Nuria Pérez: la mujer que dirige el imperio dermocosmético de Pierre Fabre y la que más sabe de tu piel y tus cremas de farmacia favoritas

Avene, Aderma, Klorane, Ducray... todas estas marcas de farmacia a las que acudimos cuándo queremos cuidar nuestra piel especialmente bien, pertenecen a este gran grupo frances, Pierre Fabre. Más concretamente a la división de Dermocosmética que dirige Nuria Pérez Cullel, española, nacida en Barcelona y de 47 años. Bajo su responsabilidad se encuentran algunas de las marcas de cosmética más prestigiosas de la farmacia (y que más pasiones levantan), más de 10.000 trabajadores en todo el mundo y unos ingresos de unos 2.400 millones de euros (2019). Es todo un honor que Nuria encuentre el tiempo para charlar con Trendencias y lo aprovechamos muy bien. Antes de vernos los que la conocen nos comentan: "ya verás, es muy maja". Y francamente, impresiona su cercanía, su pasión y la alegría con la que la transmite su trabajo. Es patente que se conoce todo al dedillo, lo ha visto crecer. Hablamos con una de las mujeres más poderosas del mundo de la belleza, de la que por cierto, no podemos dejar de admirar su maravillosa piel.

¿Quién era Nuria Pérez cuando llegó hace veinte años a Pierre Fabre y quién es Nuria hoy, la directora general de una de las empresas más importantes del mundo? ¿Cómo ha cambiado?

Nuria Pérez: Cuando llegué a Francia hace 22 años, era joven diplomada de farmacia en Barcelona y con un interés y una pasión: las cremas, el cuidado de la piel. Había hecho una tesina en dermocosmética sobre la penetración de los liposomas. En aquel tiempo hubo un boom con los liposomas. Hice un estudio en la Facultad y pensé “cuándo acabe la tesina quiero encontrar trabajo en esto”. Me gustaba era la dermocosmética: la cosmética, con un efecto de tratamiento y de beneficio. Porque el paciente se ve mejor, porque ya no tiene tanto dolor de piel… Así llegué con mucha ilusión y con una pasión a Pierre Fabre. Hoy tengo la misma convicción: que lo que es importante en nuestro trabajo diario es hacer cosas útiles para la gente, para nuestras familias, nuestros trabajadores, nuestros consumidores, nuestros pacientes. Gente que igual no veremos nunca en la vida, pero solo saber que damos la oportunidad a un paciente de utilizar cosmética estéril (al vacío), y que gracias a esto no tendrá más alergias por ejemplo, me motiva. Así que soy la misma, con la misma voluntad: hacer cosas útiles para los pacientes respetando nuestro planeta y con más pasión que la que tenía en aquel tiempo. Porque tuve mucha suerte de entrar en esta empresa. Esa pasión y  participar en la vida de mis hijas es lo que me mueve hoy.

Agua Termal de Avene

¿Por qué piensas que fue una suerte entrar en esta empresa?

Cuando llegué a Pierre Fabre y me propusieron unas prácticas dentro de la marca Avene que hace veinte años era pequeñita todavía, renaciente, cumplía diez años. Me propusieron trabajar con el equipo médico que hace los estudios clínicos para acompañar el desarrollo preclínico y después cuando el producto ya está en el mercado. Encontrarme en la industria dermocosmética con médicos y farmacéuticos que tenían la misma voluntad de desarrollar un producto útil resultó mágico para mí.

Sede de Pierre Fabre, el Señor Pierre fabre y la farmacia dónde comenzó su aventura.

Y trabajaste con Pierre Fabre, el Fundador de la empresa y un icono en el mundo de la cosmética de farmacia...

Sí, tuve la suerte de que me propusieran trabajar con el señor Pierre Fabre. En aquel momento fue como una revolución porque la gente dijo “una chica española trabajando con Pierre Fabre”. Yo no hablaba francés como lo hablo hoy, porque cuando llegas a un país no hablas de manera fluida un idioma. Y hubo quién pensó: “están locos los de recursos humanos.” No sé si se podía decir que no, pero en aquel tiempo no me lo pensé, dije que sí y además fue de un día para otro. Me llamaron y me dijeron “mañana tiene la entrevista con el señor Pierre Fabre.” Hice la entrevista. Me quedé impresionada con aquella mirada y aquella manera de transmitir tan bien su pasión.

¿Cómo fue ese primer encuentro con el señor Pierre Fabre?

