Pereza, la peor enemiga de la belleza

Pereza, la peor enemiga de la belleza
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Este es mi primer post en Trendencias Belleza, así que además de comentar que estoy muy contenta de poder colaborar en este blog del que he sido seguidora tanto tiempo, quiero hablar de un tema que para mí es fundamental a la hora de cuidarse: vencer la pereza.

Me reconozco como una ex-perezosa empedernida (con alguna recaída breve y puntual) y puedo asegurar que nada ha hecho tanto bien por mi salud y mi aspecto como empezar a ser constante llevando una buena alimentación, haciendo ejercicio y siguiendo unas simples pautas de rutina cosmética.

Uno de los principales motivos por los que nos dejamos vencer por la desidia es no confiar realmente en que obtendremos unos buenos resultados, sólo porque estos no son inmediatos. No existen las cremas milagro que funcionan en cuatro días, ni las dietas mágicas (ojo, estas además son peligrosas) ni tendremos un vientre plano sólo por inscribirnos al gimnasio.

Si queremos notar mejoras en nuestro físico tenemos que ser conscientes que empezamos una carrera de fondo, no tener prisa y ser realistas, recordando siempre que cada pequeño paso que estamos dando, día a día, nos acerca más a la meta.

Otra forma de minarnos la voluntad es pasarnos con los objetivos. Si por la noche nos hemos propuesto desmaquillarnos, aplicarnos el sérum, el contorno de ojos, la crema de noche, el anticelulítico, el reafirmante de pecho y aloe vera en los talones, una cosa es segura, acabaremos no haciendo nada.

Bicicleta

Es bueno hacer un repaso de las cosas más básicas para empezar por ellas, con el tiempo cuando ya tengamos una rutina firme podemos añadir más o no, dependiendo de nuestras necesidades. Nadie mejor que una misma para saber que ritmos puede seguir y que momentos del día son mejores para cada cosa. No está de más pararse a reflexionar sobre ello e intentar encajar lo que queremos hacer con nuestra forma de ser y de vivir.

Por último un truco que a mí me funciona es distinguir entre lo que me apetece y lo que realmente quiero. Por ejemplo, llega el momento de hacer la elíptica pero he tenido un día raro en el trabajo, llueve, he metido el pie en dos charcos y me apetece recompensarme pasando la tarde tumbada en el sofá.

Cualquier excusa es buena para dar rienda suelta a la vagancia pero ¿Qué es lo que realmente quiero? Quiero estar en forma, tener un cuerpo moldeado, firme, fuerte y evitar la grasa localizada. ¿Me va a dar todo eso una tarde perdida en el sofá? No ¿Lo consigo respetando los días que me he marcado para hacer la elíptica? Sí ¡Pues a la elíptica de cabeza!

Por supuesto que no tiene nada de malo darse un descanso de vez en cuando, pero hay que tener cuidado con esa vocecita interior que siempre encuentra excusas para justificarnos cuando nos apetece fumar, comer de más o irnos a la cama con una buena capa de maquillaje.

Tratar bien nuestro cuerpo es hacernos un regalo, maltratarlo es todo lo contrario aunque a veces la mente nos confunda, por eso vencer la pereza es también querernos cada día un poco más y eso si que nos hace bellas, más que todas las cremas del mundo.

Fotos | The cherry blossom girl | Estefanía Mendivíl blog
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