Strippers masculinos, asesinatos y playa: la serie que ha conquistado Netflix se llama Toy Boy y tiene sabor español

Ayer por la tarde comencé a ver una serie en Netflix. Aburrida de dar vueltas y más vueltas (y pensando que es posible que haya descubierto en rincones desconocidos de la plataforma), llegué a la lista de más vistos que ha instalado en su aplicación.

En primer lugar estaba Élite, así que como ya la había visto pasé al segundo lugar: Toy Boy. La serie de Antena 3 había aterrizado en Netflix y podía ser la solución a mi aburrimiento extremo en esta cuarentena.

La premisa es esta: “Hugo, un stripper condenado por un asesinato, busca justicia y demostrar que es inocente. Encontrar a quiénes están detrás de su inculpación se convierte en su máxima obsesión.”

Así que estamos ante un thriller que comienza como solo una serie centrada en un stripper podía hacer: con un stripteasse en una fiesta privada que nos enseña cuerpos semidesnudos de hombres imponentes, como en Magic Mike.

Un Magic Mike a la española

Channing Tatum, Joe Manganiello, Matt Bomer, Kevin Nash, Matthew McConaughey y Alex Pettyfer conquistaron la taquilla con Magic Mike, una película sobre strippers masculinos que se nos viene a la cabeza de forma inevitable cada vez que sus versiones españolas entran en escena y se marcan un baile sexy.

En la serie nos encontramos con Jesús Mosquera, José de la Torre, Carlo Constanzia, Carlos Scholz y Raudel Raúl Martiato como los strippers que amenizan Marbella en el local Inferno.

Cinco guapazos que mueven sus cuerpos musculados al ritmo de la música y sobre un escenario que rodean decenas de mujeres.

No esperes interpretaciones de Emmy, porque solo podemos vislumbrar algo en Cristina Castaño, la viuda del hombre que aparece muerto en el barco del protagonista, María Pujalte, una de las socias del bufete de abogados que se hace cargo del caso, y en Pedro Casablanc, el inspector de policía encargado del caso.

Todo lo demás, como la interpretación de los Toy Boy o la de María Pedraza -abogada encargada del caso que parece recién salida del instituto-, no es para tirar cohetes.

Entonces, si es tan “mala”, ¿por qué me vi ayer del tirón cinco capítulos de la serie de Atresmedia? Pues porque es un guilty pleasure en toda regla.

Por qué Toy Boy está triunfando en Netflix

La playa, hombres semidesnudos bailando y una trama que se enreda cada capítulo un poco más son lo único que ha necesitado Toy Boy para estar en el top ten de Netflix. Un estilo telenovelesco en el que siempre habrá una vuelta más de tuerca y que ya ha conquistado al público fuera de nuestras fronteras.

Es perfecta para no pensar (algo que en estos tiempos que corren es casi vital en algunos momentos), y como Élite, juega con enredarse como una madeja de hilo en manos de un gato juguetón.

Sabemos que no es la serie del año, ni lo mejor de esta nueva década, pero cumple justo con su cometido: entretener. Es un placer culpable que nos brinda trece capítulos de una hora para no pensar en nada.

Ya tendremos tiempo de ver series premiadas, como lo será La conjura contra América de HBO, o series con una profundidad artística inmensa como Tales From The Loop en Amazon Prime Video.

Ahora también nos vale un guilty pleasure de esos que Netflix guarda debajo de su manga, como el reality Sunset: La milla de oro. Esta es su nueva adquisición que pasó inadvertida en Antena 3 y que ahora se alza como la segunda serie más vista de Netflix en España.

Fotos | Toy Boy

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