Respondía así a mi ex cuando me decía que algo le había dolido. No sabía el daño que le hacía a mi relación

Las relaciones de pareja, y cualquier otro tipo de relaciones no románticas, como las amistades o las familiares, requieren de un esfuerzo activo por parte de ambos. No solo para fortalecer el vínculo sino también para conservarlo cuando las cosas se ponen complicadas. En una discusión, es posible que caigamos en errores que dificulten que el vínculo se mantenga sano, y uno de ellos nos lo recuerda la coach Inés Mañosa. Lo cierto es que la psicología está de acuerdo en que hacerlo es peligroso e improductivo.

El duelo de reproches

“Una de las formas más rápidas de arruinar tu relación es responder a un ‘Esto me ha dolido’ con un ‘Pues a mí también me has hecho daño’", explica. Con esa sencilla frase convertimos un momento de vulnerabilidad que podría ser una oportunidad de acercamiento, en una competición o un ataque. Es el “tú más” de toda la vida y supone dos cosas a la vez: una invalidación de las emociones de nuestra pareja (no escuchamos lo que siente) y una acusación (tú me has hecho). 

La invalidación de los sentimientos de nuestra pareja se asocia con una mayor angustia emocional, una menor satisfacción en la relación y un deterioro creciente de la intimidad y el vínculo. Esto interrumpe el proceso de reparación natural que debería haber cuando hacemos daño a otra persona. En cambio, validar a la otra persona reconociendo que su emoción importa, favorece la conexión y la reparación del daño. En las discusiones, ya sean de pareja o no, los modos de comunicación que culpan, critican o invalidan al otro en lugar de buscar entendimiento, lo único que provocan es una escalada del conflicto.

Cuando discutimos, como bien explican los famosos psicólogos de pareja John y Julie Gottman, tenemos una tendencia a querer ganar a costa de todo y a no escuchar lo que la otra persona nos dice, y es justo lo que ocurre con el “pues tú me has hecho”. Nos cuesta asumir la responsabilidad de nuestras acciones y tener responsabilidad afectiva y eso provoca que cuando nuestra pareja nos dice algo que le ha dolido, nos pongamos a la defensiva y se active un mecanismo de huida o ataque en lugar de que ese momento la escucha y la empatía sean protagonistas. Esto no significa que tengamos que asumir la culpa, sino que tenemos que entender las emociones que surgen en nuestra pareja y acompañarla.

“Tu pareja te dice que algo le ha dolido y que necesita hablarlo contigo”, explica Mañosa, “y tú en lugar de escuchar te pones a la defensiva y empiezas a sacar una lista de cosas que te han dolido a ti”. Lo que era una oportunidad para acercarse, termina convertido en un duelo de reproches “donde cada uno defiende a su personaje en lugar de cuidar la relación”, asegura la experta. 

Cómo actuar si tu pareja te dice que algo le ha dolido

Es cierto que todos lo hemos hecho en algún momento porque nos sentimos heridos, porque no entendemos el daño que hemos podido hacer a otra persona o porque nos cuesta admitir que nos hemos equivocado. Yo lo hice un millón de veces con mi anterior pareja sin ser consciente del daño que le hacía no sólo a él, sino a la relación en sí.

Ahora, en mi actual relación y gracias al esfuerzo de ambos he entendido que es mucho más fácil conseguirlo cuando sientes que esa pareja es un espacio seguro. Resistir el impulso de devolver el golpe es más fácil si piensas que quieres a la persona que tienes delante y sobre todo que sois un equipo, no dos personas que compiten entre sí. 

Como explica Mañosa, cuando tu pareja te dice cómo se siente “dale espacio y escucha de verdad. No es el momento de justificarse ni de demostrar que tú también estás dolido”. En cambio, es un momento perfecto para conectar y hacer que el otro se sienta seguro abriéndose a ti. La experta añade que es el momento perfecto “para demostrarle que sus acciones no son una amenaza para ti y que no ponen en riesgo la relación”, porque decir lo que nos duele no debería darnos miedo y nuestra pareja debería ser un lugar seguro en el que expresarnos. Evidentemente este trabajo debe ser recíproco y que nosotros también nos sintamos escuchados y seguros cuando expresamos nuestros sentimientos. 

"Validar lo que el otro siente no pone en riesgo la relación, la fortalece", sentencia Mañosa. No podemos estar más de acuerdo con ella. 

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