Qué es un mandala: la actividad creativa que nos ayuda a conectar con nosotras mismas y reduce el estrés

A grandes rasgos, hay dos tipos las personas: las muy creativas y las que sienten que no saben ni dibujar un árbol. Eso sí, entre ambos extremos hay un sinfín de posiciones. Quizás tu fuerte no sea crear desde cero (que no es nada fácil, por cierto), pero si dar rienda suelta a tu imaginación empleando lápices de colores o tus rotuladores favoritos.

Pasar horas coloreando un mandala es una actividad relajante y con pocas complicaciones que todas podemos hacer en casa. Asimismo, puede ser un gran pasatiempo para hacer en solitario o en familia y es muy económico, que siempre es un plus.

Aunque a primera vista pueda parecer sencillamente una imagen que colorear, el mandala esconde una gran historia que habla de conexión espiritual y desarrollo personal.

El origen del mandala: un viaje a la India

Para conocer el nacimiento del mandala, debemos viajar a la India. La palabra proviene del sánscrito (antigua lengua india) y su traducción es "círculo o rueda". Según Word History, el término y la imagen aparecieron por primera vez en el Rigveda, el texto más antiguo de la tradición védica que fecha entre 1500 y el 1200 a. C (hay debate acerca del momento exacto de su nacimiento). En otras culturas hay representaciones similares, como por ejemplo en la Antigua Grecia con el ouroboros o los chacanas del mundo andino prehispánico.

Qué son los mandalas (hay debate acerca del momento exacto de su nacimiento).En otras culturas hay representaciones similares, como por ejemplo en la Antigua Grecia con el

Como hemos comentado, los mandalas se relacionan con círculos decorados, aunque su imagen no tiene por qué ser exclusivamente así. En el medio anteriormente citado, apuntan que un mandala también puede ser "un cuadrado que encierra un círculo o una serie de círculos, un cuadrado solo, un círculo que encierra una imagen (como una estrella o una flor) o un rectángulo que encierra un círculo". Un ejemplo de la variedad de imágenes es la icónica Cruz Celta, que algunos estudiosos consideran un mandala.

Aunque existen muchas variantes, como explican en Concepto, "un mandala suele ser una representación del universo como un todo organizado y armónico (macrocosmos), cuyas fuerzas se ven reflejadas en la mente humana (microcosmos)". En esta representación, cada figura tiene un significado específico que está relacionado con diferentes elementos, chakras o dioses.

Carl Gustav Jung (l. 1875-1961) fue pionero en el trabajo más innovador sobre el significado y el propósito del mandala, como leemos en Antilogicalism. Para él, el centro del mandala simboliza el “sí-mismo”. Si quieres conocer más acerca de sus estudios, Jung publicó un libro llamado 'Los mandalas y su simbolismo'.

Principales formas de los Mandalas

En términos generales, los mandalas tienen una forma básica de círculo o rueda, aunque pueden realizarse con otras formas geométricas. Existen variaciones a la hora de realizar estas representaciones dependiendo de la cultura. Por ejemplo, en la hinduista, destacan más los yantras lineales, mientras que en la budista, llaman más la atención las propias figuras.

Tipos de Mandalas

En la actualidad existen muchas clasificaciones populares de los mandalas según sus supuestos orígenes o según sus colores y formas si seguimos la tradición original de Oriente, existen dos formas:

• Garbha-dhatu que en castellano sería “mundo del útero”, que representa la fuente de toda la creación y manifestación del universo. Como explican en Concepto "suele dibujarse como un círculo del cual emanan flores de loto en un movimiento centrífugo", y en el centro se encuentra el Gran Buda Solar.
• Vajra-dhatu “mundo del diamante” o “mundo de rayo” en castellano, es la segunda forma y "se refiere a la liberación del sufrimiento, el camino a la iluminación y el encuentro con la verdadera naturaleza del buda. Se representa con un buda central rodeado de bodhisattvas, y simboliza el encuentro entre la compasión y la sabiduría". La diferencia en este caso es que el movimiento va de lo múltiple a lo individual, al revés que el anterior.

