(13+1) historias inolvidables que hay detrás de estos vestidos de la Historia de los Oscar

Uno de los momentos cumbre para la carrera de cualquier actriz de cine es recoger el premio Oscar a "Mejor Actriz". La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas premia, de forma anual, al gremio de artistas relacionados con el séptimo arte con una de las galas más esperadas del calendario.

La alfombra roja de los Oscar recibe a los nombres clave del panorama internacional y los diseños que desfilan por ella se convierten, al instante, en noticia. Desde la primera edición del certamen, en 1929, los looks de las invitadas son el punto de mira principal para los amantes de la moda.

Diseñadores de altura como Givenchy y Valentino han creado obras de arte que actrices del nivel de Audrey Hepburn y Elizabeth Taylor han lucido con elegancia y sofisticación. Asimismo, (casi) todos los vestidos icónicos de la historia de los Oscar esconden una peculiar historia y estas son algunas de las más curiosas. 

Ginger Rogers en los Oscar de 1941

La bailarina y actriz Ginger Rogers obtuvo el premio por el film  "Espejismo de amor" en un momento de gran agitación global. La Segunda Guerra Mundial estaba en pleno apogeo y la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas adaptó el dress code a la situación. La institución pidió  que los invitados lucieran diseños discretos en una paleta cromática neutra y, preferiblemente, oscura. Rogers se ciñó a la petición y optó por un sencillo vestido de seda gris (que combinó con una espectacular joyería).

Audrey Hepburn en los Oscar de 1954

El 30 de marzo de 1955 fue un momento clave para la historia de la moda: Audrey Hepburn vistió, por primera vez en público, un diseño de Hubert de Givenchy. Una de las relaciones más longevas y admiradas entre diseñador y musa se forjó en este momento. El vestido fue creado, originalmente, por Edith Head como parte del vestuario del film "Vacaciones en Roma" (protagonizado por Hepburn), pero fue adaptado por Givenchy para los Oscar y el resultado fue espectacular.

Barbra Streisand en los Oscar de 1969

La anécdota detrás del traje transparente que defendió Streisand para recoger el premio a "Mejor Actriz" es uno de los mas divertido. Barbara optó por un diseño de Arnold Scaasi que se convirtió en historia. La actriz declaró, posteriormente, que no tenía conocimiento de que el traje iba a dejar tan poco a la imaginación con las luces de los focos.

"No tenía idea de que cuando las luces enfocaran a ese traje, se volvería transparente", añadió. Este original diseño formó parte de una exposición retrospectiva de la obra de Scaasi, celebrada en el Museo de la Universidad Estatal de Kent años después.

Lisa Minelli en los Oscar de 1973

Lisa fue uno de los rostros más famosos del Nueva York de los años 70. En aquella época el Studio 54 era la discoteca donde toda la gente cool de la ciudad (como Andy Warhol y Bianca Jagger) se reunía noche tras noche (y donde la polémica estaba servida). 

La decisión de Milenni esconde una rebelde historia: la artista (siempre en contra de las normas) lució un diseño amarillo canario (símbolo de la mala suerte) firmado por Halsey para homenajear al club que se ha convertido en un hito para la historia de la cultura pop y para el movimiento contracultural de la ciudad de los rascacielos. 

Diane Keaton en los Oscar de 1978

Una de las películas más recordadas por su vestuario femenino (en clave masculina) es "Annie Hall". El film de Woody Allen, en aquel momento pareja de Diane Keaton, marcó un antes y un después en el séptimo arte ya que Diane lucía su propia ropa para interpretar el papel principal

Para la ocasión, Diane recogió el primero con un look masculino (formado por blazer gris oversized y falda midi) que la impulsó como actriz liberal, moderna y que abrió las puertas a una nueva generación de mujeres.

Anjelica Huston en los Oscar de 1986

Huston, mujer de Jack Nicholson en 1986, llamó a la buena suerte en la ceremonia de los Oscar con un modelo de Tzetzi Ganev (y fue premiada con el galardón a "Mejor Actriz Secundaria"). La artista seleccionó este modelo bañado de verde esmeralda por un motivo: su origen irlandés. Anjelica afirmó, posteriormente, que la elección era un homenaje a su educación irlandesa (ya que pasó gran parte de su infancia en el condado de Galway) y el verde es un icono de la buena suerte en el país.

Dianne Wiest en los Oscar de 1987

Wiest ganó el premio por "Hannah y sus hermanas" y Woody Allen (el director del film) no pudo evitar opinar sobre el vestido. El diseño de Donald Brooks era voluminoso y poco discreto. Las mangas abullonadas y la gran falda en forma de globo no fueron del agrado del exigente (y minimalista) Woody Allen. Este hecho condujo a que, por poco, el diseño no saliera a escena ya que Allen dijo: "¡No puedes usar eso! ¡Tiene las mangas hinchadas!". Pero, por suerte, Dianne fue libre y lució su espectacular elección.

