Hay casas donde las toallas se lavan una vez al mes, o incluso más. Hace un tiempo contamos que existen peligros inherentes por dejar pasar meses o semanas sin lavar esta prenda fundamental para los hogares, pero hoy lo vamos a abordar desde una perspectiva puramente científica. Veamos qué cuentan las investigaciones y cuál es la frecuencia que recomiendan.
El principal problema: los microbios. Las toallas son un elemento cotidiano que a menudo pasan desapercibidas en términos de higiene. Sin embargo, estas fibras aparentemente limpias son un caldo de cultivo para millones de microbios. De hecho, los estudios han demostrado que las toallas se contaminan rápidamente con bacterias provenientes de nuestra piel, casos como el de la Staphylococcus y Escherichia coli, así como otras encontradas en el ambiente, el agua utilizada para lavar y /o las partículas en suspensión del aire.
Pero hay más. Sí, porque como decíamos, en algunos hogares las toallas se lavan tan solo una vez al mes o incluso al año, lo que incrementa el riesgo de acumulación de biofilms bacterianos. Estos no solo alteran la apariencia de las toallas, haciéndolas opacas, sino que también pueden incluir patógenos que representan riesgos para la salud.
Por cierto, no es una leyenda urbana, las toallas cercanas al inodoro están expuestas a partículas de desecho humano que se liberan al aire cada vez que se descarga, un fenómeno conocido como "aerosolización fecal".
Riesgos de transmisiones. Aunque nuestra piel es una barrera natural contra infecciones, el uso prolongado de toallas húmedas o compartidas puede facilitar la propagación de microbios. Algunos virus, como el mismo COVID, pueden sobrevivir en tejidos por hasta 24 horas, mientras que otros, como el del papiloma humano y la viruela del mono, tienen mayores riesgos de transmisión por contacto con toallas contaminadas.
Es más, incluso las infecciones gastrointestinales causadas por Salmonella y Norovirus pueden ser transmitidas a través de toallas, especialmente las de cocina.
¿Y qué dicen los expertos de la frecuencia a lavarlas? A la gran pregunta, Elizabeth Scott, experta en higiene, le contaba a la BBC que recomienda lavar las toallas de baño al menos una vez por semana como norma general. Sin embargo, en situaciones de enfermedad, es crucial lavar las toallas diariamente con agua caliente (40-60°C) y detergentes antimicrobianos.
Esto es particularmente importante en hogares con personas inmunocomprometidas o niños pequeños. Además, añadir prácticas como el secado al sol y el uso de desinfectantes en el lavado pueden reducir significativamente la carga microbiana.
La higiene como prevención. Al final, la higiene de las toallas no solo es una cuestión personal, sino que también contribuye a la salud pública al prevenir la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos, como el MRSA.
A este respecto, Jean-Yves Maillard, profesor de microbiología, explicaba al medio británico que la higiene doméstica, incluida la de las toallas, es una forma de prevención que reduce la necesidad de tratamientos médicos posteriores. Scott lo comparaba con el "modelo del queso suizo", donde cada pequeña práctica higiénica cubre posibles fallos, reduciendo los riesgos de transmisión de enfermedades.
Por todo ello y aunque pueda parecer un detalle trivial, las toallas son un vector potencial de patógenos si no se mantienen limpias. En tus manos está reducir las posibilidades de contagiarte.
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