones de protesta o simplemente al hecho de apostar por la comodidad, que teniendo en cuenta el estricto código de vestimenta quizás lo podamos interpretar de forma reivindicativa.
Como te contamos ayer, la actriz se convirtió en la reina de Cannes pisando la alfombra roja en chanclas tipo flip-flop, el calzado de cabecera de todo buen estadounidense que se precie cuando el frío comienza a retirarse. A que luciese maravillosa también ayudó el increíble vestidazo, con chal incluido, de Dior en color rojo que llevó. Un look que bien podríamos haber visto en Gwyneth Paltrow en los 90.
No podemos olvidar que Lawrence fue una de las intérpretes señaladas directamente por el movimiento #MeToo debido a su relación con Harvey Weinstein, productor de El lado bueno de las cosas, película por la que la joven actriz ganó un Oscar. De acuerdo a sus declaraciones él la presionó para realizarle una felación y ante su negativa acabó contando que se había acostado con ella.
Fotos | Gtres
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