El acné es la peor pesadilla para muchos y muchas adolescentes. Como ese videojuego en el que nunca consiguen pasar de pantalla, porque los brotes van y vienen, y el juego parece no terminar nunca. Y es que la presencia de esos antiestéticos granitos no es más que la manifestación de una enfermedad crónica de la piel que, con el tiempo, incluso puede tener un impacto negativo en la autoestima de la persona.
Quienes se enfrentan a este combate, han de sortear y 'craquear' por el camino la inmensa cantidad de mitos y leyendas sobre cómo combatirlo eficazmente que aún hoy existen. Son muchos los que caen en ese tipo de trampas guiados por falsas esperanzas que terminan por agotar su paciencia y devolverles a la pantalla de inicio.
Pero ¿y si pudiésemos desbloquear una serie de 'hacks' para combatirlo y llegar a la pantalla final, la de 'endgame'? Con ayuda de un arma secreta como es Keracnyl, la gama de productos antiacné de Ducray, esto es lo que podemos hacer para ganarle la partida al acné juvenil de una vez por todas.
Los orígenes: así empieza el juego
Aunque el acné es un problema rodeado de falsas creencias y remedios milagrosos, lo cierto es que se trata de una afección crónica que a veces no se soluciona ni con los tratamientos farmacológicos (¡todo un 'blockbuster'!). De hecho, normalmente, la agresividad de estos procedimientos suele provocar efectos secundarios que requieren unas rutinas dermocosméticas que compensen los daños: la sequedad severa, el enrojecimiento de la piel y hasta ligeras molestias en el cutis.
El origen del problema se encuentra en el folículo pilosebáceo, que a su vez contiene la glándula sebácea, encargada de proteger a la piel de las agresiones y darle flexibilidad, mediante la producción de sebo y lípidos esenciales. En ocasiones, la gran amenaza del juego son las hormonas que propician la obstrucción del poro debido a una producción excesiva de sebo (hiperseborrea) o bien de células (hiperqueratinización).
Este tipo de alteraciones hormonales no solo suceden durante la adolescencia. En la etapa adulta, los factores hormonales pueden venir determinados por un embarazo, la ingesta de anticonceptivos orales o la menstruación, entre otros. Además de esos desencadenantes, otros factores pueden complicarnos la partida contra el acné, como son el estrés, el uso de cosméticos comedogénicos (que obstruyen el poro) o la ingesta de alimentos de alta carga glucémica.
Por otra parte, el acné juvenil puede estar provocado por un anfitrión inevitable en la partida, presente la piel de toda persona: la bacteria Cutibacterium acnes. Esta se convierte en nuestra peor pesadilla cuando el poro se obstruye y hay exceso de sebo, dando lugar a la aparición de los temidos granitos. La batalla ha comenzado...
Un villano con muchas caras
El mismo problema puede manifestarse de diferentes maneras en cada persona. Por eso, como si del avatar se tratase, conviene identificar los distintos tipos de acné para tener la partida bajo control.
En primer lugar, podemos encontrarnos con granitos que parecen puntos blancos, conocidos como microquistes o comedones cerrados. Estos pueden llegar a abrirse o inflamarse causando dolor. Cuando hablamos de grandes granos que se palpan bajo la piel nos encontramos ante nódulos que pueden evolucionar a modo de absceso o romperse, dejando marcas.
En el caso de que aparezcan granos rojos dolorosos y calientes al tacto, estaremos hablando de pápulas, que pueden reabsorberse o bien convertirse en pústulas. Estas últimas se identifican como granos amarillentos que aunque se vacíen o reabsorban, suelen ser recurrentes.
Por último, el acné puede provocar también la aparición de comedones abiertos (los famosos puntos negros), que pueden resolverse de manera espontánea sin más problemas.
Vencer al acné pantalla a pantalla
Ante todo, el o la 'gamer' que combate el acné debe mantener la calma (¡el estrés juega en su contra!) y concienciarse de que debe superar los obstáculos y trampas pantalla a pantalla. Los remedios que prometen llevarnos de un salto a la pantalla final suelen ser decepcionantes y nada recomendables.
Ante todo, la constancia en la rutina facial (y corporal) será la clave del éxito de la batalla contra los granos.
