Solo los realmente ricos sabrán distinguir los nuevos Rolex y Cartier de una pulsera cualquiera. El minimalismo extremo llega a los relojes de hombre en 2025

Los vuelta de los relojes pequeños no es solo cuestión  de estética sino que nos habla de un cambio de mentalidad

María Yuste

Editor Senior

Estos días está teniendo lugar la semana más importante del mundo del reloj porque tiene lugar en Ginebra la feria anual Watches and Wonders, donde se presentan las novedades que llevará la gente mañana. No obstante, seas o no entusiasta de estos objetos, ha sucedido algo muy curioso que nos concierne a todos. Los relojes masculinos presentados han llamado la atención de los expertos por su reducido tamaño. Algo que no es solo una cuestión estética sino que nos habla de un cambio de mentalidad.

Del más es más a la simplicidad opulenta

Uno de estos expertos es el periodista estadounidense Tony Traina, que ya ha bautizado esta moda como "simplicidad opulenta" ("opulent simplicity" en inglés), un concepto que Pantone ya predijo que sería tendencia este año cuando anunció que el Mocha Mousse sería el color de 2025:

"La opulencia simple es la idea de que algo pueda ser lujoso pero a la vez ponible. Evoca un lujo que recuerda a una época pasada", según lo describió Pantone. Por lo tanto, podríamos considerarlo como la evolución del lujo silencioso del que tanto se habló en 2023.

De este modo, los relojes vistos en Ginebra destacaban por tener la apariencia más de una pulsera que de un reloj, con una esfera que apenas excede en diámetro al ancho de la correa y, en algunos casos, con pantallas en las que las manecillas quedan completamente ocultas y apenas se ven los números . Tal vez, este tipo de diseño no es tan llamativo si pensamos en los relojes de mujer pero sí es algo novedoso en la sección de hombre.

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Además, también incorporan mucho detalle dorado y colores pastel. Por ejemplo, el icónico modelo Rolex Oyster Perpetual estará disponible ahora con colores como verde pistacho, lavanda y beige arena. Algo que contrasta llamativamente con el azul brillante, el coral o la edición multicolor que hicieron del Celebration Dials en el pasado reciente. Que, por cierto, Pantone también señalaba sobre el mocha mousse lo bien que combina con los tonos pastel y colores apagados.

Cartier, por otro lado, ha rescatado uno de sus modelos menos conocidos. Lanzado en 1928, el Tank à Guichets ofrece una inusual lectura numérica de la hora en una esfera cuadrada que destaca por ser, literalmente, una caja metálica con dos pequeñas aberturas para ver la hora. Esto hace que haya que fijarse mucho para darse cuenta de que se trata de un reloj y no de una pulsera.

No obstante, sea como sea el diseño, todos tienen una cosa en común: un tamaño reducido que, aunque ahora nos parezca una novedad, ha sido históricamente más popular entre los hombres. Sobre todo, durante la década de los 50 los relojes de menos de 40mm eran la norma. Sin embargo, esto se acabó con la llegada de los dos mil y la extravagancia generalizada que trajeron consigo. Fue entonces cuando los relojes empezaron a hacerse más grandes y llamativos para que destacaran y llamaran la atención.

Lesther Argueta

La muerte de la ostentación en tu cara

Ya sabemos que la moda es cíclica y esta vuelta a lo funcional, a lo atemporal y duradero no solo se está manifestando en la industria del tiempo, donde también hay que señalar que ha influido mucho el que los móviles hayan dejado a los relojes de muñeca más dependientes que nunca de su función como accesorio ornamental y símbolo de estatus. Sin embargo, ese estatus ya no mola mostrarlo de forma descarada como cuando, por ejemplo, la logomanía llegó hasta la manicura.

Ya nos adelantaba que el auge de la logomanía y el maximalismo habían llegado a su fin cuando la la serie 'Succession' nos hizo poner en foco en que la gente verdaderamente podrida de dinero y rica desde la cuna suele vestir de marcas de lujo, sí, pero sin hacer ostentación de ello. El llamado "lujo silencioso" es un lujo sobrio, atemporal y depurado que pone su calidad en tejidos, acabados y diseños sin necesidad de que haya que presumir de marca o de llevar el logo a la vista.

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Del mismo modo, su continuación, la simplicidad opulenta confirma un cambio de mentalidad en la que los que se valora las prendas y accesorios más clásicos y neutrales. Lo que se sabe que funciona, dura y no nos va a dar problemas de combinar con el cambio de las modas. Esto es algo que ejemplifican los relojes masculinos más pequeños y discretos pero, también, más cómodos a la hora de llevarlos.

No obstante, su calado es transversal y podemos encontrar signos también en el polémico cambio de logo de Jaguar que prescinde de la icónica figura del felino salvaje saltando, adoptando la tipografía un estilo minimalista. Esto la firma de coches de lujo lo achacó al "comienzo de una nueva era" con un renovado porfolio de coches únicamente eléctricos. De este modo, desde el propio logo ya buscan transmitir que el foco lo tienen puesto en la sostenibilidad, tecnología y diseños actuales.

¿Por qué ahora?

Cuando una crisis azota, la ostentación y el lujo dejan de tener sentido. Ya no nos resulta divertido ver a las famosas con sus diseños de marca o haciendo gala de un consumo ostentoso. Algo que el economista y crítico social Thorstein Veblen describió en su libro 'Teoría de la clase ociosa' como una forma de consumir y de comprar cuyo fin no es la satisfacción personal, sino visibilizar la riqueza del que consume.

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Sin embargo, no solo se le puede achacar a que ostentar en esta inflación desbocada se haya vuelto un gesto ofensivo, la democratización de la moda, las falsificación y la apropiación de los logos de lujo par parte de las masas hizo emerger la necesidad de un nuevo tipo de consumo y de lujo. Así llegamos al lujo silencioso y a la simplicidad opulenta, destinados únicamente a los que de verdad tienen dinero (porque, por mucho que lo intente Stradivarius, nunca podrá sacar una colección "old money").

La clave es la falta de necesidad de presumir de riqueza, por lo que las siluetas y la calidad de los materiales toman más importancia que los logos. Solo los que verdaderamente tienen dinero son capaces de identificarse entre sí, y esa es la nueva exclusividad. Dejar la ostentación en casa, pero no la riqueza y formar parte de un club reducido del que solo sus miembros saben las reglas.

Foto de portada | Watchesandwonders

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