No sé a vosotros pero a mí lo de Victoria Beckham me ha supuesto toda una sorpresa. En su momento para mí emparentaba con Paris Hilton o Liz Hurley en ser las reinas del estilo hortera luxury, ahora no sólo su firma va viento en popa sino que gracias a ella tenemos los mejores looks de la reina spice, conjuntos impecables para mujeres que superan la treintena, los 40 incluso los 60 años. Ya lo dijo en una entrevista, diseña para ella, (gracias a Dios).
Sus estilismos poco favorecedores del pasado son de antología. Yo la recuerdo con sus vestidos a lo Versace de los 90 plagados de imperdibles, oro, satenes y mucha piel al descubierto. ¿Quién podía adivinar la que se nos venía encima? Se ha refinado, no le interesa tanto ceñir ni mostrar toda la piel que pueda y acierta especialmente en sus conjuntos de calle y cuando va vestida por su propia firma.
Se ha centrado en los tonos básicos, en las prendas más propias de una mujer de la élite de Nueva York que de Milán: son sobrias, elegantes y si las miras con lupa, las más estilosas. Me encanta su conjunto de pitillos con levita sin mangas en color crudo.
Las minifaldas escandalosas han cedido el trono en su vestuario a las faldas lápiz y los corsés y pechos turgentes que se salían a lo Maria Antonieta, ahora se tapan. O al menos, si se tapa arriba, muestra debajo. Pero no todo a la vez y a lo chabacano.
Otro de sus estilismo tan acertados con este conjunto smoking de su firma, impecable y acertado que luciera junto a su marido en la Global Fund y que también llevara Carey Mulligan en otra gala.
A mí hasta me gusta cuando a la mayoría no. En este caso, de paseo por Nueva York.
Por lo que paree, lejanos son los tiempos en los que la veíamos de esta guisa. Y esperemos que allí, en el pasado del 2003, se queden para siempre.
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