Me hizo preguntas muy personales. Sobre todo por qué vine a Francia, qué es lo que me gustaba de su empresa... Por la tarde me llamaron y me dijeron “empiezas mañana”. Y así descubrí a un hombre con una gran visión y unas ganas de trabajar siempre para mañana, para el bienestar de los otros y descubrí un hombre muy generoso, muy exigente, pero que también era muy exigente consigo mismo. Éramos un equipo de seis jóvenes trabajando alrededor de él, y él se adaptaba a cada una de nuestras personalidades. Siempre intentando guiarnos en el sentido profesional.

Composición del accionariado de Pierre Fabre

Así que no solo trabajaste con él. También fue tu mentor, que es mucho más. ¿Qué trabajo hacías en el día a día?

Tenía que resumir cómo iban los proyectos, ir a buscar la información a I+D, a marketing, a comercial y reunirla para él. Desde las siete de la mañana, hasta las siete de la tarde, tenía que conseguir que él estuviese bien informado para que tomar buenas decisiones. Es una fase en la que observé, escuché, resumí. Y poco a poco durante las preparaciones de estas reuniones, él empezó a pedirme opinión. Y así fui creciendo. Entonces me di cuenta de que a él le gustaba la gente honesta, trabajadora y que sabía cambiar de idea. Cuando uno se equivoca, lo más importante es saber reconocer los errores, para no volver a  repetirlos y aprender de ellos.

Sede Pierre Fabre

¿Cuándo llega tu siguiente cambio profesional, el siguiente paso hasta dónde estás hoy?

Después de casi cinco años me dijo “si quiere, puede volver a Avene.” Era la marca que, para mí en aquel momento simbolizaba más esta idea de tratamiento y de bienestar. Aquel día me puse triste, pensé “¿ya?, estos cinco años han pasado super rápido”. Tenía un sentimiento de dependencia hacia él que era muy fuerte. Al mismo tiempo él me decía “te doy confianza y te pongo en unas marcas que tienen más potencial para nosotros.” Y empecé en Avene y allí estuve quince años.

¿Qué ha sido lo más interesante que has vivido en ese tiempo?

He tenido mucha suerte de poder crecer a nivel personal y profesional en coherencia con los valores que mis padres me enseñaron durante mi educación. He podido descubrir mundos nuevos, gente nueva, proyectos increíbles..., como todo el trabajo de la cosmética estéril, o estudiar el agua termal. He sentido que trabajaba en un lugar en el que se respeta al trabajador, todo se hace siguiendo una idea mayor que es la de innovar -protegiendo el planeta-, para mejorar la calidad de vida de los pacientes y haciendo cosas útiles.

Uno de los laboratorios de Avene en los que se trabaja la cosmética estéril: cerrada al vacío, consigue mantener sus propiedades sin aditivos ni conservantes

Yo estuve allí en vuestra sede hace unos años y es sorprendente lo presente que está  Pierre Fabre aún después de tanto tiempo.

Él era un visionario. Y eso es algo que se tiene o no se tiene. Pero aparte de esto, a él le gustaba la gente generosa, él siempre decía “Mi empresa es tu empresa. Mi empresa es vuestra empresa.” Muchos años antes de su muerte, donó la empresa a la Fundación Pierre Fabre. Pero incluso antes de esto, ya les hablaba a los jefes de productos “tu marca Avene”. Cuando la marca Avene era suya, no era nuestra, no era de los equipos de marketing. Somos muchos los que le conocimos y somos los responsables de transmitir esta historia, estos valores de empresa. A los jóvenes, cuando llegan les encanta que les expliquemos quién era, cómo era. Y les hablamos desde la filosofía general a las anécdotas. En la sede de Francia, cada año en el primer semestre, hago entre dos y cuatro comidas, al mediodía, para hablar con los jóvenes y les explico lo que era Pierre Fabre, lo que es hoy Pierre Fabre, el hombre y la empresa.

Durante estos veinte años has visto crecer la empresa y has visto cambiar la belleza, a la mujer frente a la belleza y la dermocosmética. ¿Cómo ha sido este proceso, cómo ha cambiado la belleza, la mujer frente a la cosmética?

Hoy las y los consumidores de dermocosmética son personas que buscan incluso más que ayer la eficacia, esto ha sido siempre. Pero se ha añadido la noción de seguridad y tolerancia respecto a los ingredientes. Esto es algo bastante revolucionario. Y la sostenibilidad que asegura al consumidor que el producto que compra no causa daño al medioambiente y que estamos comprando principios activos correctamente. Antes buscaba eficacia, tolerancia y calidad cosmética. Hoy quiere saber la composición del producto, el origen del ingrediente y la sostenibilidad.

