No han sido escasos los titulares que nos regaló Juan Carlos a lo largo de su reinado. Hemos narado sus aventuras extramatrimoniales, sus accidentes de cacería o los desplantes públicos a su esposa, doña Sofía. También vimos al emérito entonar el famoso "¡¿por qué no te callas?!" y hemos contado sus desavenencias con Corinna Larsen, la mujer a la que amó durante años.
Otra cosa no, pero los escándalos ligados a la figura del emérito se cuentan por decenas. Otro de ellos, desconocido para muchos, tuvo lugar durante una mañana de trabajo. Allá por el 2012, el rey se dirigía al centro de gestión de tráfico de la DGT en Madrid. En el coche oficial que Juan Carlos utilizaba cada día se produjo el incidente.
Al llegar al lugar de destino, el rey propuso a su chófer que avanzase unos metros. Al parecer, aquella maniobra no era posible y el conductor negó. Juan Carlos, insistente, solicitó de nuevo abandonar el vehículo en la misma entrada del edificio. Al no cumplirse sus órdenes, perdió los nervios y soltó un manotazo.
Juan Carlos I
Pero no lo soltó al aire. Golpeó el hombro de su chófer y, con rabia, se vio obligado a bajar del coche. Antes de aquello se escucharon gritos y el manotazo fue captado por las cámaras. Tal y como relata El Periódico, "Juan Carlos quería acercar el vehículo lo más posible a la comitiva de recibimiento para evitar un nuevo traspié", ya que había sido operado de la cadera días atrás.
Fotos | Telecinco y Casa Real
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