La fotografía de Bodas requiere mucho más talento, creatividad e ingenio de lo que uno podría imaginar. De hecho nos parece una de las ramas más difíciles y exigentes, porque trabajas para un cliente con unas fechas de entrega y un tiempo muy limitado. Y con un tema tan cerrado que es difícil escaparse de lo de siempre.
Pero hay profesionales del sector que están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de conseguir imágenes maravillosas para la posteridad. Como estos que te mostramos a continuación.
Una boda es un momento único en la vida de toda persona. Y requiere un disparo igual de único, que capture ese momento tan especial para siempre. Los fotógrafos saben lo fundamental que es su trabajo en las bodas, lo importante es que capturen cada emoción en el ambiente para que las parejas jamás lo olviden. Y por eso están dispuestos a hacer cualquier cosa, no sólo desde el punto de vista de la técnica. También están dispuestos a poner en peligro su integridad física, a acabar perdidos de barro o a poner en peligro su cámara, su más preciada herramienta.
Se trata de buscar un disparo diferente, explorar otros ángulos y perspectivas y, en definitiva, de buscar otra manera de contar una historia de amor y convertirla en algo único.
Una boda implica al menos ocho horas seguidas trabajando para un fotógrafo especializado, pero pueden llegar a convertirse fácilmente en catorce (o incluso 21 horas para los eventos más importantes). Se trata sin duda de un trabajo que requiere un esfuerzo tanto mental como físico, no sólo persiguiendo a la pareja allá donde vayan sino también capturando el resto del ambiente y no dejando ni un detalle sin capturar para el futuro.
Pero si un fotógrafo realmente quiere destacar tiene que ir mucho más allá de este gran esfuerzo y buscar su propio estilo personal. Es cierto que la industria de las bodas tiene sus modas y sus tendencias, una influencia de la que es difícil no contagiarse. Pero es en este tipo de eventos donde un profesional creativo y con buenas ideas puede destacar. Y para hacerlo no dudará en utilizar árboles, escaleras, un arnés, un ayudante que no tenga miedo a desafiar la ley de la gravedad o en poner a prueba su alma de acróbata. Todo por el disparo más original. Y por demostrarle a sus clientes que su boda es tan especial como su amor.
¿El resultado? Imágenes tan increíbles e impactantes como esta de Eduard Stelmakh, uno de los fotógrafos que más arriesga en este sector.
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Fotos | Grad Images, Andrew Doran, Petapixel
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