Una pastilla de lavavajillas basta para limpiar y desinfectar el microondas fácil y rápido

El microondas es uno de esos rincones de una casa de los que nos acordarmos a diario para que nos solucione la vida pero con el que nos entra amnesia cuando estamos limpiendo. Está siempre ahí para calentar desde el café con leche de la mañana hasta las sobras de la comida con las que no nos hace falta cocinar, pero el resto del tiempo lo tratamos como si no existiera… 

Sin embargo, cada vez que lo abrimos aparece ese universo paralelo de manchas misteriosas, salpicaduras solidificadas y restos que podrían tener hasta su propio árbol genealógico... Por mucha pereza que dé limpiar, tampoco queremos que se convierta en un agujero de insalubridad. 

Para ello, tenemos un truco de limpieza sencillo que facilita, acelera la tarea y la hace más agradable. La clave está en usar una pastilla de lavavajillas (que ya hemos visto que sirven tanto para dejar la vitrocerámica como los chorros del oro o limpiar a fondo el mocho de la fregona), aunque también necesitaremos: un bol apto para microondas y agua.

Lo primero es llenar a la mitad un bol con agua. Dentro ponemos la mitad de una pastilla de lavavajillas y metemos al microondas. Programamos unos cinco minutos a potencia alta (pero no al máximo) y, cuando termine, deja que el vapor se quede un rato dentro haciendo su parte del trabajo.

Abrimo con cuidado, porque dentro del microondas puede estar muy caliente, y pasamos un paño por las paredes interiores. La humedad generada habrá ablandado la suciedad y esto ayuda mucho a que salga con más facilidad, sin necesidad de hacer músculo frotando. 

Es un método que funciona como la seda para un mantenimiento del microondas sin que requiera casi de energía mental o física. Encima el resultado es alucinante porque el interior del electrodoméstico queda que parece recién comprado.

Foto de portada |  Lisa Anna 

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