Parecen de restaurante de lujo, pero este plato fácil de hacer estará listo en 10 minutos
La época navideña es un momento para disfrutar. No solo de películas de Navidad, también de la gastronomía y de compartir momentos con las personas que más queremos en torno a una mesa. En esas mesas hay algo que no suele faltar: gambas y langostinos. Podemos hacerlos cocidos, a la plancha o si no queremos que se quede el olor en casa, Karlos Arguiñano tiene una forma en la que quedan elegantes y vistosos.
Lo que propone el chef vasco y comparte en sus redes sociales es darle una vuelta de tuerca a unos gambones al horno para que la presentación sea más elegante, pelando los gambones pero manteniendo su colita y la cabeza, quitando la cáscara solo del lomo con un poco de paciencia. Las cáscaras no las tires, pueden servirte para hacer un fumet de marisco.
Aunque Arguiñano no lo hace, es recomendable quitarle la tripa al gambón para que el sabor sea aún mejor y el resultado, más elegante aún. Como nos explican los expertos en gastronomía de Directo al Paladar, podemos quitarlo desde la parte que une el lomo con la cabeza, sujetando la gamba recta en vertical pinchamos con una brocheta y tiramos hacia arriba suavemente hasta sacarla. También podemos pinchar en medio del lomo para extraer la tripa por ahí. “Si este paso se nos resiste o es demasiado fina, siempre podemos practicar un corte fino con el cuchillo a lo largo de todo el lomo; la tripa quedará al descubierto y será fácil sacarla con el mismo filo”, aclaran.
Si los queremos servir sin pelar, podemos usar el truco de Quique Dacosta para quitar el intestino de las gambas o gambones sin tener que pelarlas ni abrirlas. Consiste en meter la brocheta entre la cabeza y el lomo, que tiene un espacio más blando, y tirar con cuidado hasta sacar la tripa. Es importante hacerlo despacio, sin prisa, para que no se rompa en el proceso.
Ahora vamos a preparar un majado clásico con cuatro dientes de ajo, perejil y sal, usando un mortero. Cuando tengamos una pasta homogénea, añadimos un chorrito de limón y aceite de oliva virgen extra poco a poco para que emulsione ligeramente. Esto será lo que le aporte el sabor extra al plato.
Una vez tengamos todos los gambones pelados, vamos colocarlos en una bandeja de horno (ponle papel de horno para que no se manche demasiado) y los pintamos con el majado que hemos preparado. Cuando esté listo, los metemos en el horno a 230º durante cuatro o cinco minutos, dependiendo del tamaño de los gambones. Es importante meterlos con el horno bien caliente, así que precaliéntalo antes. Ya tienes un aperitivo rico, vistoso y con un sabor increíble, digno de un restaurante de lujo.
Fotos | Lucio Panerai y The Castlebar en Pexels, Atresmedia
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