Como liberarnos de lo que ya no necesitamos: practicar el desapego para vivir en el presente

Con el aterrizaje de Marie Kondo en Netflix - y en nuestras vidas - muchas de nosotras empezamos a plantearnos cuántas cosas teníamos en nuestros armarios que en realidad ya no necesitamos. Y, lo peor, a cuántas de esas cosas nos aferrábamos por una especie de apego a los objetos que, en realidad, ya no nos aportaban nada. 

No os voy a mentir, yo soy la primera que tiene una caja secreta con recuerdos que he ido guardando a lo largo de los años. Ahora, cuando abro la caja, hay cosas que no sé por qué guardé, pero no las tiró porque debieron significar algo en su momento. El problema es que esta actitud no la tomamos solo con las cosas materiales, sino también con las personas, los trabajos, los eventos de nuestra vida, etc. 

El problema de apegarnos a cosas que ya no necesitamos

Guardar alguna cosa del pasado que ya no necesitamos no tiene por qué supone un problema, pero en algunos casos lo hacemos de forma tan constante que interfiere con nuestra vida normal

Puede dificultarnos el avanzar en nuestras vidas, sentimos que estamos estancadas, dependemos de los demás y de las cosas a las que estamos apegadas para ser felices. Podemos acabar sintiendo demasiada dependencia, ansiedad, y quedándonos a vivir en relaciones o situaciones tóxicas

Qué significa practicar el desapego

Aunque pueda parecerlo, practicar el desapego no significa que tengamos que desvincularnos de todo y no sentir unión a nada. Sino que más bien significa aprender a ser felices y vivir sin necesitar. Esto quiere decir que aprenderemos a comprar cosas, quedarnos con objetos, trabajos y personas porque las queremos, no porque las necesitemos

Y aunque pueda parecer sencillo, la realidad es que encontrar el límite puede ser difícil y podemos confundir con facilidad la necesidad con el querer. La diferencia es que no te aferras a las cosas y las personas como imprescindibles, sino que puedes vivir sin ellas y sabes que hay otras cosas importantes. 

De esta manera, si lo que tenemos ya no nos hace felices, nos hace sufrir, o no encaja en nuestros proyectos futuros, podremos alejarnos y dejarnos crecer y ser felices. Porque no tenemos necesidad de ello. 

Cómo practicar el desapego

Acepta y sé consciente de que tienes que desapegarte

El primer paso para practicar el desapego es hacernos conscientes de que es el momento de desapegarnos de algo y que queremos y necesitamos hacerlo. Se trata de ser conscientes de lo que queremos realmente, de lo que ya no nos hace felices y de que ya no encaja en nuestras vidas. 

Hacernos responsables de nosotras mismas

En algunos casos cuando estamos estancadas o demasiado apegadas a algo casi esperamos que las cosas cambien por sí mismas, casi mágicamente, o que alguien las solucione por nosotras. Practicar el desapego implica hacernos responsables de nuestras propias vidas y aceptar que nuestra felicidad depende de nosotras, no de los objetos que tenemos, de nuestros trabajos o de las personas que están en nuestra vida. 

Dejar de mirar hacia atrás

En ocasiones, vivimos totalmente aferradas al pasado y a los momentos en los que fuimos felices. Esto hace que nos quedemos enganchadas a las personas, las cosas, los momentos que en estuvieron en ese pasado e influyeron en nuestra felicidad. Es el momento de enfocarnos en el presente, en nuestra felicidad ahora, en cómo es nuestra vida en este momento y lo que ahora mismos queremos. 

Aceptar que las cosas cambian y que todo viene y va

A los seres humanos nos cuesta mucho asumir las pérdidas, aceptar que las cosas cambian y que tenemos que decir adiós a algunas cosas y personas. Sin embargo, esta es la única manera de poder abrir las puertas de nuestra vida a las nuevas cosas y personas que puedan llegar. 

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