Candela Novembre (Pelizza de soltera) es el estilo personificado. Es verla y engancharse a ella

Hay veces en que una sale a la calle y ve a la típica chica con un no sé qué especial que hace que esté perfecta. Y es cuando tu la aniquilas con tu mirada de celos incontenidos, aquella que se va puliendo con los años y que te sale como un sexto sentido. Pero con las nuevas tecnologías ese sentimiento de 'te odio simplemente por ser como eres: perfecta' o 'me caes mal aunque me encantaría ser tú' una puede tenerlo en el sofá de casa o antes de irse a dormir. Y todo gracias a nuestro querido Instagram (del que soy adicta).

Por ello un día cotilleando hace cosa de un año me encontré con una chica guapérrima de esas que desprenden estilo a raudales. Vamos, una de esas que se pone un saco de patatas y sabe sacarle partido combinándolo con un cinturón, unas sandalias y un clutch divinos. ¿Su nombre? Candela Novembre (aunque su apellido de soltera es Pelizza), algo desconocido al principio pero que después me di cuenta de que tenía trayectoria en el mundillo.

Nació en Argentina, factoría de chicas bellas por su propia naturaleza, pero a los 17 años decidió dejarlo todo y cruzar el charco para establecerse en Milán como modelo. El amor es lo que tiene así que se casó con un arquitecto italiano con el que formó una familia (con sus dos hijas a cuál más mona).

A día de hoy sigue haciendo sus pinitos en el mundo de la moda además de colaborar con la revista italiana Grazia. Pero antes de informarme sobre su currículum yo ya me había empapado de todas sus fotografías de Instagram: su estilo es brutal y ponga lo que se ponga va perfecta. Arriesga y gana, y es de esas que se nota que el estilo le sale de manera natural. Como si de un instinto se tratara.

Hay personas que nacen con la gracia debajo del brazo, otros con la guapura, otros con la suerte y otros hacen un combo de simpatía, estilo y belleza que a mi me hace rabiar (pues desearía tenerlo). Pero aunque la envidia es mala, no se puede decir nada malo de ella: ¡mola mogollón!