Y respecto a las cremas, ¿cómo han cambiado?

Ha sido una locura y todo es muy distinto a lo que hacíamos hace 20 años. Nosotros como industria farmacéutica, sobre todo dedicado a las pieles sensibles y frágiles para Aderma o Avene, también una empresa muy orientada a sostenibilidad, ya teníamos mucho trabajo hecho, habíamos tomado una buena dirección y teníamos muchas respuestas para esta necesidad nueva del consumidor. Ya lo sabíamos hacer, pero ahora lo hacemos de manera mucho más intensa y además lo comunicamos más.

Cuéntame algún ejemplo.

Dos muy sencillos: hoy el consumidor pide productos con pocos ingredientes,  quiere que desaparezcan ingredientes por diversas razones. Esto ya lo hacíamos con la cosmética estéril y lo hemos adaptado, sin ser cosmética estéril, a todos los otros productos que tenemos. Hoy sabemos e intentamos simplificar las fórmulas de los productos nuevos que sacamos para poner en las cremas lo que es esencial para la piel. Y respecto a la sostenibilidad, tenemos Klorane. Una marca en la que siempre hemos trabajado con principios activos de origen natural, porque así es el concepto de la marca: Un problema de piel, una planta para solucionarlo. Es lo que siempre hemos hecho y además poniendo en marcha circuitos de sostenibilidad para ayudar a las poblaciones que explotan y trabajan el principio activo. Siempre lo hacíamos y ahora seguimos y lo visibilizamos.

Un compromiso de Pierre Fabre: sostenibilidad ayudando a las poblaciones que explotan las tierras de las que salen sus plantas.

¿El consumidor se informa más y a la vez está más desbordado de información?

Sí. Tenemos mucha información accesible a través de Internet. Y otra cosa importante: las aplicaciones y el llamado Open Data. La información abierta es accesible y hay personas que realizan o desarrollan aplicaciones. Son más o menos justas, pero al final es la información que tiene el consumidor. Incluso a veces hay que luchar contra algunas de estas informaciones que salen en las aplicaciones. Hay informaciones que salen de algunas aplicaciones que son muy peligrosas, porque no son justas. Tenemos que contactar a los desarrolladores de estas apps y decirles: “hemos visto que cuando pasamos en el escáner en uno de nuestros productos, usted pone que el producto es cancerígeno y no es cierto.” Ellos cambian la información “nos hemos equivocado.” Pero mientras tanto el consumidor ha visto cosas y se ha quedado con ellas. Por eso es muy importante ser transparente y explicar lo que hacemos hoy, abrir las puertas de nuestra empresa. A Pierre Fabre le gustaba mucho abrir las puertas a los médicos, a los farmacéuticos y a los periodistas. Ahora la cuestión está en cómo abrir las puertas a los consumidores, tampoco podemos invitar a todo el mundo, sería imposible ya para trabajar, pero sí que ciertamente debemos ser más transparentes.

Hablemos de ingredientes. Como experta en dermocosmética, ¿cuáles son tus ingredientes favoritos?

Te voy a dar uno que te va a sorprender, pero adoro el Agua termal de Avene, bueno es algo muy personal. Yo he visto toda la investigación que se ha hecho y que continuamos haciendo cada año en el agua termal para conocerla mejor y es un principio activo maravilloso. La existencia de la marca Avene es porque tenemos esta agua que es eficaz a nivel calmante y antiinflamatorio según la intensidad de la patología. Otro principio activo que me gusta mucho también, con el cual me identifico y creo que todavía la gente no conoce bien es la Avena Rehalba. Hemos desarrollado una especie específica de avena para asegurarnos que es antiinflamatoria sin tener potencial alergénico. Vivo a 15 minutos de los campos dónde la cultivamos. Cuando voy a correr los fines de semana paso por los campos y veo que la recogen y sé que en menos de 20 minutos tenemos que ponerla ya en un estado especial para que no se degrade, para que conservemos el principio activo que es muy eficaz  para las pieles frágiles. Y por último el aciano. Tiene un enorme potencial, con una capacidad hidratante fenomenal y lo hemos utilizado primero en todo lo que es productos desmaquillantes y ahora  sacamos en una línea para jóvenes que quieren hidratarse la piel. Luego a nivel más estándar,  principios activos clásicos como son la vitamina C, el ácido hialurónico, los retinoides vuelven a ser una referencia en el mercado y a mí, como farmacéutica, me hace mucha ilusión porque creo que son principios activos de referencia.