Para qué se utilizan

Su objetivo es dirigir al observador desde el borde hasta el interior con el fin de generar, entre otras, una reflexión relacionada con el autodescubrimiento y el desarrollo personal, un análisis sobre el significado de la vida, la naturaleza del universo o la realidad de Dios la (en su vertiente religiosa). En Buddhist-Art resaltan que los budistas han empleado el mandala a lo largo de los siglos como ayuda para la meditación.

Entre todo aquello bueno que nos aporta, en Exploring Your Mind destacan que trabaja la memoria, la atención, la percepción y la coordinación viso-motriz. Asimismo, se usa en terapia ocupacional porque la estimulación cognitiva ayuda a las personas a realizar sus actividades diarias. En educación, se emplea con el fin de fomentar la concentración y la disciplina.

En nuestro caso nos ayuda a controlar el estrés, a relajarnos y a conectar con nosotras mismas y con nuestra creatividad. Al practicar manualidades activamos zonas cerebrales y según este estudio presentado en el Congreso de la American Academy of Neurology, estimulamos el cerebro, lo que podría diminuir el riesgo de deterioro cognitivo leve a una edad avanzada.

Esta es una de esas actividades especialmente recomendadas para mantenernos activos con el paso de los años, ya que ejercitamos nuestras manos y están implicadas diferentes funciones cognitivas, además de la atención. Nos sirven para fortalecer la autoestima, estimular la confianza personal y promover un envejecimiento más activo.

Si quieres iniciarte en el mundo del mandala, estos libros son buenos aliados

Este libro de mandalas para colorear para adultos está compuesto por 40 diseños con diferentes dificultades, aptos para las que busquen retos fáciles como las más pro en la materia. Cuesta 5,72 euros en Amazon.

En el catálogo de El Corte Inglés encontramos el libro "365 mandalas para colorear: Relájate coloreando un mandala cada día y déjate inspirar por sus mensajes mindfulness". En este caso, los diseños de mandalas vienen acompañados de frases inspiradoras para cada día del año. Cuesta 12,25 euros.

Este libro con 40 mandalas dibujados a mano te ofrece una guía con colores sugeridos y hasta una playlist con canciones relajantes que encontrarás al final de cada página a través de un código QR. Además, detrás de cada dibujo hay una página negra para evitar manchas y permitir que cada página sea recortada y enmarcada si quisieras. Tiene un precio de 9,99 euros en Amazon.

Finalmente, nos quedamos con la obra "150 Mandalas: Un libro de colorear para adultos". De este libro destacamos que cuenta con una copia digital (PDF) como regalo para que puedas imprimir tantas veces como quieras cada mandala o incluso colorear a través de tu tablet. Cuesta 10,99 euros en Amazon.

Cómo dibujar un mandala

Además de colorear mandalas ya creados, podemos hacer desde cero nuestro propio mandala, comenzando por crear una guía. Con ayuda de un compás y desde el centro de la hoja, hacemos diferentes círculos concéntricos que dividiremos después en tantas partes como queramos, de esta forma:

Como explican desde el blog de El Corte Inglés, "Desde el centro de nuestro mandala, iremos dibujando a lápiz un patrón en cada parte, a nuestro gusto, con líneas y figuras. Pueden ser tanto geométricas como orgánicas".

Una vez terminado el dibujo, repasamos las líneas con un bolígrafo o rotulador y borramos las guías que habíamos hecho con lápiz. Si tienes experiencia, puedes hacer el patrón directamente a bolígrafo, pero no podrás corregir nada si te equivocas. Te dejamos un ejemplo de cómo hacerlo paso a paso en vídeo:

Ya sólo queda añadir el color, a ser posible y para que quede más aesthetic, utilizando una gama de colores que combine y se repita, aunque se trata de divertirse, así que siéntete libre para pintarlo como más te apetezca.

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Fotos | Amazon, El corte Inglés

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