Comienza el juego: limpieza
Sin duda, la primera pantalla en la cruzada contra el acné juvenil será la limpieza de la piel, pero no con cualquier producto. Al contrario de lo que se suele pensar, las pieles con tendencia acneica necesitan fórmulas suaves, sin jabón, que respeten a la vez que traten.
Es el caso del gel limpiador de la gama antiacné Kerancyl de Ducray, formulado especialmente para las necesidades de higiene diaria de pieles grasas y con tendencia al acné. Se trata de un gel enriquecido con un activo llamado Myrtacine, un arma eficaz para combatir la bacteria causante de los granitos, esa que impide que evolucionemos en el juego.
Un 'healer' para calmar
El siguiente paso será proporcionar alivio, tanto a los granitos inflamados como al resto de la piel irritada por los tratamientos tópicos. Para pasar esta pantalla podemos contar con un 'healer' o 'curador' como Keracnyl PP crema calmante anti-imperfecciones. Sin duda será un arma esencial para ganar la partida al acné juvenil, también a largo plazo, ya que reduce las marcas.
'Shoot 'em up': ¡que no quede ni uno!
Además de la limpieza y el cuidado de la piel sometida a los estragos del acné y sus tratamientos, para vencer necesitaremos tratar localmente las imperfecciones de manera inmediata. Esto significa aplicar un cuidado SOS a los granitos que vayan apareciendo para secarlos y hacerlos desaparecer cuanto antes.
Para ello, nuestro mejor 'hack' será la eficacia de Keracnyl Stop Espinillas, una crema de cuidado urgente que se aplica de manera dosificada y precisa en las zonas conflictivas.
‘Bonus’: reparación
Como cuidado extra para garantizar el éxito de nuestra misión contra los granos podemos recurrir a una hidratante que compense la desecación cutánea provocada por los medicamentos antiacné. La crema Keracnyl Repair de Ducray cumple esta función porque hidrata y repara intensamente la piel para aumentar nuestra sensación de alivio y confort. Y, si la sequedad se extiende a los labios, necesitaremos un bálsamo labial como el de Keracnyl Repair para cuidarlos y prevenir el agrietamiento.
Pantalla extra: el ‘maskné’
Además de los retos que ya supone padecer acné en un contexto normal, la pandemia de la Covid-19 ha impuesto una pantalla adicional a nuestra partida contra los granos: el 'maskné'. Se trata de la aparición de brotes de acné como consecuencia del uso continuado de la mascarilla higiénica obligatoria.
En este caso se trata de un tipo de acné causado por la fricción del tejido de la mascarilla con la piel, un problema que afecta tanto a quienes no padecían problemas de granitos con anterioridad como a los que lo sufren habitualmente.
Para evitar este problema asociado con el uso diario de la mascarilla, la prevención a través del ritual de cuidado diario es esencial. Así, la limpieza del rostro y el cuidado de las imperfecciones son imprescindibles.
Adicionalmente, podemos complementar la rutina con la aplicación una vez por semana de una mascarilla como Keracnyl de Ducray, que exfolia suavemente, desincrusta los poros y absorbe el exceso de sebo. Eso sí, cabe recordar que en caso de que haya lesiones de tipo inflamatorio no debe frotarse sobre estas para evitar que la infección se extienda.
'Game over', acné
Seguir una rutina de cuidados práctica y eficaz como esta nos conducirá a conseguir nuestro objetivo: derrotar al acné. 'Game over', el juego ha acabado, y ahora solo debe preocuparnos mantener el buen estado de nuestra piel con rituales de cuidado diario. Una vez más, la constancia será la clave para matenernos en lo más alto del ranking de puntuación del juego.
Así, logrado el ansiado 'endgame', será muy importante mantener la hidratación en este tipo de pieles que han padecido problemas de acné, ya que tienen la barrera protectora alterada. La crema Keracnyl Control de Ducray nos ayudará en esta misión, ya que favorece la desaparición duradera de los puntos negros y de los granos.
Una apropiada hidratación, combinada con la limpieza diaria y exfoliación periódica son todos los 'hacks' que necesitamos para dar por superada la batalla contra el acné de una vez por todas. Y entonces solo quedará presumir de piel sana... Good game!
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