Hablábamos de la Fundación Pierre Fabre. El hecho de ser una fundación ¿qué cambia en vuestro trabajo?

Da mucho sentido a lo que hacemos al día a día. Hoy estamos en el mundo en el que todo cambia a una velocidad muy importante. Bueno y con el Covid, evidentemente más. Pero incluso antes las cosas van muy rápido. El mundo del 2.0, Internet, todo es posible más rápido. Las informaciones van a una velocidad de un punto del mundo al otro. Y tenemos que ponernos en un modo de reflexión y trabajo muy ágil. Cada día hay que volver a empezar algo y hacerlo de forma distinta. Y hay que hacerlo, respetando nuestros valores y esto no es tan fácil. Exige mucha inversión personal y a veces resulta cansado, pero sabes que, con el resultado económico de tu empresa, vas a poder indirectamente participar a proyectos contra la depranocitosis, que es una enfermedad en la que todavía muere mucha gente en África. O que vamos a poder acompañar a familias de personas que sufren de albinismo en ese consiste únicamente darles un producto solar a diario, mañana y tarde para que no mueran de cáncer de piel. Pues la verdad es que te da mucho sentido y te ayuda.

Y no se si como empresa que nace de una farmacéutica que viene de medicación oncológica y de tratar enfermedades muy serias. ¿También os supone un handicap frente a la competencia: tenéis que hacer más tests, es más costoso para vosotros?

Ser industria farmacéutica tiene ventajas e inconvenientes. Yo creo que más ventajas: tenemos unos proyectos que son más largos, cuando desarrollamos un producto cosmético, tenemos trabajo para tres años mínimo. En Avene, entre tres y cinco. Me dirás “¿cómo hacéis para manteneros en el mundo de las startups y de las empresas pequeñitas que sacan productos cada seis meses?”. Pues efectivamente es un desafío. Ayer hacíamos productos cada cinco años, hoy intentamos categorizarlos. Los que son para dermatitis atópica, psoriasis, quemados, protección solar. Y según lo que sea lleva más o menos tiempo.

Los solares, el buque insignia de la casa Pierre Fabre.

¿Cuánto tarda una innovación en ver la luz en el mercado?

La prioridad no es solo innovar por innovar, si no realmente mejorar el producto y ser mucho más eficaces y si esto impone un año de estudio clínico, pues así será. Un ejemplo: el acné. Para los adolescentes es muy importante, puede tener un impacto en la sociabilidad. Lo hemos visto en los jóvenes, se ve en muchas estadísticas. Es muy importante, no hay que subestimar el impacto social que puede tener esta patología. Y nosotros pues acabamos de lanzar con Avene, un producto, Cleanance Comedomed, y antes de lanzarlo, además de los estudios clínicos clásicos que se hacen para la tolerancia y eficacia, hemos hecho un estudio clínico de más de un año e Internacional porque queríamos sacarlo con unas pruebas más profundas, con un número de pacientes más importante. Para asegurarnos de que efectivamente, la innovación era realmente objetiva. Quisimos demostrar que era eficaz en menos de 7 días en el acné y que impedimos la vuelta de los granos de manera intensa. Cuando hay que hacerlo, hay que hacerlo. En cambio, en temas  como puede ser la hidratación, hoy estamos en 2 años de desarrollo, o sea que ves como lo hemos mejorado mucho más. Cuando para la dermatitis atópica o el acné estamos en investigaciones de cuatro a cinco años. La diferencia es importante.

¿Y las cremas solares? Uno de vuestros buques insignia…

Los solares es una innovación constante todos los años. Tenemos dos tipos de investigación: más largo plazo. Por ejemplo el trabajo que hemos hecho durante más de 20 años para desarrollar un nuevo filtro solar. Lo estamos empezando a vender ahora en febrero de 2021 en Europa.  Queríamos desarrollar un filtro nuevo, que fuese útil, interesante y novedoso respecto a lo que existía. Hay que saber que en los últimos quince años en Europa solo se han registrado dos filtros nuevos de los cuales uno es el nuestro. Para hacerte a la idea de lo complicado que es, efectivamente, hemos hecho mucha investigación. Es un filtro que tiene dos intereses: el primero es la cobertura de largo espectro, sobre todo en los UVA largos y cortos. Pero también en la luz visible. Hoy sabemos que la luz visible es una de alta intensidad que provoca, a largo plazo, generación de cáncer. Pero además este producto lleva un filtro sin impacto en el medio ambiente. Esto es un tema bastante nuevo a nivel de los solares, es nuevo desde hace unos cinco años. Pero nosotros como empresa metida en el mundo de la sostenibilidad, en los extractos vegetales, lo empezamos a desarrollar hace 20 años. Ya sabíamos que la gente usaría productos solares de manera regular y mucho más cotidiana que entonces. Para nosotros era una evidencia.

