El año se ha pasado muy rápido y casi sin pestañear nos encontramos en plena efervescencia festiva. Ya podemos oler, respirar y vivir la Navidad en cada rincón, vayamos por donde vayamos. Estos días estamos ya organizando cómo y con quién celebrar cenas y encuentros, entre amigos o en familia.
A todos nos gusta sorprender a nuestros comensales con esa receta que nos sale tan bien o esa otra más novedosa por la que seguro te felicitarán. Lo que nunca puede faltar en cualquier celebración son unos buenos entrantes, aperitivos y picoteo, algo que -sin duda- caracteriza a nuestra forma de ser; ¿a quién no le gusta ponerse al día delante de un buen aperitivo y un vino?
Para estos momentos preliminares, es una apuesta segura y ganadora una tabla de membrillo, quesos y frutos secos. De hecho, lo raro será que llegue intacta al comienzo de la comida, porque a buen seguro que entre paseo y paseo van picoteando de la misma.
El truco: que todos los ingredientes sean de calidad
Efectivamente, en la calidad está la distinción. Es preferible escoger cuatro buenos quesos que seis que no lo sean tanto. Con el membrillo ocurre lo mismo. Asegúrate de comprar un membrillo de calidad.
Este aperitivo nos encanta especialmente por el contraste de sabores y texturas
En Santa Teresa saben mucho de esto y sólo utilizan fruta fresca. Sin conservantes, sin colorantes, sin aditivos y -evidentemente- sin gluten, porque para preparar membrillo sólo utilizan la carne de los membrillos frescos y azúcar. Esta fórmula es parte del éxito de Santa Teresa, además de sus 160 años como experiencia elaborando recetas tradicionales con productos naturales. El membrillo es una de ellas, y ofrece para su clientes una gama de formatos ideales para diferentes usos: el clásico bloque, con nueces, para untar o en lonchas.
Cómo preparar la tabla de membrillo, quesos y frutos secos perfecta
Este aperitivo nos encanta especialmente por el contraste de sabores y texturas. El toque dulce del membrillo potencia el sabor de los quesos y la combinación dulce-salado en este caso, es una combinación ganadora.
El toque dulce del membrillo potencia el sabor de los quesos y la combinación dulce-salado en este caso, es una combinación ganadora
Elige -al menos- cuatro tipos de queso distintos y de muy distintas variedades. Aquí no hay normas y todos los quesos tienen cabida, ya hemos dicho que lo ideal es que sean de gran calidad. Elige quesos más suaves y más fuertes, más cremosos y más secos. De esta manera abriremos nuestro paladar a los sabores. En esta ocasión hemos seleccionado un queso de Brie cremoso, un queso tipo azul, un gruyer suizo, y cómo no, un manchego semicurado. Seguro que no hay dos opiniones iguales y a cada persona le gustará una combinación distinta.
Incorpora frutos secos a la tabla de membrillo y quesos. Escoge siempre frutos secos sin sal ya que el queso aporta suficiente sabor a este aperitivo. Pueden ser nueces, almendras, avellanas, nueces de macadamia, pecanas, pistachos pelados o incluso piñones. Los frutos secos además le dan un toque crujiente a esta tabla, cerrando el círculo de combinación de sabores. Otra opción es elegir la variedad de membrillo con nueces de Santa Teresa para sorprender aún más con el juego de texturas.
Las tablas de queso nos dan mucho juego, por eso puedes preparar una tabla de quesos nacionales, o todo lo contrario, una tabla de quesos internacionales. Acompáñala con un vino blanco más seco que dulce, para contrastar con el membrillo, o incluso con un cava bien fresco. Y recuerda, sobre todo, que no falte membrillo.