Ver el antes y el después de una reforma puede ser tan satisfactorio como explotar plástico de burbujas o quitarle el film protector a una pantalla. Así que, si estás de acuerdo con la afirmación anterior, no te puedes perder esta espectacular transformación de la cocina de una preciosa casa en Cambridgeshire, Inglaterra, a la que se mudaron Luke y Hayley Blythe cuando dicha estancia todavía no podía decirse que fuera tan preciosa.
Las cocinas son, junto con los cuartos de baño, las estancias que antes y más urgentemente necesitan de una actualización en cualquier casa. En el caso de este hogar, el tiempo y el uso la habían convertido en una habitación anticuada que no respondía ni las necesidades ni a los gustos de la familia que se acababa de mudar a ella.
No es solo que los electrodomésticos fueran viejos y estuvieran desfasados, se trataba de una cocina oscura en la que, además, las paredes estaban sucias y avejentadas. Vamos, que no le faltaba detalle, pero para mal.
Así que la pareja se fijó un presupuesto de 3.000 euros para reformarla y transformarla en una cocina en la que les apeteciera estar. Un presupuesto ajustado que implica una reforma que tuvieron que hacer prácticamente ellos dos a lo largo de seis meses y contando solo con la ayuda de algunos profesionales puntuales, como un electricista.
Lo primero que hicieron fue darle un lavado de cara pintando las paredes y los azulejos de blanco, una solución rápida y efectiva para aumentar la luminosidad de la estancia y, también, transmitir una sensación de limpieza y desinfección.
En la misma línea, lijaron las puertas de los armarios y las pintaron de color beige. Después, también sustituyeron los herrajes de los muebles por unos nuevos. Ya solo con esto, el aspecto de la cocina había mejorado considerablemente.
Sin embargo, el toque que terminó de marcar un gran antes y después fue la sustitución de la antiestética encimera de color marrón por un laminado de mármol. Un material que, además de elegante, es fácil de limpiar.
De las paredes colgaron estantes y una barra para menaje, con la que poder tenerlo todo más a mano. Además, le dieron una segunda vida a una vieja estantería reconvirtiéndola en un práctico aparador en el que guardar menaje y alimentos.
No obstante, en el espectacular resultado final de esta cocina también destacan unos ladrillos vistos que aportan un toque de calidez. Estos fueron descubiertos de casualidad, cuando el yeso que recubría la pared se desmoronó mientras el propietario de la vivienda instalaba unas estanterías. Este accidente dejó al descubierto los ladrillos que, después, serían recuperados para dejarlos a la vista.
Foto de portada | Hayley Blythe
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