La receta de la longevidad de María Branyas, cuál es la clave para llegar a los 117 años más allá de la genética

María Branyas tiene 117 años y ostenta en título de la mujer más longeva del mundo. Su genética y su estilo de vida han sido caso de estudio

La esperanza de vida cada vez es mayor, son muchos los estudios que recientemente lo afirman. Prueba de ello es el caso de María Branyas, la mujer más longeva del mundo que este lunes 4 de marzo cumplía 117 años, que se dice pronto, aunque en realidad ostenta el título desde 2023.

María vive en Gerona, en una residencia de ancianos del municipio de Olot, pero nació en Estados Unidos, en 1907. En 1915 trasladaba definitivamente su residencia en Cataluña y desde entonces, vivió en esta comunidad autónoma donde formó su familia con tres hijos, más tarde siete nietos y hoy en día cuenta con once bisnietos.

El positivismo de María ante la vida

El caso de María ha sido digno de estudio, de hecho, el doctor Manel Esteller y su equipo del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, ha aseguraba en esta entrevista que la anciana, "tiene más de 116 años de edad cronológica, lo que marca el reloj, el calendario, pero estudiando su material genético en el laboratorio ya vemos que es más joven. Como mínimo diez menos". Pero además de su genética, el estudio también se basa en sus hábitos de vida, clave también para averiguar cuál es la receta que la ha convertido en la mujer más longeva del mundo.

María tiene su propio perfil de Twitter, que gestionan sus hijas, donde la anciana comparte sus momentos bonitos de sus recuerdos, su día a día, refranes, sus hábitos de vida o consejos de cómo llegar a ser centenaria con esas capacidades mentales y salud.

Precisamente, por el día de su 117 cumpleaños compartía este mensaje tan especial y tanto da para reflexionar: “La vejez es una especie de sacramento. Pierdes oído, pero sientes más, porque escuchas la vida, no los ruidos… A la luz de la muerte, la vida adquiere un peso específico, más definitivo” (Pere Casaldàliga).

Más allá de la genética...

Pero también, María cuenta a sus seguidores cuál es su filosofía de vida y que además de la genética qué es lo que le ha hecho llegar a la edad que tiene con tan buena calidad de vida. Y eso es precisamente lo que motivó a los científicos a estudiar su caso. En primer lugar, María carecía de las tres enfermedades que la mayoría de la sociedad padece: cáncer, enfermedades cardiovasculares o enfermedades neurodegenerativas. Pero, además, la centenaria había contado con muy buenos hábitos durante toda su vida, por ello en el estudio también se recoge cómo ha sido su alimentación, su sueño, su descanso, y también algo muy importante, cómo de acompañada y rodeada de seres queridos ha estado a lo largo de su vida. "Los genes son las cartas con las que jugamos en la vida y la forma en que jugamos esas cartas van a ser esos hábitos puntuales que van a estar siempre modulando la forma en la que nuestras cartas van a tener un poder u otro", explica el científico Eloy Santos en este video.

Entre sus tuits comparte también momentos reconfortantes o que más le llenan el corazón, y muchos de ellos están relacionados con Fada, su perrita. Y precisamente, esos momentos son los más preciados en la vida, y que podrían estar vinculados al secreto de la longevidad de María.

Hace un año, el Libro de los Récord Guinness, recogía el caso de María para el cuál la centenaria en una entrevista compartía cuáles habían sido algunos de los hábitos de vida que siempre ha tenido a lo largo de sus más de 100 años: "Orden, tranquilidad, buena conexión con la familia y amigos, contacto con la naturaleza, estabilidad emocional, sin preocupaciones, sin arrepentimientos, mucha positividad y mantenerse alejado de personas tóxicas".

El caso de María es muy parecido a otros que hemos descubierto hace pocos meses como el del hombre que con 90 años tenía un físico de 40, el irlandés Richard Morgan, que había sido catalogado como un caso excepcional y que sobre todo se hacía referencia a sus hábitos de vida saludables a lo largo de su vida, y el deporte practicado durante los últimos años de su vida. Y también, la historia de Dwan Jacobsen que a sus 92 años ostenta el título de la esquiadora acuática más longeva y es que sus cualidades físicas siguen siendo espectaculares a su edad. Casos de la genética en los que por supuesto, el estilo de vida tiene mucho que ver, algo que saben muy bien los expertos en longevidad.

Fotos | Guinness World Records y Twitter

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