Confieso que últimamente suelo quedarme dormida en el sofá viendo la tele. De vez en cuando abro un ojo (al más puro estilo abuela) y según lo que veo me pego unos sustos tremendos, como el que tuve la otra noche con el anuncio de Lancaster Total Age Correction.
Es terrible despertar de un sueño profundo y encontrarse en la pantalla con una crema con Infrarrojos ¿Le saldrán rayos? y ADN. Pero por Dios ¡¡¿ADN de quién?!!
Minutos después, un poco más despierta, busqué de nuevo el anuncio y vi que se referían a la Tecnología ADN + Retinol + Infrarrojos. Me dejó algo más aliviada, pero igualmente confundida, así que tuve que buscar más información al respecto para ver de qué trataba tan misteriosa tecnología.
Sobre los Infrarrojos
En la web de la marca nos dan información más detallada. Su crema no emite radiación IR, ni ha sido expuesta a la misma (lo cual sería por una parte probablemente inviable y por la otra inútil), si no que contiene una fórmula de protección solar que además de proteger de los rayos UVA y UVB, también lo hace de los rayos infrarrojos.
Traducción: Contiene un SPF15 normal y corriente (tirando a bajo si tenemos en cuenta que la crema lleva Retinol) que como ya hacen muchos otros protectores solares, también actúa contra los efectos de los rayos infrarrojos.
Indagando sobre los efectos nocivos de estos rayos, sabemos que hace unos cinco años se alertó en un Congreso Mundial de Dermatología, que podían ser causantes del envejecimiento prematuro, pero no he conseguido dar con ningún estudio completo posterior que aporte más información al respecto.
Por lo que leo en un post publicado en Naukas sobre la misma gama de Lancaster, los científicos de la firma tampoco lo debieron encontrar, porque en su web se limitan a citar un estudio genérico sobre los efectos del sol:
Un estudio australiano ha confirmado recientemente la importancia de la protección solar diaria para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel. La comunidad de científicos reconoce que el envejecimiento extrínseco representa el 80% de los signos visibles de la edad. Consecuentemente es importante tener la mejor protección en esta área.
Pero a la vez, sin que el estudio lo mencione, por otro lado afirman lo siguiente:
Los rayos infrarrojos generan radicales libres que lesionan el ADN.
Si esto fuera cierto, cada vez que nos exponemos a una fuente de calor estaríamos lesionando el ADN, por no hablar de lo contradictorio que resulta que algunos terapeutas utilicen la luz infrarroja para tratar contracturas, pieles con acné o recuperaciones de fracturas deportivas.
Los rayos infrarrojos no se encuentran entre las radiaciones mutagénicas, es decir, las que producen cambios en el ADN, como si lo hacen los rayos X o los rayos UV. Por lo tanto, no pueden lesionarlo, lo que lleva a cuestionar la funcionalidad de la Tecnología Infrarrojos, más allá de una simple protección solar, dicho sea de paso, bastante escasa.
Sobre el ADN
Antes de que avisemos a Dexter para que venga con su bastoncillo y su bolsa de plástico a analizar la crema, la web de Lancaster ya nos aclara de nuevo que no es que la crema lleve ADN (aunque parezca increíble hay otras marcas que han publicitado sus productos así), sino que incluye Tecnología ADN.
¡Ahhhh! bendita tecnología, que está siempre ahí para resolverlo todo. ¿Y eso qué quiere decir? Pues que como incluye un filtro solar que nos protege de los rayos UV, evitamos que el ADN resulte dañado.
Tal como explican, esta tecnología conserva el ADN y permite la reparación celular del daño causado en el ADN. Permite, sí, que no es lo mismo que decir que la repara, aunque se parezca mucho.
Resumiendo, tenemos una gama antiedad con Retinol (cuyos efectos antienvejecimiento sí que están comprobados y confirmados) y un factor de protección 15.
Dicho así no suena tan llamativo como una crema con Tecnología ADN + Retinol + Infrarrojos... Pero ¿Qué preferís a la hora de comprar? ¿Tener una idea clara de las características del producto o dejaros llevar por el pensamiento mágico? Pregunta seria.
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