Nuevamente, las cifras del desempleo en España han ratificado lo que ya sabíamos y es que el paro en el sector sénior sigue siendo una realidad. Pero, quizás podríamos definirla mejor como una “cruda” realidad, ya que las cifras son preocupantes.
Los datos que ha publicado recientemente el INE sitúan un número total de desempleados en España, según cifras del cuarto trimestre de 2023, de 4,42 millones, de los cuáles 1,05 millones llevan dos años parados, y 1,65 millones, al menos un año. Pero, ¡sorpresa!, ¿quiénes son los que se encuentran en la peor situación? De los 4,42 millones, el 44,76% son mayores de 50 años y un poco más de los 2,5 millones tienen más de 45 años.
El llamado ‘ecuador’ de la vida laboral no es nada fácil de afrontar porque la mayoría de estas personas sufre discriminación laboral por la edad y viven “condenados”, por parte de las grandes empresas, a abandonar su puesto de trabajo a cambio de una indemnización; algo que suele pasar rondando los 55. ¿Por qué ocurre esto? Las empresas dejan de confiar en las personas mayores porque dudan de sus capacidades o porque quieren “actualizar” sus puestos de trabajo, pero, ¿dónde queda el talento sénior entonces?
Dos años en el paro
Como ya hemos hablado en otros artículos, es un error garrafal el que están cometiendo las compañías al prescindir de sus trabajadores más maduros debido a todo lo que estos pueden aportar. Una afirmación que se apoya en la neurociencia y, en concreto, en el estudio llevado a cabo por Miguel Ángel Sabadell, astrofísico y divulgador científico, en el que habla del concepto de la “inteligencia fluida” en uno de sus estudios. Esta es la capacidad que desarrollan las personas de mediana edad para cambiar de tareas rápidamente y redirigir la atención y bloquear la información que no sea relevante.
Pero es que ya no solo es preocupante el hecho de que los mayores de 55 tengan que pasar por esta situación en el ámbito laboral, sino el hecho del tiempo que deben esperar a que su perfil encaje en algún puesto de trabajo o a no ser rechazados sistemáticamente en las entrevistas de trabajo. ¿Cuáles son los motivos que llevan a las empresas a tomar estas decisiones? Las grandes compañías ven en las personas de estas edades una madurez y experiencia que quizás no pueden compensar a nivel económico o asumen que su implicación o motivación va a ser mucho menor a la de un trabajador más joven. Un ejemplo claro de los estigmas que nos impone la sociedad, porque hay estudios publicados que dicen que el 65% de los boomers, se sienten más motivados en su trabajo en comparación con las generaciones más jóvenes.
¿Cómo revertir las cifras?
El 18,8% de los parados en este país lleva en el paro más de dos años y sin ningún horizonte de encontrar trabajo. ¿Cómo se podrían revertir las cifras? Parece que un mayor incentivo por parte de las autoridades a las empresas para la contratación en esta franja de edad se vislumbraría como una posible solución, según apuntan algunos expertos. Aunque también hay quien sugiere que las ayudas o subsidios para mayores de 52 años desempleados pueden desmotivan la búsqueda de trabajo a partir de estas edades. Sea como fuere, la discriminación laboral sea de la forma que sea, es algo con lo que se debe acabar y concienciar a la población de su existencia para denunciar situaciones que podrían estar perjudicando nuestro crecimiento profesional porque la vida pasa muy deprisa y todos podemos vernos en esa situación tarde o temprano.
Fotos | cottonbro studio de Pexels
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