Una de las sagas de literatura más vendidas de todos los tiempos está a punto de cumplir veinte años. El año 2017 pasará a ser un año especial para aquellos fans de Harry Potter que ya están en la veintena o la treintena, puesto que se pasaron gran parte de la adolescencia esperando la salida de un nuevo libro o de una nueva película.
La semana pasada se celebró la convención Harry Who? The True Heroes of Hogwarts que ponía en duda el hecho de que Harry, el omnipresente referente de los fans con sus gafas rotas, fuera el verdadero héroe de la saga. El evento reunió a escritores, humoristas y músicos para conmemorar los libros y discutir sobre quién era el verdadero héroe de los libros de J.K. Rowling.
Mientras que muchos lectores se preguntan si el legado del universo de Potter perdurará, los principales mensajes de los libros de Rowling pueden ser considerados como el ejemplo más popular de literatura infantil hasta la fecha. Harry representa las principales características de algunos de los protagonistas más memorables de los clásicos de la literatura infantil.
Desde historias como la Cenicienta, con siglos de antigüedad, las historias sobre niños o adolescentes huérfanos no solo despiertan la simpatía del lector, sino que también están libres de las expectaciones y restricciones que imponen los padres biológicos. Melanie A. Kimball explica el efecto doble de los niños huérfanos en la literatura: los huérfanos nos dan al mismo tiempo pena y respeto. Son la manifestación de la soledad, pero también representan la posibilidad de las personas para reinventarse.
Si no fuera por la tragedia que sufrieron los padres de Harry cuando fueron asesinados de forma violenta por Voldemort, Harry no se habría visto tentado a escapar de la experiencia “típica” de un niño de padres magos.
En la convención “Harry Who?”, el escritor Ben Pobjie señalaba que Harry no era una persona excepcional, a diferencia de su némesis Voldemort, el responsable de que Harry sea importante. Referiéndose a su dudosa celebridad, Pobjie bromeaba que Voldemort sería toda una estrella televisiva en nuestros días. En cuanto a la importancia de la falta de una influencia paternal y de supervisión en la vida de Harry, la extrema adversidad de ser el némesis de Voldemort casi sin quererlo crea un escenario heroico para Harry.
Una de las cosas que más se repitió durante el evento fue que Harry no es del todo un héroe, puesto que suele servirse de la ayuda de otros para triunfar. En el primer libro de la saga, es Hermione Granger la que tiene la mayoría de los atributos personales y de inteligencia necesarios para derrotar la constante amenaza de Voldemort. Claramente es la más inteligente de los tres (Hermione, Harry y Ron) y trabaja duro, mientras que sus homólogos varones muchas veces ponen en riesgo sus esfuerzos.
Aunque el heroísmo de Hermione es importante, está claro que su papel es secundario al lado de Harry: después de todo la saga de libros se llama Harry Potter y no Hermione Granger. El énfasis en Harry coincide con la abismal prevalencia de un género sobre el otro en la mayor parte de la literatura infantil del siglo pasado.
Un estudio del año 2011 en el que se comparaban varios libros de literatura infantil del siglo XX demostró que, de media anual, no había más de un tercio de libros con personajes principales basados en una mujer adulta o en un animal que fuera hembra. Por el contrario, en prácticamente todos los libros había hombres adultos y animales machos.
Aunque los libros Harry Potter tienen personajes femeninos importantes y populares, como la profesora Minerva McGonagall, representa una era en la que los protagonistas de los libros de la literatura infantil suelen ser masculinos, a no ser que el libro esté específicamente dirigido a un público femenino. Además, los libros tampoco cuentan con personajes homosexuales, a pesar de que J.K. Rowling dijera a posteriori que el personaje de Albus Dumbledore, el director de Hogwarts, es gay.
La sociedad ha cambiado a un ritmo vertiginoso en cuanto a la aceptación de diferentes clases sociales y culturales, incluyendo el matrimonio entre personas del mismo sexo o las identidades sexuales o géneros que no son normativos.
El hecho de que las normas sociales cambien hace que muy pocos de los “clásicos” de la literatura infantil se sigan leyendo. Puede que los libros de Harry Potter lleguen a establecerse enmarcados en una época concreta y pasen a ser un objeto de nostalgia para los adultos de forma parecida a los libros de Enid Blyton hoy en día.
Sin embargo, una parte crucial del legado de Harry Potter es que haya sido capaz de fomentar la lectura de historias fantásticas sobre personajes jóvenes entre sus lectores, los que ven sus películas y ahora incluso también entre los que van al teatro a ver Harry Potter y el Niño Maldito.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, eran muchos los adultos que leían literatura infantil e iban al teatro a ver obras como Peter Pan. La dualidad del público (adultos y niños) en obras con personajes infantiles era lo normal y no era algo de lo que avergonzarse.
Veinte años más tarde, sigue habiendo adultos que se reúnen para hablar y celebrar las novelas de Harry Potter. Son personas que disfrutaron de los libros cuando eran adolescentes y no han dejado de releerlos. Asimismo, otras sagas como Crepúsculo, Los Juegos del Hambre o Riverdale demuestran que las historias sobre gente joven siguen siendo populares entre adultos, pero tendremos que esperar al año 2037 para saber si el efecto Potter perdurará o si su mágina es cosa de un conjuro pasajero.
Autora: Michelle Smith. Profesora titular en Estudios Literarios en la Universidad de Deakin.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.
Foto principal| Wikipedia Commons
Fotos| Saga Harry Potter
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