Luego tenemos a nivel solar una investigación más a corto plazo que es la de las texturas que no hay que subestimar porque un producto solar con hay que aplicarlo a diario tiene que al menos ser agradable o fácil de utilizar. Ha de ser ligero, mantener una buena protección y no tener impacto en el medio ambiente.

Como líder de esta empresa, ¿cuáles son las herramientas para manejarte como mujer, como empresaria o como directiva son más importantes?

Lo más importante es escuchar a nuestros equipos de I+D, de marketing… Tienen muchísimas ideas, muchas son buenas no todas son posibles por distintas razones estratégicas, contextuales y económicas. También hay que escuchar al mercado a través de las relaciones interprofesionales. Hay que ser abierto y establecer relaciones inteligentes con las empresas con las que te relacionas. Otra cosa importante es compartir la pasión y la ilusión y seguir pensando que las cosas pueden ir bien a pesar del Covid y que debemos poder conseguir nuestro proyecto de empresa que es mejorar el mundo a pesar del contexto. Necesitamos esa pasión para creer que los proyectos principales llegarán a ver la luz a pesar de que a veces pueden durar 20 años. Somos una empresa cercana del mundo médico farmacéutico con lo cual significa que debemos seguir escuchando y desarrollando nuestra empresa respondiendo a las preguntas del consumidor, el farmacéutico o el dermatólogo.

Hablabas de “incluso en estos tiempos de Covid”, ¿cómo ha sido para ti, al mando de esta gran empresa, esta esta experiencia?

En la primera fase confinamos a todo el mundo de manera inmediata y nos aseguramos de que todo el mundo tenía en casa el material necesario. Cosas muy prácticas pero que son importantes. Luego, poniendo en marcha un sistema de recursos humanos presentes, muy accesible para los trabajadores, para que pudiesen explicar las dificultades con las que se encontraban porque uno cuando tiene una casa con cinco habitaciones y un despacho y un jardín no es lo mismo que cuando uno está en un piso de cien metros cuadrados con tres niños que van de tres meses a dos años. Tenemos más de diez mil trabajadores y tenemos todos los casos posibles imaginables. Instauramos los e-coffees, para no solo vernos a través de las reuniones de trabajos, si no en otros momentos más sociales. Cuando estamos trabajandoen la oificina normalmente tenemos reuniones, pero también comidas, “la pausa café”. Es un momento muy importante en la relación con nuestros trabajadores. Lo estructuramos para que hubiese momentos de este tipo, aunque distanciados. Hablamos de todo, menos de trabajo. Lo pusimos en marcha en mayo y lo hemos mantenido incluso después del confinamiento, es decir, en junio, julio, septiembre… Dura unos cincuenta minutos y hablamos y es muy divertido porque se unen en el e-coffee gente de cosmética, de farma, de países distintos y cada uno se explica sus ideas, sus problemas. Ha sido un momento importante para todos, para que nos pudiesen hacer preguntas prácticas sobre cómo veíamos la empresa, cómo lo habíamos hecho nosotros a nivel personal y la verdad es que han sido momentos muy emotivos.

¿Por ejemplo?

Un día empezamos a hablar de cómo les va y cuando llegó ella llegué a una chica y le dije “te toca a ti hablar” y se puso a llorar. Entonces traté de animarla y ella dijo “yo solo quiero escuchar” y eso hizo. Luego me mandó un mensaje explicándome que había perdido a su abuela. Pero ella quiso estar allí, y el hecho de que pudiese ir solo a escuchar fue importante para ella. Luego un padre primerizo estaba muy preocupado: “mi mujer va a dar a luz y no podré estar” Y una madre le dijo “mira, lo más importante es que todo vaya bien y que tú estés en la puerta del hospital para ser sino el primero, el segundo hombre que va a ver a tu hijo o hija. Tú plántate en la puerta del hospital y te esperas a que te dejen entrar.” Al cabo de una semana, nos envió una foto suya en la puerta del hospital, y la verdad es que todo fue bien.

