Convertir una tarrina de queso crema en una receta de aperitivo fácil y rápido y triunfar

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Si estás aquí, leyendo estas líneas, no cabe duda de que te gustan los aperitivos frescos, cremosos y muy fáciles. Esto último, sobre todo, se debe a una misma base: el queso crema. Cualquier variedad nos servirá, siempre y cuando se trate de  una tarrina de sabor natural, para improvisar un aperitivo casi instantáneo solo mezclándolo con otros ingredientes de lo más diverso y que seguro que ya tienes en la despensa o en la nevera. Después, simplemente hay que servirlo como queramos: desde acompañado de rebanadas de pan para montar mini tostas (o pequeñas rebanadas de pan artesanal), hasta con una selección de galletas saladas, nachos, regañás, crackers o crudités de verduras.

Hierbas frescas aromáticas

Solo necesitamos un manojo de cebollino picado finamente para transformar el queso crema en un dip exquisito. Además, se puede enriquecer combinando con otras hierbas que tengamos en casa: Perejil, tomillo, eneldo, romero, perifollo, orégano... Solo hay que ir añadiendo poco a poco, mezclando y probando hasta dar con la intensidad que más nos guste. Las clásicas mediterráneas provenzales combinan juntas muy bien, pero podemos darle un toque más exótico con cilantro.

Mezclas de especias

Casera o con un mix comercial ya listo para usar, podemos emplearlas por sí solas o como añadido a cualquiera de las demás combinaciones aquí mencionadas. El curry típico de supermercado le va muy bien a las hierbas frescas y a los encurtidos, pero también son buenas opciones mezclas más especiales como el zaatar, el ras el hanaout, el schichimi togarashi o un furikake japonés.

Encurtidos y aceitunas

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Pepinillos, alcaparras, aceitunas, alcaparrones, cebollitas, ajos, piparras, zanahorias o cualquier otra verdura encurtida, o una mezcla de ellas transformará el sabor y la textura del queso. Su sabor salado, ácido y, a veces con su punto dulzón y otras con picante, está infravalorado.

Latas marineras, ahumados y salazones

Las anchoas de calidad media, bien picadas, también proporcionan un sabor intenso al queso cremoso, que suele ser neutro o dulce. No obstante, no es la única conserva del mar que podemos mezclar con este queso para elaborar un aperitivo marinero instantáneo: atún o bonito, mejillones, berberechos y sardinillas son también buenas opciones, así como los ahumados clásicos, bien picados. Las salazones como mojama o hueva, rallada o picada, conforman otra buena alternativa. Eso sí, por su intensidad siempre es mejor ir añadiéndolos en cantidades moderadas, y no echar más sal.

Embutidos y chacinas

Recurrir al embutido o fiambre que tengamos en la nevera es un buen recurso para aprovechar sobras o apostar por sabores más cárnicos o ibéricos. Hay libertad casi absoluta para probar nuevas combinaciones: jamón serrano o cocido, chorizo, lomo, cecina, mortadela, pavo, beicon crujiente, etc.

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Hortalizas crudas

Aquí funcionan mejor las verduras crujientes que no suelten demasiada agua al cortarlas y es preferible el añadirlas recién ralladas finamente, aunque también nos pueden servir muy picadas. Zanahoria, rabanitos o rábano blanco, calabacín crudo, pepino, col blanca, lombarda o repollo, apio, cebolleta verde o alguna lechuga especialmente firme y crujiente son buenas opciones. Si no nos importa teñir nuestro queso, la remolacha cocida o asada también es un gran recurso, aunque combinada con otros ingredientes para reducir su dulzor.

Salsas y condimentos

Otra buena idea para tirar de depensa o nevera y sobras. No hay más que sacar los botes de salsas o vinagretas que tengamos por casa e ir añadiendo a nuestro gusto al queso crema, probando y haciendo ajustes sobre la marcha. A medida que demos con nuevos sabores, nos llegará la inspiración para completar la mezcla con otros componentes. Mostaza, salsa de pescado, harissa, salsa César, salsa de soja, salsa barbacoa, sriracha, distintos vinagres, salsa worcestershire, mayonesa, aceite de hierbas, tahina, aceite de sésamo...

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Fruta fresca y seca

Una mezcla de ambas o combinadas con otros ingredientes que complementen el dulzor es una apuesta ganadora. Un buen vinagre o toque picante, así como frutos secos tostados ligeramente salados, harán buen maridaje con uvas pasas, dátiles, higos, orejones, manzana fresca o pera, piña, melocotón, etc. El tomate seco en aceite es otro ingrediente fantástico para dar sabor al queso de untar.

Mermelada, compota y chutney

Más fácil aún es abrir un tarro de conserva. Mermeladas y queso cremoso hacen una combinación deliciosa, aunque para el aperitivo nos puede interesar más una compota menos dulce, u optar por chutneys con su punto salado, agrio y picante. Otra alternativa es recurrir a mermeladas de ingredientes más salados, como la de beicon, de pimiento, vino tinto o tomate.

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Cebolla caramelizada o frita

Con un sabor muy distinto y dos texturas totalmente diferentes, podemos decidirnos solo por una o combinar ambas, añadiendo la frita por encima para no perder su factor crujiente.

Frutos secos y semillas

Tendremos más sabor si los usamos tostados, bien ya comprados así, bien pasados por una sartén sin engrasar al momento. Nueces y queso son un maridaje clásico, pero no el único. En los pistachos o unos cacahuetes picados encontraremos nuevos sabores, incluso sirven los típicos fritos con miel.

Patatas fritas y otros snacks

Las patatas fritas tipo chips y snacks similares, como nachos o pretzels salados... Ya sean machacados en trocitos y combinadas con el queso crema, nos darán un bocado cremoso, crujiente, dulzón y salado, todo al mismo tiempo, para untar, dipear o emplear como base de canapés.

Fotos | Unsplash


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