Porque los beneficios de rellenar arrugas y dar firmeza también se aplica 'ahí abajo'
Viviendo en un ritmo de vida acelerado en donde las apariencias y las primeras impresiones lo son todo, la industria de la belleza y la cosmética no quiere quedarse atrás en la carrera de cubrir las necesidades de las personas que quieren vivir, sentirse y verse jóvenes ante cualquier motivo, es por ello que, como si no fuera suficiente el adoptar el bótox como una forma de mantener o afinar los rasgos faciales en los hombres, ha habido un considerable crecimiento en pacientes masculinos que deciden aplicarse inyecciones de esta toxina en un lugar que, hasta ahora, nunca sabían que lo necesitaba: los testículos.
Ya no es ni en los labios para verse más sexys o en la frente para eliminar las líneas de expresión: muchos hombres se están pinchando bótox en el escroto como parte de una tendencia que ya se ha apodado "escrotox" o "scrotox", y que ha ganado fama internacional. Nacido en Europa y extendiéndose rápidamente a EE. UU., consiste en inyectar pequeñas dosis de toxina botulínica (bótox) en la piel del escroto para que ésta tenga una apariencia más lisa y voluminosa, lo que prácticamente los hace pasar de un aspecto de limones secos a manzanas de temporada.
El procedimiento es sencillo: la idea es paralizar temporalmente los pequeños músculos del escroto (sobre todo el músculo cremáster) para que la piel deje de arrugarse. Al relajar esos músculos, el saco testicular se afloja, lo que hace que la piel escrotal aparece más lisa y extendida, y los testículos cuelgan más abajo, dándoles una apariencia de mayor tamaño.
La sesión típica de escrotox es breve y apenas dolorosa. Primero, el médico aplica crema anestésica sobre el escroto para adormecer la zona. Después introduce con mucha suavidad una aguja fina en la piel del escroto y aplica pequeñas dosis de bótox en varios puntos. En total suelen ser unos cuantos pinchazos que no se sienten mucho gracias a la crema.
El proceso completo dura apenas entre 5 y 10 minutos y, al acabar, el paciente solo nota un ligero escozor o enrojecimiento local pero la recuperación es muy rápida. Al ser un tratamiento ambulatorio, el hombre puede levantarse de la camilla y volver a casa casi de inmediato.
De la vanidad a la necesidad
Hablando de la cuestión estética, los promotores y beneficiarios del 'escrotox' sostienen que proporciona un escroto de piel suave, sin surcos ni pliegues notorios. Al relajar el tejido, la piel del escroto queda más lisa y uniforme. Esta mejora estética, explican los médicos, atrae a hombres jóvenes que quieren "un escroto más presentable", un nuevo ideal de estándar de belleza íntima del que creadores de contenido para adultos son abanderados.
Aunque el 'escrotox' suena a puro capricho estético, sus orígenes son médicos, ya que se ha usado este mismo principio para aliviar dolencias en el área genital masculina. Por ejemplo, inyectar bótox en el escroto puede reducir el dolor crónico de condiciones como varicocele o inflamación testicular por infecciones o traumatismos, además, relaja el músculo cremáster cuando se contrae de más.
Sin embargo, uno de los grandes beneficios del bótox que los hombres celebran, es el de ser un tratamiento sumamente eficiente para combatir la hiperhidrosis, es decir, la sudoración excesiva escrotal causada por diversos factores (tanto biológicos como físicos), por el exceso de glándulas sudoríparas en zonas focalizadas.
Algunos defensores también apuntan que el 'escrotox' puede mejorar la sensibilidad sexual: varios pacientes comentan haber notado sentir más placer tras el tratamiento, sin embargo, no hay estudios clínicos que confirmen científicamente un aumento del rendimiento sexual solo por esto. De hecho, las investigaciones existentes hablan de otros usos de bótox para la disfunción eréctil, pero inyectado en el pene (cuerpo cavernoso), no en el escroto.
Aunque el procedimiento en sí es sencillo, no está exento de riesgos. Los efectos secundarios más comunes son leves: algo de dolor o sensibilidad leve en el escroto, hematomas pequeños o hinchazón pasajera. Como en cualquier inyección, hay que vigilar posibles infecciones o reacciones alérgicas. Lo más preocupante, según varios urólogos, es que el bótox paraliza los músculos escrotales esenciales para regular la temperatura testicular.
En cuanto a resultados, el 'escrotox' es temporal, igual que el bótox facial. Los efectos suelen durar en torno a 3 a 4 meses. Pasado ese tiempo la toxina se disuelve y los músculos recuperan su actividad normal, de modo que las arrugas vuelven. Por eso quien quiera mantener el efecto suele planificar sesiones de retoque periódicas.
Si lo estás considerando debes informarte bien y acudir a profesionales certificados. Si bien la idea de un "escroto rejuvenecido" sigue ganando adeptos, los médicos insisten en que faltan estudios científicos que avalen al 100% su seguridad y eficacia.
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