Muchas veces la creatividad y la imaginación son las mejores herramientas con las que podemos contar para sacar lo mejor de nosotros mismos. O de las cosas que nos rodean. Aunque esas cosas sean las sobras de los bizcochos. Ese es el caso de Raymond, un repostero amateur y autodidacta australiano, que ha terminado dejándonos boquiabiertos con estos dulces que hace con restos.
En inglés se utiliza la palabra popsicle para describir a los polos helados y paletas, pero los que realiza Raymond no tienen nada de helados y sí son obras de arte que vienen presentadas en una amplísima variedad de sabores.
Desde sabor a mantequilla clásica, a espinaca, yema de huevo, etc. las creaciones de este repostero destacan más por su decoración que por el sabor. Pequeñas obras de artesanía que dejan al mundo con la boca abierta y que ha empezado a vender tan solo recientemente.
Todo empezó cuando terminó un master y descubrió que no le interesaba nada lo que había estado estudiando. Sin embargo, la repostería le volvía loco, así que se ofreció voluntario para llevar pasteles y tartas a cualquier fiesta familiar o de amigos. Con los cortes sobrantes decidió experimentar y fue entonces cuando surgió la idea de hacer como polos de bizcocho y decorarlos de esta manera tan increíbles.
Fotos| @rymondtn
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