No eres tú, son ellas: Las marcas cada vez usan modelos más jóvenes y nos hacen sentir mayores de pronto

No eres tú, son ellas: Las marcas cada vez usan modelos más jóvenes y nos hacen sentir mayores de pronto

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No eres tú, son ellas: Las marcas cada vez usan modelos más jóvenes y nos hacen sentir mayores de pronto

Mientras camino por el centro de la ciudad, no paro de preguntarme: ¿soy yo la que se está haciendo mayor o las modelos de las campañas cada día son más jóvenes? ¿Dónde están las chicas de mi edad? Yo tengo 35 años y no me siento afín a ninguno de estos anuncios enormes colgados a toda la pared de los edificios en pleno centro.

Algunas de mis amigas aseguran que es una presión más hacia las mujeres maduras: “se lleva ser joven”, me dicen. Pero yo creo que no tiene nada que ver con esto.

Para entenderlo, me hago la pregunta: ¿cuánta ropa me compro yo y cuánta se compra la niña de la edad de la modelo?

Entonces empiezan a cuadrarme las cosas.

Hace muchos años yo ya no compro ropa por capricho. Bueno, sí, alguna vez me me quedo con algo que no necesito (nadie se salva de esta), ¿pero comprar por comprar? Hace años que ya no. Son varias las razones que me han llevado a ello. Por ejemplo, cuanto más mayor me hago, menos necesito una prenda nueva para sentirme guapa. La autoestima, a los 35, ya no depende de la nueva falda de Zara de 39,99€.

También es verdad que, con tantas cosas a pagar hoy en día, te lo piensas un poco más. Las niñas de la edad de los postres todavía no saben de hipotecas.

Por otro lado, te conciencias más: prefieres comprar una prenda de calidad, cuya fabricación no es cuestionable, y que te dure años.

Willow Smith Con Un Amigo

Y por último, pasados los veinte y pocos, ya no eres fan de nada. La época de gruppies te queda lejos y cada año estás menos dispuesta a adorar sin más.

Cuando me sorprendo con el éxito de algunas ego bloggers, me fijo en sus millón de seguidoras y veo que la gran parte de ellas- las fans con sus club de fans- apenas rozan los 16.

Entonces le encuentras hasta lógica: si el fanatismo es cosa de adolescencia, si crearles una necesidad es tan simple y el resultado es tan bueno para las marcas, ¿por qué no apostar por la publicidad para ellas?

Está claro, los señores que están detrás de todo esto lo saben bien. Hacen bien su trabajo, aunque éste sea comernos el coco desde muy jóvenes. A mí me da mucha lástima. Tengo la sensación de faltarle el respeto a la infancia de esas niñas. Debe de ser durísimo tener que estar a la última desde el colegio. Debe de ser agotador sentirte obligada a ser estilista en vez de ser una niña. Debe de ser muy sufrido adorar a una blogger y querer ser ella, pase lo que pase, mirarte en el espejo y odiarte porque no sabes maquillarte como ella y no tener su armario de zapatos. Y, desde luego, tiene que ser abrumador trabajar en tu imagen en Instagram antes que en tu propio carácter.

Willow

Me pregunto qué será de ellas en quince años.

Cruzo los dedos y espero que nosotras, sus madres, tías y amigas, hagamos lo posible para que no crezcan infelices. Porque la sociedad se los impide en cada paso.

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