Los beneficios son numerosos y lo mejor de todo es que no necesitas ir al gimnasio
Seguro que más de una vez te has preguntado si aumentar tu fuerza se reduce simplemente a levantar más kilos. Pues bien, resulta que el verdadero secreto mejor guardado por los entrenadores no está en meter más peso, sino en aprender a mantener la posición con firmeza.
Este tipo de ejercicio consiste en contraer el músculo sin mover las articulaciones, y aunque pueda parecer menos espectacular que levantar pesas, tiene un efecto brutal en la fuerza, la estabilidad y el rendimiento gracias a un secreto que comparten quienes son expertos en el gimnasio: las retenciones isométricas.
Las retenciones isométricas cargadas no solo aumentan la fuerza muscular, sino también la densidad y resiliencia de los tendones, además de mejorar la estabilidad articular (todo ello clave para evitar lesiones) según explica Matt Dustin en Men’s Journal. Dicho en cristiano, ayudas a tus articulaciones y tendones a aguantar el tirón.
Este tipo de ejercicios son uno de los métodos más eficientes para trabajar en condiciones estáticas y específicas: fortalecen mucho en el punto exacto donde mantienes la postura. Especialmente útil si necesitas trabajar un ángulo en particular de una articulación o mejorar la fuerza en una zona débil del movimiento.
Además, si estás buscando aumentar la masa muscular (hipertrofia), las retenciones isométricas también pueden ayudarte, pero hay que seguir ciertas reglas: como mantener el músculo contraído al 70–75 % de tu fuerza máxima durante 3 a 30 segundos por repetición, acumulando entre 80 y 150 segundos totales durante varias sesiones para realizar esta actividad de forma segura y con resultados garantizados.
Si lo que quieres es aumentar la fuerza máxima, sube la intensidad al 80–100 % de lo que puedas aguantar, manteniendo menos tiempo (1 a 5 segundos por repetición), con unos 30 a 90 segundos de contracción por sesión, y trabajando distintos ángulos articulares.
Lo mejor de todo es que este entrenamiento consume menos energía y causa menos fatiga que los ejercicios dinámicos tradicionales y mejora el rendimiento en deportes que exigen mantener posiciones fijas, como correr, saltar o pedalear.
Hablando de otros beneficios, las retenciones isométricas también pueden servir para modular el dolor en tendinopatías (como rodillas o tendón de Aquiles). Ya hay estudios que han demostrado que mantener una contracción isométrica de cuádriceps durante un rato alivia el dolor por varias horas. Y ojo, que no acaba ahí: este tipo de ejercicio es muy práctico. No necesitas pesas, y lo puedes hacer casi en cualquier lugar y momento: una pausa en el trabajo, el salón de casa o antes de entrenar.
En resumen, las retenciones isométricas son un método inteligente de ganar fuerza sin depender de cargar con más kilos: al mantener una posición bajo tensión, fortaleces músculo y tendones, mejoras la estabilidad articular y puedes personalizar el enfoque según el ángulo que más te interese trabajar; además, requieren menos energía, provocan menos fatiga, ayudan a aliviar ciertos dolores y son tan fáciles que puedes hacerlas en cualquier sitio.
Foto de Anastase Maragos en Unsplash
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