Mediante el nuevo sistema los futuros jubilados podrán descartar los dos años con peores cotizaciones a la hora de calcular su pensión
El debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones está sobre la mesa no solo en medios de comunicación y en círculos políticos. Los que rondamos los 50 vemos cómo la conversación de si cobraremos o no cobraremos pensión cuando nos toque jubilarnos surge de forma espontánea y repetitiva cada poco tiempo al acabar una cena o mientras tomamos el café en la oficina.
Lo cierto es que el aumento de la esperanza de vida y la caída de la natalidad han disparado el gasto en pensiones, la tendencia es que con la jubilación masiva de la generación del baby boom la cosa va a ir a peor. Por eso, desde las instancias políticas no paran de bombardearnos con el mensaje de que el sistema no es sostenible y que se necesitan ajustes estructurales.
Algunos ajustes, como el aumento progresivo de la edad de jubilación ya se han ido produciendo, mientras todos miramos de reojo lo que sucede en países como Alemania con sus minijobs, o Dinamarca, donde ya han subido la edad de jubilación a los 70.
En 2026 cambiará la base reguladora
De momento, y mientras sigue el debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones, lo que sí que sabemos seguro es que en 2026 la Seguridad Social va a cambiar la forma de calcular la base reguladora y la manera de cuantificar lo que se cobrará a la hora de jubilarnos, y que aportará ciertos beneficios para los futuros jubilados.
Estos cambios, basados en el Real Decreto-ley 2/2023 promovido por el entonces ministro José Luis Escrivá, permitirán que la Seguridad Social calcule la pensión utilizando dos fórmulas diferentes, teniendo en cuenta en cada caso la que sea más beneficiosa para el pensionista.
La primera forma de calcular la pensión es la que todos conocemos: se suma las bases de cotización de los últimos 25 años (300 meses) y se divide el total entre 350. Frente al sistema actual, la nueva opción que ofrecerá la Seguridad Social a partir del 1 de enero del próximo año es ampliar el periodo a 29 años (348 meses), seleccionando las 302 bases más altas y dividiendo el resultado entre 352,33.
Gracias a este nuevo sistema de calcular la pensión se permite descartar los dos años con peores cotizaciones, lo que permitirá mejorar la situación de los trabajadores que han tenido interrupciones laborales o contratos temporales.
En un principio se mantendrán las dos fórmulas para calcular la pensión, y de forma progresiva se irán sumando meses hasta que en 2040 se alcancen 324 bases seleccionadas dentro de un periodo de 348 meses.
De esta manera, está previsto que en 2041 y 2043 los incrementos semestrales serán de seis meses cada año, dividiendo las últimas 306 bases entre 357 y las últimas 312 bases entre 364 respectivamente. Así, desde 2044 quedará fijado el sistema de 29 años menos los dos con menos cotizaciones.
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