Después de implorarle a los cielos que queríamos que llegase ese momento del año en el que te vuelve a apetecer eso de Netflix and Chill, dos cosas muy necesarias, por fin lo estamos viviendo. Tras temperaturas que han superado los 30 grados más tiempo del que esperábamos, en estos días el clima ha dado un brusco giro de mano de la borrasca Bernard y nos ha regalado un finde idóneo de mantita y peli. Y si esta ha podido ser Crepúsculo, mejor que mejor.
Para estos días te traemos la receta de hoy, una crema de calabaza y queso que puedes tener lista en poco más de media hora perfecta para cenas ligeritas y para llevar en el tupper para comer bien en la oficina y la universidad todos los días de la semana.
Antes de entrar en materia, comenzamos diciendo que lo bueno de plantear una receta como esta es que ahora vas a hacerla con un producto de temporada, como es la calabaza, que oye, no creerías tú que lo de Hallowe'en fue azar. Lo mejor de esto es que su sabor va a ser mucho más rico y además vas a poder comprarla más barata.
Además, es que esta baya, sí, nosotras nos hemos quedado igual al comprobar qué era exactamente, es un alimento de lo más saludable, ya que básicamente es fibra y agua, por lo que es genial si estás buscando recetas bajas en hidratos para adelgazar perfectas para hacer la dieta keto. Su consumo también implica un importante aporte de vitaminas C y A.
Receta de crema de calabaza y queso
Para elaborar esta receta necesitarás los siguientes ingredientes: el primero es sorpresa, 700 gramos de calabaza, y el segundo nos ha costado, pero tenemos que decirte que es queso. Además de los obvios, tienes que tener a mano en la cocina también 150 gramos de zanahorias, 200 de puerros, 150 de calabacín, dos vasos de agua pequeños y sal a tu gusto. Recuerda que esta lista es para cuatro personas.
Para comenzar, corta la calabaza en trozos medianos. Esta ha de estar pelada y sin pipas. Haz lo mismo con el calabacín y la zanahoria. Limpia bien el puerro y repite el proceso.
Tras esto, pon todas las hortalizas en una olla y cubre con agua y sal al gusto. Cocina a fuego medio hasta que las verduras estén tiernas. Una vez que alcancen este punto, pasa a triturarlas junto al queso y ve además añadiendo agua de cocción para alcanzar la textura que desees.
Finalmente, solo quedaría servir. Aunque se trata de una crema que también se puede tomar fría, lo lógico ahora es comerla caliente. Nosotras como buenas amantes del queso, prueba de ello es este post sobre los 11 que merece la pena descubrir, un duro estudio de campo, nos gusta ponerle más por encima para darle un toque. Puedes usar parmesano, roquefort o cualquier variedad que te guste.
Fotos | Pixabay et al.
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