Cher en los Oscar de 1988

La discreción no es una de las características del estilo de Cher. La artista había conocido a Bob Mackie (el creador detrás del vestido) en el backstage de The Carol Burnett Show en los años 70. Ambos se hicieron muy amigos y Mackie diseñó el vestido que Cher lució para recoger el Premio de la Academia. Este fue el inicio de una estrecha y memorable relación (al estilo Hepburn y Givenchy) dado que Mackie pasó a ser el artífice de los trajes de teatro que Cher ha defendido a lo largo de toda su carrera.

Julia Roberts en los Oscar de 2001

Roberts protagoniza uno de los mayores privilegios que una amante de la moda puede imaginar. El vestido que Julia lució en 2001 (considerado por muchos expertos el pistoletazo de salida al movimiento vintage en la alfombra roja de los Oscar) formaba parte de una colección de alta costura de Valentino realizada en 1992.

Este vestido esconde una bonita historia ya que el propio Valentino admitió sobre él: "He vestido a tanta gente pero tengo que ser sincero, la persona que me hizo sentir muy, muy feliz fue Julia Roberts. Cuando obtuvo el Premio de la Academia para Erin Brockovich, lo vi por televisión y realmente estaba tan emocionado de que ella apareciera con mi vestido". El diseño de Roberts es historia del cine y de la moda.

Renée Zellweger en los Oscar de 2004

Carolina Herrera fue la creado del diseño (de inspiración nupcial) que lució Zellweger para recoger el premio por "Cold Mountain". La historia de esconde en que la actriz, que no tenía estilista, formó parte total en el proceso de creación de la prenda (tanto a nivel bocetos como a nivel arreglos finales). Sin saberlo, Zellweger colaboró en el proceso creativo que dio como fruto uno de los vestidos de novia más vendidos de la historia de Carolina Herrera.

Marion Cotillard en los Oscar de 2008

La francesa es ejemplo de elegancia y sofisticación. Los últimos años de la primera década del siglo XXI fue una época dorada para Cotillard. La actriz pisó Hollywood por todo lo alto con "La vie en rose" (película por la que ganó el Oscar). Marion, con el afán de pasar desapercibida ante la novedad, pidió a Jean Paul Gaultier un diseño discreto. El diseñador se opuso a tal decisión y optó por un diseño de inspiración sirena (nada sencillo) para la ocasión. Posteriormente, Gaultier proclamó: "Marion inicialmente solicitó algo simple, pero quería que todos vieran a la mujer que vi".

Penélope Cruz en los Oscar de 2009

Penélope lo tuvo claro desde el principio: el vestido de noche vintage de Balmain de los años 50 debía ser suyo. La española vio este diseño ocho años antes de la gala de 2009 en la famosa tienda de lujo vintage de París Lily et Cie y pidió recuperarlo para recoger el premio por "Vicky Cristina Barcelona". Una buena decisión por parte de Cruz que lucía preciosa.

Anne Hathaway en los Oscar de 2013

La elección de Anne Hathaway en los Oscar de 2013 ha sido una de las más comentadas de las recientes ediciones (y el motivo está a la altura de la polémica). Hathaway, amiga personal de Valentino, decidió que la casa francesa fuese la encargada de firmar su diseño para la ocasión en un primer momento. Pocas horas antes de la celebración de la gala, Anne descubrió que otras dos actrices irían con un diseño de Valentino (incluso los rumores en Hollywood apuntan a que su compañera de reparto, Amanda Seyfried, luciría un modelo similar al inicial que quería vestir Hathaway) y Anne Hathaway cambió de opinión en el último momento.

El diseño que defendió en la gala Hathaway, firmado por Prada, obtuvo muchas críticas ya que el patrón no se ajustaba, a la perfección, al cuerpo de la actriz y mostraba el dibujo de sus pezones. Ante tal situación, Anne declaró en un comunicado: "Estaba tan emocionada con vestir un Valentino en honor a la profunda amistad que me une a la casa y al propio modisto", y pidió disculpas "por el daño ocasionado".

Emma Stone en los Oscar de 2017

El diseño que Riccardo Tisci diseño en nombre de Givenchy para Emma Stone en 2017 es uno de los más especiales de la historia. El vestido, inspirado en la película "La La Land" (por la que Stone ganó el Oscar) fue especialmente elaborado a mano para la ocasión. Petra Flannery, la estilista de la actriz, afirmó posteriormente que "El vestido fue realizado a mano a partir de cuentas de encaje" y necesitó el trabajo de 1.700 horas de un equipo especializado en alta costura formado por 11 miembros. El resultado fue espectacular y Givenchy se alzó así con un nuevo Oscar (tras vestir a la galardonada Hepburn en 1954). 

Fotos | Gtres

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