El pastel de manzana más fácil del mundo siempre sale bien aunque no tengas ni idea de cocinar

Aunque la mejor temporada de la manzana es la del final del verano y el principio del otoño, es una de esas frutas que podemos encontrar en el supermercado durante todo el año. Con una alta concentración en compuestos fenólicos con acción antioxidante y antiinflamatoria, la manzana también aporta fibra como la pectina que ayuda a controlar los niveles de glucosa y colesterol en sangre. Además está buenísima y nos sirve para añadir fruta a postres como el que te traemos hoy: la tarta de manzana más fácil del mundo.

Es completamente imposible que te salga mal porque no necesitas ni báscula para hacerla, son una taza con la que medirás todo, un poco como ocurre con el bizcocho de yogur tradicional. A este delicioso pastel de manzana se le conoce como tarta de manzana de las tres tazas porque lleva tres huevos, tres manzanas y tres tazas iguales para controlar las medidas: una de leche, una de azúcar y una de harina. A esto le sumas medio sobre de levadura y ya tendrías todos los ingredientes. No necesitas nada más. Ni saber qué es batir a punto de nieve ni tamizar la harina.

Cómo hacer el pastel de manzana más fácil (y rico) del mundo

Te recuerdo los ingredientes: tres manzanas (lo ideal es usar manzana golden, pero puedes usar cualquier otra sin problema), tres huevos, una taza de leche, una taza de harina, una taza de azúcar y medio sobre de levadura de repostería. Puedes decorar la tarta con una mermelada (la combinación con mermelada de albaricoque o de melocotón es de diez), pero no es imprescindible, aunque le da un toque brillante muy apetecible.

Lo primero que haremos será encender el horno a 175ºC con calor arriba y abajo. Mientras se calienta, vamos a pelar una de las manzanas que será la que vaya dentro de la masa. Una vez pelada, vamos a quitarle el corazón y a picarla en trozos pequeños (no te preocupes por el tamaño, que batiremos la masa después). Añadimos a un bol junto con con las tres tazas (leche, azúcar y harina), el medio sobre de levadura y los tres huevos. Cuidado con cascarlo en el borde del bol, porque pueden caer trozos de cáscara sin que nos demos cuenta. Siempre es mejor que lo casques sobre la encimera. 

Una vez esté todo el bol, batimos con una batidora de mano hasta conseguir que no quede ni un grumo. En un par de minutos lo tendrás listo, pero es importante que no quede ningún grumo y la mezcla sea homogénea. Una vez conseguido, lo vamos a llevar a un molde que habremos engrasado previamente con un poco de mantequilla. Sobre esta masa vamos a poner las dos manzanas restantes que cortaremos en gajos finos. Así la masa se hará más lentamente y al morder la tarta, tendremos el crujiente de la manzana. Cubrimos con los gajos de manzana la tarta y la metemos en el horno durante unos 30 minutos. 

Es posible que necesite un poco más de tiempo (depende del horno y el molde), así que cuando lleve 30 minutos en el horno a 175ºC, comprobamos con un cuchillo si está hecha. Si al pinchar sale limpio y la manzana de fuera ya tiene un color dorado, podemos sacarla. Si no sale limpio, dejamos unos minutos más. Cuando ya esté cocinada, sacamos y dejamos enfriar en el molde. Podríamos servirla así, pincelando con la mermelada que le dará un toque brillante, pero si queremos desmoldarla, espera a que esté tibia para hacerlo. Una vez lista, podemos dejar enfriar en una rejilla y luego añadir la mermelada. Más fácil imposible.

Fotos | Directo al Paladar

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