Cinco cosas que dices todos los días y debes evitar, según un experto en oratoria, para que te tomen en serio en el trabajo

La productividad y la eficiencia a veces no bastan para destacar en la oficina. Los pequeños detalles en la comunicación marcan la diferencia

Muchas veces, la línea entre el éxito y el fracaso en el trabajo la marcan pequeños detalles de los que ni siquiera somos conscientes y que nada tienen nada que ver con el esfuerzo, las ganas que le ponemos o el compromiso que tenemos con la empresa. Es algo, por ejemplo, que sucede mucho con la forma de comunicarse. Por muy trabajador que en realidad seas, si tu forma de hablar parece inmadura o dispersa puede influir en que los demás no te tomen en serio. Es por ello que el profesor de oratoria John Bowe ha compartido sus cinco puntos de oro para que todos podamos mejorarla.

No te vayas por las ramas

Cíñete en tus intervenciones al tema que se esté tratando en ese momento y no te salgas de él para hacer un chiste o contar alguna anécdota personal. Según el Bowe, esto puede hacer que tus jefes y compañeros te perciban como poco serio, egocéntrico o incluso inexperto.

Evita las muletillas

Sin darnos cuenta, solemos recurrir a muletillas o palabras de relleno cuando estamos pensando en lo que vamos a decir a continuación. Es normal que se nos escape algún “umm”, "eh..." o ¿"vale?" que otro cuando hablamos, pero evitándolos transmitiremos concentración y seguridad.

Cuidado con la jerga empresarial

Contrario a lo que se suele escuchar en muchos despachos habitualmente, el experto recomienda evitar la jerga empresarial pomposa en la manera de lo posible. Esto se debe a que considera que usar palabros como "sinergia" u "offboarding" puede resultar confuso e incluso inintencionadamente cómico. Es mejor decir lo que quieras transmitir de una forma sencilla y directa.

Expresiones amortiguadoras: menos es más

Todos usamos, al hablar, palabras que actúan como amortiguadores del mensaje que queremos transmitir ("un poco", "supongo", "algo así como", etc). El objetivo es que no suene tan agresivo y mandón sino que resulte más razonable y amable. A pesar de que esto es algo encomiable, también puede crear confusión y jugar en contra de una comunicación clara, concisa y directa en un mundo en el que el tiempo es oro. Así que, según el experto, el mayor respeto que podemos mostrar hacia un interlocutor es no andarnos con rodeos al decirle lo que tengamos que decirle.

No des datos que ya estén a la vista

Cuando nos ayudamos de un PowerPoint, o cualquier otro tipo de proyección, al hacer una presentación, solemos caer en el error de acabar leyendo lo que todos ya pueden ver por sí mismos. Según el experto, al leer las diapositivas, disminuimos nuestra autoridad y le hacemos perder el tiempo a la gente.

Por el contrario, Bowe señala que las imágenes son excelentes para ilustrar lo que estamos diciendo. Nuestro trabajo como oradores es agregar valor, no repetirle a la gente lo que ya saben. La única excepción sería si entre el público hay gente que no alcanza a ver bien las diapositivas.

Fotos | HBO

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