Siete razones por las que la segunda temporada de la serie de televisión de Sabrina nos parece aún mejor que la primera

Cuando el año pasado Netflix estrenó Las escalofriantes aventuras de Sabrina no esperábamos que nos terminara gustando tanto como nos enamoró la Sabrina noventera interpretada por Melissa Joan Hart. Pero lo hizo. Se convirtió en una de nuestras series preferidas de 2018 y esta segunda temporada aún nos ha gustado más. Te contamos por qué la segunda parte de Sabrina es aún mejor que la primera.

Atención: SPOILER ALERT. Es posible que si lees este artículo sin haber visto la parte I de “Las escalofriantes aventuras de Sabrina” te estropeemos alguna cosilla. Si ya has visto la primera temporada, lee sin miedo. Este post está exento de spoilers de la segunda temporada.

Una Sabrina aún más oscura

La Sabrina que vemos en Netflix no es la que vimos en Sabrina, Cosas de brujas. Esta vez al estar basada en un cómic de terror, el personaje es más oscuro y tétrico. Pertenece a la Iglesia de la Noche que rinde culto al mismísimo Satán. Hacen sacrificios (de sangre), aprenden en la Academia de las Artes Oscuras y contraen unas obligaciones con el Señor Oscuro.

Pero Sabrina es diferente. Recordemos que es mitad mortal mitad bruja, que se negó en la primera temporada a firmar en el libro, y que combina sus clases en Greendale en el instituto Baxter con las clases de brujería. Pero en esta temporada, la Sabrina que se nos presenta es aún más oscura, más cercana al camino “del mal”. Tanto, que se le nota hasta en su ropa. Colores oscuros, como el negro o el burdeos, y un peinado diferente.

Una Sabrina más adulta, pero también más enfadada y más poderosa.

Feminismo en formato satánico

Si la primera temporada de Sabrina nos pareció feminista, esta segunda tiene un girl power tan alucinante que enamora. Las brujas, siempre a la sombra de los hechiceros, son en esta temporada más protagonistas (si cabe) que en la anterior. Y Sabrina es el eje central de ese feminismo.

Su rebeldía e intención de romper con unas normas misóginas, retrógradas y machistas es el hilo conductor de un cambio que comienza ya en el primer capítulo, cuando decide presentarse a un puesto que hasta ese momento, solo había estado al alcance de los chicos de la Academia.

Su relación con con el padre Blackwood será otra de las tramas más feministas que podrás ver en la segunda temporada, pero no es la única. Sus tías, sus amigas y hasta la profesora Wardwell, de quién descubrimos la verdadera identidad en la primera temporada, son ejemplos de poder femenino, de lucha contra el machismo y de progreso feminista. Y nos encanta.

La maravillosa y valiente visión de Susie

Uno de los personajes más tiernos de la primera temporada fue Susie, una de las amigas mortales de Sabrina. Esta temporada, en la que vemos a una Susie dispuesta a dar el paso para convertirse en quien realmente es, es un ejemplo de valentía que nos ha maravillado. No es solo una trama secundaria, sino un ejemplo de lucha realmente inspirador.

Ni los buenos son tan buenos ni los malos, tan malos

Me encanta encontrar una serie que me haga dudar de los personajes de forma constante. ¿Y si el que parece malvado no lo es tanto y el que parecía bueno resulta que esconde algo terrible? Como me pasó con Bodyguard y el personaje de Richard Madden, esa dualidad me atrapó desde el primer capítulo de la segunda temporada de Las escalofriantes aventuras de Sabrina.

Personajes con dos caras, como en la vida, donde ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos. Todos tienen un lado egoísta, malvado en ocasiones, pero también un lado nada mezquino, generoso y bondadoso. Esa visión en el que ningún personaje es perfecto, es genial. Todo en todo ser humano hay luces y sombras y reflejarlo en una serie con una temática teen y ligeramente de terror, no siempre es fácil.

Una Lilith sobresaliente

Si en la primera temporada el reparto nos sorprendió para bien, esta temporada es un reflejo más de que con actores como estos, solo pueden salir series de calidad. Además de una Kiernan Shipka que se mantiene en la línea interpretativa de la primera temporada, destacan tres mujeres más: Miranda Otto, Lucy Davis y la maravillosa Michelle Gomez que interpreta a Lilith, la madre de demonios en el cuerpo de la profesora Wardwell.

La interpretación de la escocesa da un nuevo sentido a la dualidad de un personaje. Su Lilith era brillante en la primera temporada, pero en esta, con más peso, es de lo mejor de la serie.

El triángulo amoroso

Lo que vimos en el tráiler, y que siguió alimentando Netflix con este vídeo, es verdad.

Y también es de lo mejor en la serie. La representación clásica del bien y el mal, el ángel y el demonio. Harvey es el chico bueno, y Nick, el chico malo. Y Sabrina está entre ambos, incapaz de decidir al comenzar la segunda temporada. Como su vida, que es una elección constante entre su parte mortal y buena y su parte de bruja. Un triángulo amoroso que dará mucho juego.

Ella y su talento, protagonistas absolutos

Sigue pareciéndome increíble que la pequeña hija de Don Drapper en Mad Men sea ahora una actriz tan sobresaliente como lo es Kiernan Shipka. Soporta el peso de la mayoría de los capítulos de esta segunda parte y lo hace a la altura de la brillante primera temporada, donde no solo nos impresionó, sino que nos enamoró.

Tanto que estamos deseando que se estrene The silence en Netflix, una película en la que vuelve a ser protagonista y que llegará a la plataforma el próximo 10 de abril.

Fotos | Netflix

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