¿Cómo gestionas tu vida familiar? ¿Cómo lo gestionas y cómo haces con tanto peso?

Lo más importante para mí es este equilibrio de lo personal con lo profesional. Y compartir mi pasión con mi familia. Tengo dos hijas, una que tiene 17 años, que va para derecho si todo va bien una que tiene 14 años, que ahora dice que quiere ser psicóloga para niños, pero es muy joven todavía o sea que las cosas probablemente cambiarán. Siempre he intentado compartir con ellas mi pasión y explicarles por qué hacía tanto, por qué trabajar así, por qué viajar tanto. Durante muchos años, incluso antes del Covid yo hacía entre 18 y 20 viajes trasatlánticos al año, son muchos cuando consideras que el mes de agosto es un mes en el que hay poco viaje. Con lo cual, efectivamente, más o menos el 40% de mi tiempo estaba en viajes trasatlánticos, viajando a otros países. Yo lo que hacía siempre es compartir por qué iba a tal país, por qué iba a ir a escuchar a la gente y a ver el mercado. Cuando volvía les compartía o que había aprendido, lo que había visto. He tenido suerte de que lo he podido hacer como mujer en un momento en el que la tecnología nos permite estar cerca de nuestros hijos y nuestra familia. Yo tenía la costumbre desde que viajaba de cada día enviarles una foto de algo, podía ser yo o no, podía ser un edificio, un árbol. Esta mañana, les he enviado la foto desde la filial española del sol levantándose en el mediterráneo. Es un modo para que sepan que todo va bien y ellas me envían fotos de dónde están y ahora que son mayores es más fácil. También con mis padres que están en Barcelona y con mi marido comparto cosas.

Tierra de Avena

¿Y cuándo estás en Francia, en casa?

Entonces tengo un ritmo y un horario muy estricto. Paro las reuniones a una hora precisa y me voy a casa. Intento estar en casa a las ocho. Luego, de ocho a diez, estoy con mis hijas y respondo poco al teléfono. Si necesito luego trabajar un par de horas, es mi problema, cuando ellas duermen, me voy a trabajar. Pero intento darles unas horas muy cualitativas y al final tengo dos hijas que son estudiantes, divertidas, bastante buenas, ¿hacen travesuras? Pues sí, como todos, y esto es normal. Intento compartir mucho mi pasión con mi familia y con mis hijas.

Cómo manejas tu estrés, tu salud mental, tu descanso…

El deporte es algo que físicamente e intelectualmente ayuda mucho a compensar la presión profesional. Sales a correr y te das tu reto personal que es hacer, no sé, 15 kilómetros. Y te entrenas y el día que haces los 15 te sientes como la mejor corredora del mundo cuando has hecho solo 15 kilómetros, pero lo has conseguido tú sola. Durante aquel tiempo te has ido preparando “hoy haré diez, mañana haré once.” Cada año hago un par de carreras, a veces una media maratón y físicamente, te mantienes en forma. Y correr es un deporte que puedes hacer en todos los países del mundo, en sala o en el exterior. Me gusta decir que he corrido en las mejores ciudades del mundo de Barcelona a Río de Janeiro pasando por Japón, Tokio, Pekín y Nueva York. Es una suerte y además en sitios muy bonitos. Mi secreto es pasión compartida y deporte. También me gusta mucho leer y cuando viajas en el fondo tienes mucho tiempo para leer. Hay que pensar que en un avión trabajas, comes y lees, yo soy más de leer que de ver películas. Yo leo. Y leo en español, también en catalán, pero me gusta leer en mi idioma porque es lo que más me libera intelectualmente. Entonces me meto en el mundo de la historia, de los tiempos de la Guerra Civil Española en los que hubo gente que sufrió mucho y hubo gente que hizo mucho para desarrollar el país.

¿Alguna recomendación literaria para acabar?

Últimamente me ha gustado Patria, de Fernando Aramburu. Explica la historia de este país frente al movimiento terrorista. Yo nací en el 73, he vivido momentos muy críticos en este país. Los atentados en Barcelona y todo lo que estaba pasando en aquellos tiempos y me ha hecho pensar “no sé si mis hijas lo leerán con la misma ilusión que yo” porque es una parte de la historia de España y mía. También La madre de Frankenstein (de Almudena Grandes). Habla del tratamiento de mujeres en manicomios durante la época franquista y es medicina, es bienestar de los pacientes, es increíble.

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