A veces, los productos de belleza y cuidado de la piel se convierten en un billete a lugares remotos. A través de los aromas y de los ingredientes de su formulación, viajamos a paraísos naturales y soñamos con escaparnos allí una temporada. ¿El último descubrimiento beauty? El Monoï, un producto que, si bien es todo un clásico de la cultura polinesia, llega a nuestro neceser dispuesto a convertirse en nuestra última obsesión.
El Monoï no es otra cosa que un aceite perfumado, fruto de macerar flores de tiaré (las gardenias tahitianas) en aceite de coco. El resultado presenta propiedades hidratantes, protectoras y reparadoras para la piel, de ahí que, desde hace generaciones, sea el secreto mejor guardado en la belleza de las polinesias.
De origen natural, con un poso exótico y muy nutritivo para la piel, el Monoï promete convertirse en nuestro gran aliado para disfrutar del sol este verano sin renunciar al cuidado de la epidermis.
Un minucioso proceso de elaboración
El Monoï tahitiano es la base de la formulación de Polysianes, la gama solar de Klorane, compuesta por productos para preparar la piel para tomar el sol y para repararla tras la exposición a él, además de artículos para el cuidado del cabello.
Para obtener este aceite en su versión más tradicional, Klorane lo elabora infusionando una docena de flores de tiaré en un litro de aceite de coco. Es ahí donde surge la magia.
Pero, ¿por qué es un ‘super ingrediente’? El Monoï de Tahití contiene vitamina A, que regenera los tejidos cutáneos, además de vitamina E, que, con un poderoso efecto antioxidante, ayuda a dejar la piel tersa. Además, este aceite mantiene la hidratación y elasticidad de la piel, la suaviza y da uniformidad al bronceado.
Aunque sus propiedades lo posicionan como todo un objeto de deseo beauty, el Monoï potencia sus efectos cuando se acompaña con el aceite de Tamanu, conocido como “el oro verde del Pacífico”. Antiinflamatorio, cicatrizante y regenerador, se utiliza en la Polinesia tanto para proteger la piel frente a los rayos UVA y UVB como para cuidar la zona en la que se lucen tatuajes (otra tradición del archipiélago).
¿Qué ocurre cuando se combina el Monoï de Tahití con el aceite de Tamanu de origen bio? Que se obtienen productos como los de la gama Klorane Solar, recientemente rediseñada con fórmulas más respetuosas con la biodiversidad marina.
Sensorialidad y cuidado del medioambiente
El objetivo de la gama Klorane Solar es proteger, nutrir y cuidar nuestra piel, pero, también, llevarnos de viaje sensorial. Gracias al Monoï y el aceite de tamanu, las once referencias que componen la gama son muy aromáticas, con notas avainilladas y florales. Además, sus texturas son suaves, muy agradables al tacto y de fácil absorción, lo que las convierte en las aliadas perfectas para un momento de autocuidado.
Un instante para, sea verano o invierno, estemos en la playa o en casa, viajar por unos segundos a la exótica Polinesia.
Pero la línea solar de Klorane, Polysianes, que ha sido recientemente rediseñada, no solo mima nuestra piel, sino también el entorno que hace posible que productos como el Monoï existan. Los protectores frente al sol de estos productos son fotoestables y resistentes al agua, con fórmulas filtrantes de alta tolerancia patentadas.
Además, el sistema de filtros que ofrecen estos protectores es eco-responsable. Así lo probó un laboratorio independiente (a petición de Pierre Fabre, matriz de Klorane), que testó que esos cuatro filtros no tienen un impacto negativo en el coral de los arrecifes de la zona.
Proteger, hidratar y reparar
La gama solar de Klorane ofrece la rutina completa para exponerse al sol. No solo para la piel, sino también para el cabello, que puede verse dañado por los rayos solares y necesita de un extra de mimos, especialmente en verano.
Diferentes texturas para protegerse
En el universo de la protección solar, cada una tiene sus preferencias. Las hay que siguen fieles a la clásica crema: para ellas, Klorane cuenta con un innovador gel-crema (también apto para el rostro) que aporta un efecto luminoso inmediato y ayuda a combatir la sequedad con un SPF 30. Si lo que se busca es un tratamiento específico para el rostro, esta crema solar protege del fotoenvejecimiento y ofrece un acabado empolvado de lo más favorecedor.
Para otras, el spray es su textura favorita para la protección solar, y el de Klorane, disponible con SPF 30 y SPF 50, conquista con un aroma a las gardenias tahitianas de las que deriva el Monöi.
¿Qué hay de las que adoran la textura en aceite? Esta versión de aceite seco, con fragancia a las flores de tiaré, cuenta con SPF 30 y consigue que la piel esté nutrida y luminosa.
Hidratarse tras la exposición al sol
Es de primer curso de beauty expert: no basta con protegerse del sol, sino que después de la exposición hay que dar un extra de hidratación a la piel. Y, para eso, el producto ideal es el aftersun.
Disponible en dos texturas en la gama de Klorane (aceite y crema), ambas opciones no engrasan, nutren en profundidad y ayudan también a combatir el fotoenvejecimiento. Además, están elaboradas en un 98% con ingredientes de origen natural.
Para las que busquen productos todoterreno, nada como el champú aftersun de esta línea, apto tanto para el cabello como para la piel. Limpia, nutre y mima cuerpo y melena bajo la ducha.
El cuidado (solar) del cabello
En el caso de nuestra melena, el foco lo pondremos tras la exposición al sol, dando al cabello las herramientas necesarias para repararse y reponerse de las agresiones de los rayos UVA. El champú nutritivo de Klorane sirve para compensar la sequedad generada por el sol y para eliminar todo aquello que agrede a la fibra capilar, mientras que el bálsamo enriquecido reparador ayuda a reparar la fibra capilar y es biodegradable.
Mimar la piel y la melena como quienes viven pegadas al mar y al sol, sacando partido durante generaciones a la sabiduría de la naturaleza y sus propiedades. ¿Qué mejor forma de cuidar la dermis y el cabello este verano que al estilo polinesio?