Tras conocerse la marca que fabrica estos yogures se ha desatado un boom por conseguirlos
María Branyas Morera murió en 2024 a los 117 años y 168 días convirtiéndose en la persona más longeva del mundo. Y cada mañana, tenía un ritual casi sagrado que repetía día tras día: abrir un yogur y comerlo tranquilamente. Ese yogur, no era de ninguna gran multinacional alimentaria, sino que era un yogur una marca local.
Ese gesto, lo repetía dos y hasta tres veces al día, tal y como quedó recogido en un estudio publicado en la Cell Reports Medicine. Probablemente, el consumo de tantos yogures sea el causante de que esta mujer tuviera la microbiota de una niña en su intestino.
El yogur más buscado
El caso es que el foco mediático de miles de personas a lo largo y ancho del mundo ha fijado su objetivo en La Fageda, la marca de yogures elaborados en la Garrotxa catalana que consumía María Branyas. De hecho, esta pequeña empresa catalana ha llegado a recibir decenas de llamadas desde el Reino Unido de personas interesadas no ya en comprarlos, sino incluso en distribuirlos, tal y como explico la directora de la compañía, Silvia Domènech, en el programa de la Cadena Ser La Ventana.
El estudio, que analizaba las claves por las que esta mujer había superado los cien años con un envidiable estado de salud, destacaba la microbiona. Y según Manuel Esteller, experto en longevidad y uno de los autores del estudio, ese hecho estaba relacionado con la cantidad de yogures que comía cada día.
El hábito de comer varios yogures cada día posibilitó que tuviera un potente ecosistema de bacterias antiinflamatorias, lo que la protegía de enfermedades que suelen estar relacionadas con el envejecimiento.
Cómo se hacen estos yogures de kilómetro cero
La Fageda elaboran lo que ellos denominan como yogures de granja, preparados con ingredientes naturales y con leche fresca de vacas frisonas criadas en sus granjas. Esas vacas disfrutan de una buena alimentación y de un trato respetuoso, que permite obtener una leche fresca que pasteurizan a 95ºC y que transforman en yogures en menos de 48 horas. Además, no utilizan conservantes ni colorantes, y por eso todos sus yogures son de color blanco.
Pero además de su cuidado proceso de elaboración, esta empresa de yogures nació de un proyecto social, La Fageda, una cooperativa creada en 1982 por el psicólogo Cristóbal Colón para integrar laboralmente a personas con enfermedades mentales y colectivos vulnerables en un vivero. Posteriormente, a la producción del vivero se sumó una vieja vaquería abandonada, que fue el germen para producir los yogures tras la imposición de cuotas máximas de producción lechera por parte de la Unión Europea.
Ese cambio obligó a la cooperativa a buscar nuevos horizontes para sobrevivir, y fue cuando apostaron por transformar la leche en esos yogures que hoy están protagonizando ese boom mediático mundial. Para elaborar esos yogures, se creó una fábrica, y en 1993 comenzaron a comercializar esos yogures que consumía la súper centenaria catalana.
Sobre la fama internacional que está alcanzando la marca en estos momentos, Silvia Domènech señalaba que "Quizás alargó su vida, pero sin duda mejora la de quienes trabajan aquí", haciendo referencia al carácter social que la empresa todavía mantiene.
El resto de factores que contribuyeron a la longevidad de María Branyas
Más allá del consumo de estos yogures, el estudio que analizó los hábitos que tenía María Branyas para intentar explicar su longevidad es producto de una combinación de factores. Por un lado, la genética le permitió protegerse de enfermedades como la demencia, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Hasta los telómeros, esas estructuras que se desgastan con cada división celular, se convirtieron en un escudo contra os tumores, pese a que en principio estaban muy cortos.
El estudio también señaló que su reloj biológico era hasta dos décadas más joven de la edad que tenía realmente. Además, tenía un sistema inmune fuerte y un metabolismo del colesterol magnífico.
A la parte aportada por la genética y por el propio cuerpo, se sumaban los hábitos saludables que mantuvo Branyas a lo largo de su vida. Nunca fumó ni bebió alcohol, y además de seguir la dieta mediterránea, bebía cada mañana un batido de ocho cereales. Y también tenía como costumbre caminar a diario.
Fotografías | @MariaBranyas112
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