Conocer salamanca de forma distinta: la preciosa ruta que puede hacer literalmente todo el mundo sin problema

Existe una expresión para hablar de alguien distraído que es “estar en las Batuecas”. Lo curioso es que es un lugar real que existe y se puede visitar. Se trata de un valle, al sur de Salamanca y muy cerca del La Alberca, el municipio más visitado de la Sierra de Francia. Es un rincón natural tan especial que que Lope de Vega lo bautizó como “perpetuo lugar de felicidad”.

Rodeado por las cumbres de la Sierra de Francia, el Valle de las Batuecas destaca por combinar naturaleza e historia. Tanto por las pinturas rupestres escondidas en sus peñascos  hasta el monasterio carmelita del Desierto de San José, que sigue invitando al silencio y al recogimiento siglos después de su fundación.

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Con la llegada del otoño, los bosques del valle se tiñen de bellos ocres, dorados y rojizos. Con el rumor del río Batuecas acompañando el paseo, el aire fresco huele al aroma de castaños, robles y helechos. Huelga decir que es entonces el momento ideal para una escapada sin prisas. Sobre todo, si te gusta el senderismo, la magia de este valle está al alcance de todos con dos itinerarios que combinan naturaleza y accesibilidad:

Senda de los Castaños Centenarios

Con apenas 1,6 kilómetros de recorrido circular y muy poca dificultad, esta ruta parte del área recreativa de El Casarito, en Nava de Francia. Entre robles y helechos van apareciendo auténticos gigantes en forma de castaños con más de 500 años de vida, uno de ellos catalogado como árbol monumental por su tamaño y edad. Por lo demás, el paseo cuenta con pasarelas de madera, zonas de descanso y un mirador a la Peña de Francia, que regala unas vistas de postal.

Turismo Sierra de Francia

Senda accesible “Valle de las Batuecas”

Con una longitud de 1,1 kilómetros lineales, este recorrido conecta el aparcamiento con el monasterio carmelita del Desierto de San José. El camino sigue el curso del río Batuecas, cruzando puentes y pasarelas entre fresnos, majuelos y alcornoques. Bancos y paneles interpretativos acompañan el trayecto, perfecto para quienes buscan un paseo fácil pero abundante en belleza natural.

Más allá del sendero

Esta escapada se puede completar con visitas a algunos pueblos de la Sierra de Francia como: La Alberca, Mogarraz o Miranda del Castañar. Con sus casas de piedra y entramado de madera, parecen sacados de otra época. Todos ellos son lugares perfectos para redondear el viaje con buena gastronomía serrana y un paseo entre calles empedradas.

Foto de portada | Sierra de Francia turismo

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