Cena exprés con garbanzos: la deliciosa receta alta en proteínas lista en solo 20 minutos

Anabel Palomares

Editor

Los garbanzos son una muy buena fuente de proteínas vegetales con alta proporción de aminoácidos esenciales y vitaminas y minerales como calcio vegetal, potasio, magnesio, fósforo y vitaminas del complejo B. Ayudan a controlar el colesterol gracias a que son ricos en esteroles vegetales, y como tienen mucha fibra y proteínas vegetales, son un alimento muy saciante. Toda una maravilla a la que no le sacamos el máximo partido.

Creemos que solo podemos comer garbanzos en hummus o en un cocido, pero lo cierto es que es tan versátil que puede formar parte de una ensalada, enriquecer una crema de verduras y ser protagonista de un guiso listo en solo 20 minutos, como se enseñamos con esta receta de garbanzos con calamares.

Hoy te vamos a presentar la versión exprés de un plato muy tradicional que nos recuerda inevitablemente a nuestras abuelas, un potaje. Tanto el potaje de garbanzos con bacalao como potaje de vigilia, son un clásico de la Semana Santa, pero te voy a presentar una opción más ligera, mucho más rápida e igual de deliciosa que se prepara con garbanzos de bote, un básico de despensa.

Ingredientes

Para 2 personas
  • Garbanzos cocidos 200 g
  • Cebolleta 1
  • Dientes de ajo 2
  • Almendras crudas (un puñado)
  • Pan del día anterior (dos rebanadas)
  • Perejil fresco (opcional)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Pimentón dulce (una cucharada)
  • tomate maduro 1
  • Caldo de verduras
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Huevos 2
  • Migas de bacalao (opcional) 100 g
  • Espinaca fresca (un puñado)

Cómo hacer potaje exprés

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 20 m
  • Elaboración 5 m
  • Cocción 15 m

La clave de cualquier guiso suele estar en el sofrito, pero en este caso está en un majado que va a aportarle espesor a la receta, además de un saborazo. Comenzamos calentando en una cacerola un buen chorro de aceite de oliva en el que freiremos los dos dientes de ajo, un puñado de almendras (peladas y crudas) y un par rebanadas de pan del día anterior. Es importante que el fuego no esté rabioso, porque no queremos que se nos queme nada, así que quédate cerca y ve sacando los ingredientes a medida que se vayan dorando. No laves la cacerola, la usaremos para todo y solo hay que manchar una.

Tradicionalmente los majados se hacían con un mortero tradicional, pero si quieres ganar aún más tiempo, puedes usar una picadora. Junto con las almendras, el pan y el ajo, vamos a echar unas 7-8 ramas de perejil fresco, que aunque es opcional, le aporta ese sabor de abuela que tanto nos gusta. No le quites los tallos, lávalo y sécalo bien y añádelos enteros. Una vez bien picado (cuanto más, mejor), reservamos.

Nos toca el sofrito que comenzaremos con una cebolleta bien picada en brunoise fino. En la misma cacerola que teníamos y con un poco de aceite, añadimos la cebolleta junto con una pizca de sal para que sude. Queremos que quede pochada, así que vamos a ponerlo a fuego medio y mientras, cocemos los dos huevos. Si quieres acelerar el pochado de la cebolla, tápala para que el vapor acelere la cocción. Una vez lista añadimos el pimentón y movemos añadiendo justo después el tomate rallado. Podríamos triturarlo, pero si lo haces, quítale antes la piel para que se quede en el guiso.

Dejamos que reduzca todo junto un poco y añadimos el majado de almendras, ajo y pan. Movemos y echamos los garbanzos bien escurridos y lavados, además de caldo de verdura hasta que cubra los garbanzos. Truco de chef con prisas: para ganar tiempo, calienta el caldo en el microondas antes de echarlo y así no tendrás que esperar tanto a que rompa a hervir.

Una vez listo, dejamos que cueza todo junto al menos cinco minutos y añadimos el huevo cocido y pelado cortado en trozos y el bacalao en el caso de que no quieras un plato vegetariano. Cocemos todo cinco minutos más y probamos de sal. Verás que el majado ha hecho que espese y adquiera una consistencia maravillosa, como si llevara dos horas haciendo chup chup. Una vez fuera del fuego, añadimos un puñado de espinacas frescas, que se cocinarán con el calor residual, conservando un bonito color verde.

Es una receta deliciosa y perfecta para añadir más garbanzos a nuestra dieta. Además, puedes llevártela a la oficina en un tupper al día siguiente y estará absolutamente fantástica. Palabrita.

Fotos | Directo al paladar

En Trendencias | La receta de pollo asado de Jordi Cruz que puedes hacer en casa para quedar bien siempre (aunque no tengas ni idea de cocinar)

En Trendencias | 24 recetas de pasta italiana con las que no aburrirte nunca

Ver todos los comentarios en https://www.trendencias.com

VER 0 Comentario