Más que conocidas son las innumerables aventuras de Juan Carlos durante su reinado. Mientras doña Sofía derramaba sus lágrimas en cada rincón de palacio, el que fuera monarca retozaba en cuantos colchones hiciera falta con sus amantes. Así lo relata la propia Pilar Eyre. Al parecer, se cuentan por miles las mujeres que disfrutaron de las caricias del emérito. Y para garantizar el placer de todas ellas, Juan Carlos tomó las medidas pertinentes.
Las féminas y el dinero fueron y serán las debilidades del Borbón. A Juan Carlos le gustan las mujeres tanto como el lujo, y hay testimonios que así lo confirman. La propia Corinna contó en su podcast que el plato favorito del emérito es el caviar a montones. Bárbara Rey aseguró en una ocasión haber regado con Vega Sicilia los platos que cocinaba para su amante.
Tal era la afición del monarca por el ligoteo que se organizó una "operación para impedir que Juan Carlos fuese detrás de Corinna", cuenta Eyre en YouTube. Al parecer, aquella rubia alemana volvía loco a su amante. "Le llamaban la operación 'Fertineli' y consistían en suministrarle hormonas femeninas para rebajar la atracción que tenía...", relata la periodista tras escuchar el testimonio de Larsen.
Juan Carlos en su juventud
Sorprendida al conocer estos hecho, Pilar confiesa la información que ella maneja: "Tenía entendido lo contrario... Don Juan Carlos lo que estaba haciendo era someterse a un tratamiento con testosterona para tener pujanza sexual y poder contentar a todas las mujeres que simultaneaba", asegura.
Al parecer, "para mantener ese ritmo acelerado necesitaba ayuda" y la encontró en la clínica de Barcelona a la que acudía asiduamente. También se sometió a varios retoques estéticos para mejorar su imagen.
Fotos | Casa Real de España
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